Las últimas bandas de música tras el Cristo de la Expiración: un regreso al pasado en la extraordinaria del Museo
Habría que remontarse ochenta años para rescatar las últimas composiciones que se interpretaron tras el crucificado de Marcos Cabrera
La corporación prescindió de acompañamiento para el Cristo a mediados de los años cuarenta
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La recuperación de una estampa añeja debe conllevar, en la medida de lo posible, la reposición de todos los detalles, tanto esenciales como accesorios. Y la cofradía del Museo, que cumple 450 años de historia, ha querido cumplir con este propósito de cara a la procesión extraordinaria que se celebrará, Dios mediante, este 8 de noviembre. Tras el regreso del Stabat Mater, la disposición de la Virgen algo más enterrada en el paso -simulando su primitivo candelero, suprimido en 1921 para trasladarla al paso de palio- y su particular atavío con manto bordado y tocado de hojilla, la corporación ha decidido incluir acompañamiento musical: la Oliva de Salteras.
De este modo, una banda de música volverá a sonar tras el Santísimo Cristo de la Expiración, que habitualmente procesiona en silencio. Deberíamos remontarnos, en concreto, casi ocho décadas atrás en el tiempo. Las últimas formaciones que acompañaron al Cristo de la Expiración fueron la del Maestro Tejera en 1940 y 1941 y la del Regimiento de Ingenieros desde 1942 a 1947. En el palio ya era habitual, y lo seguiría siendo varias décadas, la del Regimiento de Soria n.º 9.
Tal y como se apunta en el libro que escribió Fernando Azancot, y atendiendo a las fuentes de De bandas y repertorios, de José Manuel Castroviejo, aquel Lunes Santo de 1946 llovió, y los pasos, tras refugiarse en la Catedral, regresaron a la capilla esa misma noche pero sin música. Se ha narrado en muchas ocasiones que, a modo de anécdota, aquel silencio motivó que el crucificado de Marcos Cabrera no volviese a llevar banda, pero la razón fue eminentemente económica, en una época marcada por la carestía en todas las corporaciones. De este modo, una cuestión monetaria motivó que la ausencia de música tras la portentosa imagen del Museo se mantuviese en el tiempo hasta nuestros días. De hecho, en 1947, la hermandad volvió a contar con la misma banda de 1946, la de Ingenieros, que dirigía el ilustre Manuel Borrego Hernández.
Como curiosidad, conocemos el repertorio que la citada formación interpretó en los años de 1945 y 1946, que consta de las siguientes composiciones: Amarguras (M. Font de Anta), La muerte de Ase (Grieg), Mektub (Mariano San Miguel), la Marcha fúnebre de Chopin y las del propio director de la banda, Manuel Borrego: Cuarto dolor, El sexto dolor y Nuestra Señora de Regla. Estas mismas, junto a la que dicho director estrenó en 1947 (El varal de los Dolores) conformaron los últimos sonidos que acompañaron al Cristo de la Expiración.
Será el próximo sábado cuando volvamos a contemplar a este irrepetible crucificado con un exquisito y cuidado repertorio que abarcará clásicos imprescindibles de la música procesional, y que a buen seguro nos arrojarán instantáneas para el recuerdo. No faltarán clásicos del antiguo itinerario de la cofradía: Amarguras en el famoso andén consistorial, y quién sabe si Cebrián por Hernando Colón...
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