Patrimonio

Así ha sido la restauración del manto de la patrona de Brenes, la Virgen del Rosario

Cola del manto de la Virgen del Rosario, patrona de Brenes.

Cola del manto de la Virgen del Rosario, patrona de Brenes. / D. S.

Devolver a una excelente pieza de bordados la calidad perdida. Éste ha sido el objetivo marcado por la Hermandad de la Virgen del Rosario de la localidad sevillana de Brenes, de la que es patrona. Un objetivo en el que ha trabajado un grupo de artistas durante más de un año y que este sábado, por fin, podrán disfrutar los devotos de tan venerada imagen. 
Se trata del manto procesional de esta talla gloriosa, que fue alterado notablemente en una restauración acometida en 1988 y que ahora, tras la intervención de los especialistas, ha sido devuelto a sus orígenes. Dicha labor se ha realizado en el Taller de Bordados Hermanas Rama, en el citado municipio, para lo que se ha contado con el asesoramiento artístico del historiador del Arte Ignacio Sánchez Rico, especialista en esta artesanía e integrante de la comisión de seguimiento creada al efecto. 
Se desconoce el autor de este manto que salió de algún obrador sevillano entre finales del siglo XIX y principios del XX. Su diseño original quedó notablemente alterado tras el pasado a nuevo terciopelo y ampliación que se acometieron sobre él hace 34 años, cuando se incluyó una greca perimetral que no guardaba consonancia alguna con la primitiva ni en dibujo ni en calidad. 

A partir de fotos antiguas

Foto de la confección primitiva del manto, donde se aprecia la característia cenefa de ondas. Foto de la confección primitiva del manto, donde se aprecia la característia cenefa de ondas.

Foto de la confección primitiva del manto, donde se aprecia la característia cenefa de ondas. / Archivo de la hermandad

Para recuperar el aspecto que tuvo en su primera confección se ha desarrollado un amplio estudio de investigación a partir de fotografías antiguas. Este análisis ha permitido recuperar uno de los elementos clave del manto antiguo: la peculiar cenefa de ondas, que se ha reproducido a partir de piezas nuevas bordadas por el taller de las Hermanas Ramas. 
Sobre esta cenefa, el historiador del arte Sánchez Rico apunta la semejanza con otras realizadas en la misma época y, en especial, con una de una localidad muy cercana, la del manto de la Soledad de Cantillana, que en su día perteneció a la Virgen de Regla de la Hermandad de los Panaderos de Sevilla capital. Dicho enser fue diseñado por el cordobés Antonio Amians y salió del obrador de Juan Manuel Rodríguez Ojeda a finales de la centuria decimonónica. Sin embargo, la distribución de puntos que poseía lo aleja del taller sevillano. 
El criterio que se ha seguido en esta restauración y pasado a nuevo terciopelo ha sido el de "máximo respeto al diseño original". Por tal motivo, las piezas más antiguas, del XIX, se mantienen en su totalidad, tras un proceso de consolidación y limpieza. Para ello, se ha actuado de la siguiente manera: Primero se ha realizado un trabajo previo de micro aspiración, para posteriormente realizar una limpieza manual con productos inocuos usados específicamente en restauración, que no producen abrasiones ni oxidaciones en el oro. A continuación, se han repasado los hilos sueltos y se han acometido tareas de reintegración sólo donde ha sido estrictamente necesario para su correcta lectura. También se han eliminado materiales inadecuados, añadidos en la intervención de 1988, bien por su falta de calidad o por sus diferentes grosores y calibres, usados tanto para perfilar como en la decoración de las piezas.

El guinda primitivo

Aspecto que presenta ahora el manto procesional tras la restauración. Aspecto que presenta ahora el manto procesional tras la restauración.

Aspecto que presenta ahora el manto procesional tras la restauración. / D. S.

En cuanto al soporte, en la intervención de 1988 también se cambió el terciopelo, al emplearse uno de tonalidad más oscura, casi burdeos, en lugar del guinda primitivo. Para recuperar dicho color, una vez comenzados los trabajos, se extrajeron muestras del tejido original de terciopelo, que se conservaban bajo los antiguos bordados, lo que ha facilitado la búsqueda de uno muy similar en color y calidad.

Más de un año de trabajo que se verá recompensado este primer sábado de octubre cuando la Virgen del Rosario salga a la calle del municipio del que es patrona. Todo Brenes podrá contemplar este logro tan anhelado, que ha permitido recuperar el color, tamaño y lectura del dibujo primitivo de un manto de gran valía artística y que simboliza el tipo de bordado que se realizaba en la frontera entre dos centurias: la del XIX y la del XX. 

El taller de las Hermanas Ramas ya había acometido previamente importantes labores de restauración, como la del referido manto de la Soledad de Cantillana o la saya que Rodríguez Ojeda bordó para la Virgen de la Presentación, de la hermandad hispalense del Calvario. También habían contado con la colaboración de Ignacio Sánchez Rico como asesor artístico en dos ocasiones: la primera fue en la restauración y enriquecimiento del palio de la Virgen de los Dolores de La Algaba y la segunda, en la ejecución del nuevo simpecado de la Asunción de Cantillana, bendecido en 2021, con diseño de Javier Sánchez de los Reyes y que, sufragado por un amplio grupo de devotos, supone una de las piezas de bordado más importante de los últimos años en Andalucía.