Nutrición y dietética

¿Cuál es el peligro de tomar alimentos con moho?

¿Cuál es el peligro de tomar alimentos con moho?

¿Cuál es el peligro de tomar alimentos con moho? / freepik

Es un episodio común de cualquier casa, abrir el frigorífico coger una fruta y al darle un mosdisco a nuestro manjar,darnos cuenta de que tiene moho. Inmediatamente, el primer pensamiento que se nos viene a la cabeza es el de que aquel producto está 'podrido' o en mal estado. Casi a la par, el instinto de escupir, ya que nuestro organismo está hecho para rechazar  alimentos que puedan resultar peligrosos para nuestra salud. Pero, ¿es realmente así,¿Existen riesgos para la salud?

La respuesta es, generalmente, no. Desactiven las alarmas ya que, por suerte y por mucho asco que nos dé,lo más probable es que no ocurra nada, a no ser que seamos alérgicos a algún tipo de hongo o que tengamos el sistema inmunitario muy debilitado.  El estómago es un entorno hostil para visitantes incómodos, por lo que, en su mayor parte, la mayoría de las bacterias y los hongos no sobrevivirán.

En los casos más graves, puedes tener una reacción alérgica a algunos mohos y puedes desarrollar algunos problemas respiratorios que son temporales y tratables. Esto ocurre más en caso del moho que respiramos que en el que ingerimos-, o también pueden producirse trastornos digestivos, como malestar estomacal, vómitos, diarrea, etc.

El moho es un hongo que se reproduce y propaga mediante esporas en lugares cálidos, húmedos y oscuros o con poca luz, aunque también puede sobrevivir en condiciones de extrema sequedad. Existen muchos tipos de moho, siendo los más comunes: Alternaria, Cladosporium, Mucor, Neurospora, Penicillium, Stachybotrys o Trichoderma.

En este sentido, los productos perecederos como la carne, el pescado, la fruta, la leche y algunas verduras comienzan a echarse a perder casi instantáneamente a menos que se almacenen adecuadamente. Los artículos semi-perecederos como los huevos, las zanahorias, las papas, las cebollas y los frijoles, por otro lado, pueden permanecer comestibles durante varias semanas si se mantienen en una despensa fresca y seca. Y como sugiere el nombre, los frutos secos, las legumbres y los cereales no-perecederos pueden permanecer en buenas condiciones durante mucho más tiempo. 

Si no es así, tienden a descomponerse y las condiciones suelen ser buenas para que crezcan los microorganismos. Lo que puede resultar más peligroso de esto es la presencia de las micotoxinas, sustancias producidas por algunas especies de mohos. Son tóxicas para los humanos y representan un riesgo serio para la salud. Las más tóxicas son las llamadas aflatoxinas, que son cancerosas.

Son producidas por hongos del género Aspergillus, que crecen sobre todo en el cacahuete o maní, pero también se pueden encontrar en nueces de Brasil y almendras. Por otro lado la patulina, otro tipo de mitocoxina, también se puede encontrar con frecuencia en manzanas y jugos de manzana no fermentados.

En términos muy generales, como una regla sin matices, se podría decir que los mohos verdes y blancos tienden a ser inofensivos, mientras que los marrones deberían ser evitados. Que sea más o menos seguro comer un bocado de pan u otro alimento con moho, no significa que sea saludable. La exposición continuada a ciertos tipos de hongos sí puede representar un riesgo serio para la salud.

 ¿PUEDO CONSUMIRLOS SI LE QUITO LA PARTE CON MOHO?

Según El Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, los alimentos más duros como algunos quesos, verduras, salami y frutas firmes se pueden comer incluso si se han vuelto mohosos. Siempre que te asegures de cortar al menos una pulgada alrededor y por debajo del moho, ese parche se puede quitar y luego consumir normalmente. Sin embargo, asegúrate de que el cuchillo que usas no toque el moho mismo, para reducir el riesgo de esparcirlo. Finalmente, cubre el artículo con una nueva envoltura de plástico.

Por el contrario, el pan, los productos horneados o las frutas blandas deben desecharse si se descubre algún moho, y lo mismo se aplica al yogur, los productos enlatados, las mermeladas o las carnes y aves sin cocinar. Todos estos alimentos contienen un nivel más alto de humedad que otros, lo que facilita que las toxinas del moho se propaguen más a fondo. Además, el hongo suele afectar al sabor, por lo que no merece la pena conservar la parte no enmohecida, salvo que se trate de una pieza de gran tamaño. 

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