El Palquillo

Una Madrugada tranquila y con mucho público

Paso del Gran Poder por el Baratillo / Juan Carlos Vázquez Osuna

Con sus muchísimos nazarenos y sus modificaciones, la Madrugada de Sevilla ha sido modélica. Las seis cofradías se han esforzado al máximo para cumplir con los horarios. Una muestra es la Macarena que dejó 12 minutos de adelanto en la Campana, algo tremendamente meritorio teniendo en cuenta que la corporación anunciaba que sacaría 3.800 nazarenos. Nada más y nada menos. En una noche fresca y con mucha presencia de público, las hermandades han regalado estampas bellas e inéditas. Como la del Señor del Gran Poder ante la capilla de la Piedad del Baratillo o la Esperanza de Triana en la Plaza Nueva. Estos rodeos, que si bien suponen que las dos corporaciones tengan que andar unos metros más, permite que los nazarenos se sientan aliviados al poder andar, evitando los parones.

Mucho público se ha concentrado en los nuevos recorridos de estas dos hermandades, aunque no ha resultado muy dificultoso acercarse y encontrar un hueco para situarse. La Esperanza de Triana ha hecho suyas las calles Zaragoza o la propia Plaza Nueva. Los dos pasos llegados de más allá del río lo han bordado levantando pasiones. Muy evocador ha sido el paso de la Esperanza a los sones de Amarguras por la calle Zaragoza. Y el Gran Poder ha hecho lo propio en Adriano o Santas Patronas, una calle esta última con unas dimensiones muy adecuadas para disfrutar del discurrir del Señor en todo su esplendor. Atrás han quedado las tensiones vividas años atrás en el cruce de San Pablo y los parones. A falta de los datos oficiales que pueda manejar el Consejo de Cofradías, se puede decir que la nueva configuración ha dado resultado. Al menos esa es la sensación. Por otros lares, la celeridad con la que ha discurrido la Macarena, ya en la Alameda se veían los nazarenos dispuestos de hasta de a cuatro, ha permitido que otro de los cruces críticos de la noche, el que tiene con la Hermandad del Silencio en la calle Trajano, quedara libre con minutos de antelación.

La noche ha empezado con la presencia de los Bomberos en la calle Sierpes para sanear una cornisa. Mucho trabajo están teniendo en esta Semana Santa, aunque afortunadamente, menor. Recordemos que tuvo que ser un bombero con una pértiga el que liberó el paso de la Virgen del Dulce Nombre del cable de la spidercam el pasado Martes Santo en un lamentable incidente.

Las medidas de control y seguridad han vuelto a ser fundamentales para que la Madrugada transcurra sin sobresaltos. Hay que reconocerlo. Es fundamental que el trabajo desarrollado en los últimos años se mantenga. Uno de estos elementos novedosos son los drones que se volvieron a utilizar en determinados puntos, como el río. Se ha agradecido cierta relajación en las medidas aplicadas a la hostelería. Hasta diez establecimiento de la carrera oficial pudieron abrir a modo de cafetería para ofrecer servicio a los abonados y al público en general. Es necesario tener algún lugar en el que tomar un refrigerio para reponer fuerzas. Lo mismo ha sucedido con los retretes portátiles instalados en numerosos puntos. El Ayuntamiento ha realizado una eficiente campaña a través de las redes sociales y los distintos medios de comunicación para dar a conocer sus ubicaciones y pedir su utilización. Así se evitan las lamentables imágenes el año pasado.

Más allá de las cuestiones organizativas, ha llamado poderosamente la atención la belleza de la Esperanza de Triana tras su fabulosa restauración. La hermandad ha sabido rodearse de un equipo de asesores artísticos con gran criterio que siempre aciertan a la hora de ataviar a la Dolorosa. La habilidad y el gusto de su vestidor hacen el resto. Es de alabar igualmente la arrolladora personalidad de la corporación. Que no se pierda nunca en una Semana Santa cada vez más insípida, homogénea y falta de espontaneidad.

Es un gusto ver al Señor del Gran Poder con sus túnicas bordadas. En este caso, la de los cardos. La más antigua de las que posee. Esta debería ser la norma. No la excepción. La imagen de Juan de Mesa alcanza su máximo esplendor y sentido así ataviada. Majestad de San Lorenzo. La Macarena volvió a encender los corazones. Son indescriptibles las sensaciones que se experimenta ante el paso de la Virgen de la Esperanza. El silencio que se hace cuando se arría. No cabe más elegancia en su andar. La bajada del mercurio se ha producido a la amanecida. Cuando el Calvario buscaba la Magdalena y el Gran Poder se aproximaba a San Lorenzo. A esa discurría la Hermandad de los Gitanos por la Campana. Finalmente el retraso acumulado en el inicio de la carrera oficial ha sido de 25 minutos, 17 de los cuales hay que apuntar a esta última corporación.

A esta hora de la mañana ya se han recogido las tres cofradías de ruán. La Macarena, la Esperanza de Triana y los Gitanos va de regreso a sus templos, donde entrarán pasado el mediodía.

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