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La lactancia materna tiene luces y sombras. Los beneficios en ambas direcciones superan sin duda a los momentos duros, pero hay ciertas decisiones y momentos que se vuelven difíciles en relación con este proceso. Uno de ellos es cuando 'destetar' a tu hijo, decidir cuando se rompe este vínculo sin que afecte a ninguna de las dos partes. Y es que más allá de la propia alimentación, la lactancia genera vínculo, seguridad y protección entre la madre y su bebé. Sin embargo, no existe el momento ''correcto'' para destetar: el destete respetuoso se basa en escuchar y entender las necesidades de tu hijo y hacerlo de manera progresiva.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad y complementarla con otros alimentos hasta los dos años o más. Muchas mujeres que dan el pecho a sus hijos más allá de los seis meses tienen dudas sobre cuándo dejarlo, cómo hacerlo, si afectará a los pequeños o si supondrá un cambio brusco a nivel de alimentación.
Eso sí, las dudas nunca deben ir direccionadas hacia la calidad nutritiva de la leche materna, ya que, con el tiempo, se vuelve incluso más calórica. Además, con el paso del tiempo, mantiene sus propiedades nutritivas y se va modificando para que el niño reciba los beneficios inmunológicos, con una menor frecuencia de infecciones.
La lactancia va disminuyendo hasta desaparecer de manera natural entre dos años y tres y medio, aunque es muy variable. Pero existen otros factores que pueden anticipar este momento y es necesario saber como hacerlo de manera correcta. Tarde o temprano, todo niño es destetado, y el proceso no siempre es fácil. Aquí te dejamos algunos tips que pueden ayudar.
Hay dos normas básicas para destetar a un niño: Una es ''no ofrecer, no negar''. No le ofrezcas el pecho si no lo ha pedido, pero cuando lo pide, La otra es ''darle algo mejor a cambio''. Esa es la parte difícil. El destete progresivo empieza con la primera papilla, en la teoría. Es decir, desde que se implementa la alimentación complementaria la lactancia va disminuyendo.
Lo que se busca con este método es evitar la frustración del niño para que el proceso no sea abrupto. Hay que entender que si el niño no pide pecho, es porque no lo necesita, por lo que no se le debe ofrecer para evitar situaciones como un golpe o pataleta.
Otras estrategias que funcionan son:
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