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El cambio de hora en España, que tiene lugar en este 2024 la madrugada del 26 al 27 de octubre, puede provocar una "resaca horaria" en algunas personas, con síntomas como somnolencia, cansancio y falta de concentración.
Aunque el impacto en la salud suele ser pequeño y temporal, ciertos grupos como ancianos y niños pueden necesitar más tiempo para adaptarse. Se recomienda mantener rutinas, hacer actividades al aire libre y cuidar la alimentación para facilitar la transición.
La Unión Europea debate desde hace años la posible supresión del cambio de hora estacional bianual. En 2018, el Consejo Europeo presentó un proyecto para eliminar los cambios, apoyado por el Parlamento en 2019. Sin embargo, el proceso está a la espera de una decisión del Consejo, donde se requiere una mayoría cualificada de los Estados miembros.
En España, el Gobierno encargó a una comisión el estudio de la reforma horaria. Su informe concluyó que había que evitar un "cambio precipitado en los husos horarios mientras no exista un consenso compartido", ya que tras 80 años con el horario actual, la población se ha adaptado y no hay razones suficientes para modificarlo.
Según explica Diego Redolar, neurocientífico de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el cambio de hora puede provocar "más somnolencia, cansancio, o que al día siguiente nos cueste más iniciar el sueño y tener un poco más de embotamiento cognitivo". Esto se traduce en estar más distraídos, con una sensación física de mayor cansancio e incluso afectando el estado de ánimo.
Estas sensaciones se deben a una desregulación temporal de los ritmos circadianos, ya que nuestro cerebro está programado para regular cada 24 horas los ritmos biológicos principales, como el ciclo de sueño-vigilia y la liberación de hormonas como la melatonina o el cortisol. Al alterar ese periodo con el cambio de hora, el cerebro necesita tiempo para reajustarse, normalmente un día.
Aunque el impacto en la salud suele ser pequeño y pasajero, puede tener repercusiones en la capacidad de concentración y reacción, afectando el desempeño laboral y la productividad durante la jornada siguiente al cambio. Además, ciertos grupos como personas mayores o niños pueden requerir más tiempo para adaptarse.
Si bien gran parte de la adaptación depende del propio organismo, podemos tomar medidas para hacer el proceso más cómodo y rápido:
Aunque el cambio al horario de invierno en España puede causar molestias temporales en algunas personas, como somnolencia, cansancio y falta de concentración, su impacto en la salud suele ser limitado.
Siguiendo consejos sencillos para facilitar la adaptación, como mantener rutinas, hacer actividades al aire libre y cuidar la alimentación, la mayoría podrá superar rápidamente la "resaca horaria" y volver a su rendimiento habitual tanto en su vida cotidiana como en el trabajo.
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