Carteles

Este es el cartel del Junio Eucarístico de Sevilla 2023

Es un cartel de iconografías claras y fruto de las experiencias barrocas del artista

Es un cartel de iconografías claras y fruto de las experiencias barrocas del artista

Avanza el calendario cofradiero y junio es el mes eucarístico por excelencia. Varias parroquias y feligresías organizan sus correspondientes procesiones y cultos en honor a la Sagrada Forma, continuando y manteniendo una tradición que se remonta siglos atrás y que fue impulsada de manera dogmática por el papa Urbano IV en el siglo XIII, a raíz de varios milagros relacionados con la presencia de Cristo en la Eucaristía.

Por este motivo, el Consejo de Hermandades ha presentado este viernes el cartel anunciador del Junio Eucarístico 2023, obra del artista Juan Antonio Aguilar. En un acto, celebrado en la capilla de Santa María de Jesús del Consejo de Hermandades, se ha dado a conocer esta realista pintura que recoge como elementos protagonistas el Ostensorio de la Hermandad Sacramental de San Bartolomé, así como el Niño Jesús de la Hermandad Sacramental del Sagrario.

Con esta pintura "se ha querido poner en valor el importantísimo y valioso patrimonio artístico (y en algunas ocasiones desconocido) que custodian las hermandades sacramentales, resaltando la importancia de las artes en el aspecto sagrado, y de una correcta ornamentación en el culto, al mismo tiempo que el ennoblecimiento que éstas reciben cuando se tributan a Dios y a la religión", se insiste en una nota de prensa. 

Esta obra está compuesta por tres elementos dispuestos en tres planos superpuestos entre los que destacan dos principales, y uno secundario como fondo. Esta diferenciación de planos corresponde a los criterios de protagonismo de los mismos que forman la escena, tratándose de una composición recreada entre luces y sombras sobre un fondo de luz degradada que resalta la escena.

Cartel Junio Eucarístico de 2023 Cartel Junio Eucarístico de 2023

Cartel Junio Eucarístico de 2023 / Juan Antonio Aguilera

Los diferentes planos compositivos están dispuestos de forma jerárquica, representando la importancia de los elementos según el plano ocupado entre los mismos. La obra está organizada en una estructura formal con línea imaginaria vertical, con un eje central que la divide en dos partes.

Gira en torno al esplendoroso Ostensorio de la Hermandad Sacramental de San Bartolomé que, iluminado con luz focal, es presentado en primer plano, en el momento de la bendición, ya que se representa elevado y envuelta la parte inferior por un velo humeral o paño de hombros de seda blanca con bordados en plata y oro con pedrería, que recrean espigas y uvas, elementos eucarísticos. El viril, muy rico de esmeraldas y diamantes, con la Sagrada Forma donde se puede reconocer el anagrama «JHS» ‒abreviación latina de la frase “Iesus Hominum Salvator”, traducida al español como Jesús salvador de los hombres‒, cuyo diseño corresponde al del anagrama de la Hermandad del Nazareno de La Roda de Andalucía.

Miembros del Consejo y el artista horas antes de la presentación del cartel Miembros del Consejo y el artista horas antes de la presentación del cartel

Miembros del Consejo y el artista horas antes de la presentación del cartel / Consejo HHyCC

El Niño Jesús de la parroquia del Sagrario, obra de Martínez Montañés, aparece detrás del Ostensorio en segundo plano como icono y referente iconográfico barroco, utilizando la imagen que interroga al espectador y lo hace partícipe de la escena con llamadas a su sensibilidad y naturaleza piadosa.

En el fondo se recrea una casulla sacerdotal bordada con motivos florales en sedas de colores, que crea el efecto óptico de tapiz. La técnica utilizada se ajusta igualmente a las características más comunes e identitarias en la obra de Juan Antonio Aguilar. Se trata de una pintura realizada en óleo en soporte de tela de lino belga previamente preparado utilizando el estucado.

La factura pictórica con la diferencia de trazado en la pincelada, aunque siempre limpia, contrasta notablemente los diferentes planos de la pintura. El primer y segundo plano ocupado por el Ostensorio y el Niño Jesús, se trata de una representación realista, fiel a los rasgos estéticos y estilísticos de las piezas, de pinceladas finas y de recorrido corto. En cambio, en el fondo, predomina una pincelada más suelta y más idealizada, con tonalidades de menor contraste, siendo igualmente figurativos aunque en menor grado que la imagen del Niño Jesús y del Ostensorio.

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