Las cremas solares deberían utilizarse durante todo el año para proteger nuestra piel de los efectos de sus rayos, que en invierno se reducen para dejar paso a los rayos ultravioleta A (los UVA), que provocan el envejecimiento de la piel. Sin embargo, parece que para muchas personas su uso queda limitado a los meses de verano, y quedan olvidadas en bolsos y neceseres de nuestra residencia veraniega hasta el año siguiente. Reutilizarlas es muy común, pero no se suele tener en cuenta que nuestras aliadas también tienen fecha de caducidad (con efectos negativos que explicamos en un artículo anterior). Deshacerse de ellas no tiene por qué ser la solución final, puedes darles una segunda vida convirtiéndolas en un nuevo producto de cuidado de la piel. Te contamos cómo. 

Como ya explicamos, estas cremas pueden reutilizarse pese a superar el tiempo de aplicación recomendado, siempre que los componentes no se hayan degradado. Siempre que detectes cambio de color, olor y/o textura en una crema significa que se ha estropeado. Si no es así, te interesará saber que el efecto hidratante del producto sigue en buen estado. Así que, puedes usarla como crema corporal hidratante normal e incluso para hacer tus propias cremas y exfoliantes caseros, con aceites naturales y otros productos como el azúcar o la sal.

Cómo reutilizar las cremas solares caducadas

Como su propio nombre indica, la gran mayoría de ellas han sido formuladas como grandes hidratantes. Esto se debe a que es necesario dotarlas de estas propiedades humectantes con el fin de que la piel no quede seca o deshidratada bajo el sol. Eso sí, no todas formaran parte de este grupo: Es posible que tu protector quede fuera de este grupo si efectivamente es de tipo gel. Aunque éstas, tienen la ventaja de absorberse rápidamente en la piel.

Hay quien recomienda usar las cremas hidratantes demasiado espesas como exfoliante añadiéndoles sal. Puedes cambiar crema hidratante por crema solar y ya tienes una nueva receta. También puedes añadirle azúcar. Las cantidades dependerán de la superficie de piel que quieras exfoliar y la cantidad de azúcar de la dureza que quieras dar al exfoliante: si añades menos azúcar, más suave será.

Por otro lado, si prefieres no usarla como hidratante en tu cuerpo,  puedes usarla para cuidar tus zapatos, bolsos o sofá de piel y  poder limpiarlos con un trapito en la zona que desees, dándole más brillo. Todos estos elementos de cuero necesitan hidratación para mantenerse suaves y flexibles, así que puede ser un buen uso para tus cremas caducadas.