Cliff Richard en el grupo joven

La efervescencia intelectual de nuestra época no es mayor que la de épocas pasadas, pero los medios de comunicación, sobre todo las redes sociales, la banalizan

El mejor vino del mundo

El album de Cliff Richard.
El album de Cliff Richard. / D. S.

25 de junio 2025 - 20:26

Estamos en 1964. Un cantante inglés, Cliff Richard, lanzaba un disco: The Young sones, traducido en nuestro país como Jóvenes.

La canción se convirtió en un himno para todos los jóvenes de la época y se mantuvo más de un año en el número uno de las listas de éxito. Como suele ocurrir, al cabo de un tiempo fue sustituida por otra, y esta última por otra; pero sigue siendo una canción que continúa enganchando a los jóvenes que la escuchan hoy. Si no la conoce puede descargarla en Youtube o Spotify: Cliff Richard The Young sones.

Dos circunstancias a tener en cuenta. Siempre se comenta, sobre todo cuando se viene de fuera, que en nuestra tierra hay un poso de religiosidad popular, de formación cristiana, bastante mayor que en otras regiones, en algunas se ha perdido por completo. Eso se debe a la presencia de las hermandades, que proporcionan una cultura religiosa básica razonable y moviliza la devoción en la población, una devoción que quizá pueda ser tachada de excesivamente sentimental, pero que se mantiene en el tiempo y cohesiona la sociedad civil. Cada año se ordenan en la Diócesis un grupo de nuevos sacerdotes y se repite el patrón, una buena parte de esos nuevos sacerdotes provienen del mundo de las hermandades, este año uno incluso ha sido miembro de la junta de gobierno de su hermandad.

La otra circunstancia a tener en cuenta es un fenómeno que se va extendiendo lentamente, se trata de un giro generalizado de la juventud hacia la espiritualidad y la búsqueda de significados y respuestas. La falsa comodidad del agnosticismo inducido, de la secularización forzada, hace crisis y no da respuesta a la faceta espiritual que es ya es un lujo inalcanzable en algunos ambientes.

La efervescencia intelectual de nuestra época no es mayor que la de épocas pasadas, pero los medios de comunicación, sobre todo las redes sociales, la banalizan. La opinión ponderada de un pensador de renombre, convive con la última estupidez, o calumnia, de cualquiera. Es difícil abrirse paso en la cultura actual, interpretar la cultura contemporánea y sus tendencias sin un análisis detallado.

En 2017 la revista digital UnHerd, en Estados Unidos, concluía un análisis de la sociedad actual asegurando que "a medida que se acumulan las quejas sobre el estancamiento cultural y la pérdida de sentido, los jóvenes emprenden una renovada búsqueda de cosas más elevadas". Nada nuevo, lo mismo que decía San Agustín en el siglo IV: “Nos creaste, Señor, para ti y nuestro corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en Ti.”

Nuestra sociedad es Europa y Europa es cristiana o no es. Europa no es posible sin cristianismo; el desprecio de la fe cristiana destruye nuestra civilización y nos deja sin raíces, sin identidad. Este no es un problema exclusivo de las hermandades, pero ellas están especialmente preparadas para esa tarea.

Es aquí donde The Young sones, recobra actualidad. Su letra parece escrita expresamente para el grupo joven de cada hermandad: “somos jóvenes, y los jóvenes no deberían tener miedo”. Buen comienzo. Ésa es la actitud adecuada para desarrollar esa ansia de espiritualidad generalizada a la que aludimos, para que la Virgen y su Hijo hablen al corazón de cada hermano joven, de cada hermana, con naturalidad, sin miedo ni respetos humanos. Precisamente en la hermandad es donde muchos descubren, ante sus Titulares, que sólo “una vez en cada vida viene un amor como éste, … un amor que debe ser soñado juntos”.

Es la época de la generosidad, de los grandes ideales que orientan una vida. Una tarea urgente para la formación de los hermanos jóvenes en la hermandad, precisamente ahora: “¿Por qué esperar a mañana?, mañana a veces nunca llega. Hay una canción que cantar, y el mejor momento es cantar cuando somos jóvenes.” Es tarea prioritaria de las juntas de gobierno, porque “algún día, cuando pasen los años, ésta será nuestra enseñanza para los jóvenes”, paralas generaciones venideras.

El grupo joven no es un organismo autónomo, una hermandad paralela. Lo forman un grupo de hermanos a los que la hermandad debe dedicar una especial atención para que puedan incorporarse a la sociedad sin miedo, con ilusión, es necesario “vivir, amar, mientras la llama es fuerte, porque no seremos los jóvenes mucho tiempo”.

Una sugerencia: descargar la canción, escucharla con atención y luego volcarse en ellos, también en los menos jóvenes, proporcionándoles una formación doctrinal, humana y cultural adecuada a los retos que tienen delante.

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