20 años del Diario de Sevilla

No fue un 28-f más

  • Un invierno color primavera

Manuel Clavero Arévalo, con los premiados con las medallas de Andalucía en el acto del 28-F de 1999.

Manuel Clavero Arévalo, con los premiados con las medallas de Andalucía en el acto del 28-F de 1999. / Eduardo Abad / Efe

Simbólicamente, fueron como dos golpes al centralismo. La primera portada de este periódico llevaba el triunfo del Betis, entrenado por Javier Clemente, sobre el Real Madrid con un gol del extremeño Ito –Ito histórico, licencia maravillosa de los libros de estilo– en el último minuto del descuento. A un Madrid que en aquella portada del 28 de febrero de 1999 seguía siendo vigente campeón de la Copa de Europa que ganó el año anterior en Amsterdam del mismo modo que seguía vigente el Nobel de Literatura de José Saramago. El segundo varapalo al centralismo fue el nombramiento de Manuel Clavero Arévalo, presidente desde el primer día del Consejo Editorial de este periódico, como Hijo Predilecto de Andalucía. Este hito histórico del ministro que dejó su cargo para defender a Andalucía sí se escribe con la h de honor. Ese invierno daba paso a una primavera que empezó con Morante en los carteles de la Maestranza y acabaría de la mejor manera: recordando a Diego Velázquez en el cuarto centenario de su nacimiento.

Ciudad pendular donde las haya, el día de la entrega de las medallas, parto jubiloso de este periódico en los quioscos y en los hogares, el Sevilla perdía en Badajoz con un gol de Santi Revilla a Monchi, que veinte años después es director deportivo de la Roma y era el portero de un equipo que estaba en Segunda.

El 28 de febrero de 1999 era domingo, un día soleado con rayos de imprenta y rotativa. Por las calles de la ciudad se corría la décimoquinta edición del maratón de Sevilla. Se impuso el keniata John Mutai. Gabriel Dorado, bombero de profesión, fue el primer sevillano clasificado. La sueca Marie Elisabeth Suderstrom fue la mujer más rápida. De Kenia a Suecia, el norte-sur de una ciudad que viviría su sueño olímpico con un estadio, el de la Cartuja, diseñado por los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, que ese mismo año 1999 acogió unos Mundiales de Atletismo con el récord mundial de Michael Johnson en los 400 metros –y la propina de atrapar a un ladrón en el aeropuerto de San Pablo– y hasta una Copa del Rey que el Valencia ganó al Atlético de Madrid. Con el tiempo, sería un espejismo en una ciudad con un rascacielos, una sola línea de metro y tres estadios de fútbol.

El 99 venía cargado de presagios milenaristas que desdramatizó la teoría de Dionisio el Exiguo, para quien hasta el 2001 todo era toro del siglo XX. El año 1998 terminó en Sevilla de la peor manera. Cuando toda la ciudad preparaba en un día de perros la cena para despedir al año, el muro del Bazar España se derrumbó causando la muerte de cinco personas. Terminaba así el annus horribilis de la alcaldesa Soledad Becerril, que lo empezó sufriendo el 30 de enero la trágica baja de su mano derecha, Alberto Jiménez-Becerril, asesinado por Eta junto a su esposa, Ascensión García Ortiz.

Igual que veinte años después, la Feria de abril iba a preceder en el calendario a unas elecciones municipales que en aquella ocasión tuvieron lugar el 13 de junio. Soledad Becerril repitió como candidata y sacó trece concejales, uno más que la lista socialista de Alfredo Sánchez Monteseirín, que venía de la Diputación y de ser concejal en Burguillos, La Rinconada y Mairena del Aljarafe y había ganado en las primarias a José Rodríguez de la Borbolla, un peso pesado del partido. Alfredo certificó el divorcio definitivo, políticamete hablando, entre Alejandro Rojas-Marcos y Soledad Becerril, un matrimonio asimétrico que se prolongó durante ocho años, los que iban de los prolegómenos de la Expo a los del siglo XXI. La otra era de los Descubrimientos.

El 28 de febrero de 1999, Benito Zambrano estrenó su película Solas en el teatro Juan Bernabé de Lebrija después de obtener en el festival de Berlín el premio del Público y dos menciones especiales. En la ceremonia de los Goya del año siguiente, el cineasta lebrijano compitió hasta el final con Pedro Almodóvar y se llevó cinco estatuillas: director novel, mejor guión original, actriz de reparto (María Galiana), actriz revelación (Ana Fernández) y actor revelación (Carlos Álvarez-Nóvoa). El 5 de marzo de 1999 se estrenó en toda España.

El siglo y el milenio se acercaban a su fin con gobiernos longevos.Lo sería el de Alfredo Sánchez Monteseirín, que fue alcalde durante doce años; y ya lo estaba siendo el de Manuel Chaves, que nueve años después de su triunfo en las autonómicas de 1990 pasaba el ecuador de los 18 años que estuvo en el cargo. Ya no habría más gobernantes longevos: llegó la alternancia y las nuevas opciones: Podemos, Ciudadanos, Vox. Donde sí se asentó el bipartidismo fue en el fútbol, con un pequeño paréntesis colchonero. En lo que va de siglo, la mitad de las Copas de Europa vinieron a España: seis para el Madrid, cuatro para el Barça.Clavero agradeció el honor recibido en el acto del 28-F de hace veinte años y habló en nombre de todos los premiados. Le acompañaban en el podio Manuel Patarroyo, médico colombiano que investigaba en la Universidad de Granada una vacuna contra la malaria; la hermandad matriz de Almonte; la actriz Carmen Sevilla; Covap, empresa láctea del valle de Los Pedroches; Antonio Muñoz Zamora y Joaquín Masegosa, almerienses supervivientes de los campos de Mathausen; Sor Engracia Urbano, religiosa de la congregación Rebaño de María; Carmen de Michelena, defensora de los derechos de la mujer; Miguel López Torróntegui, uno de los componentes de la mítica delantera stuka del Sevilla; y Antonio Canales. El bailaor trianero tuvo que alquilar una avioneta para volar desde Bilbao, donde estaba representando su espectáculo La Raíz al tiempo que preparaba un nuevo montaje, La Cenicienta, para Sara Baras.

El PP mandaba en la Moncloa y en los sondeos. Josep Piqué era ministro de Industria y Portavoz; Abel Matutes, de Asuntos Exteriores; Manuel Pimentel, de Trabajo. Javier Arenas acababa de ser elegido secretario general del PP. El partido, en un ambiente de euforia, preparaba el tercer aniversario del triunfo en las elecciones del 3 de marzo de 1996, cuando José María Aznar acabó con catorce años de Gobierno de Felipe González.

En los Oscar ese año iba a triunfar Steven Spielberg como mejor director por Salvar al soldado Ryan, Roberto Benigni mejor actor por La vida es bella y Gwyneath Paltrow mejor actriz por su papel en Shakespeare in love, que se llevaría el Oscar a la mejor película. Paco Rabal, que un año después triunfaría por su papel en Goya en Burdeos, de Carlos Saura, hacía una gira por municipios de la provincia de Sevilla recitando poemas de Borges, Lorca, Alberti, Dámaso Alonso, Aleixandre y García Montero.

El 13 de marzo de 1999, Carlos Cano abriría el telón del teatro de la Maestranza en un espectáculo centrado en el Diván del Tamarit de Federico García Lorca. Un año después, el cantautor granadino volvió a Sevilla, pero tuvo que aplazar su homenaje a la copla en el teatro Lope de Vega porque el día que actuaba, 16 de octubre de 2000, Eta asesinó al doctor AntonioMuñoz Cariñanos en su consulta de la calle Jesús del Gran Poder. Dos meses después, Carlos Cano moría en un hospital de Nueva York.

El 2 de marzo, un día antes de la tarta de cumpleaños del PP por su triunfo electoral, se celebraba en Jaén el concurso de Miss España y había elecciones a la presidencia de la Conferencia Episcopal. Antonio Rouco Varela, el gallego que cinco años después oficiaría la misa de la boda del príncipe Felipe con Letizia Ortiz, venció a los otros dos candidatos: Fernando Sebastián, arzobispo de Pamplona, y Elías Yanes, presidente saliente.

Un periódico es como el espejo al que Stendhal se refería para ponderar las cualidades de la novela. No es casual que haya rotativos anglosajones que se llamen Mirror. Reflejo de la vida y también de la muerte. De las primeras que tuvo que dar cuenta este periódico, dos que se produjeron el mismo día, 19 de marzo de 1999. Todavía no habíamos cumplido un mes en la calle, que se encogía al conocer la noticia de la muerte de Juanita Reina, la voz de un tiempo, agua cristalina de la calle Parras. El mismo día se cerraba la última página del libro de la vida de José Agustín Goytisolo. No pudo acompañar a Paco Ibáñez en su gira primaveral con el espectáculo La paz y la palabra. El mismo cantante que emocionó poniéndole música y voz a los versos de Palabras para Julia, la conmovedora carta que el poeta le escribía a su hija. Muchos años después, Paco Ibáñez vino a Sevilla a celebrar su 80 aniversario un 20-N con un doble programa: concierto en el teatro de la Maestranza y fiesta-sorpresa en La Carbonería. El mismo día, 20 de noviembre de 2014, moría la duquesa de Alba y metían en la cárcel a Isabel Pantoja.

Diario de Sevilla sacó su primer número a la calle 55 días después de la Cabalgata de Reyes. La noche del 5 de enero de 1999 encarnan a los Reyes de Oriente que no de Pekín, José Cañete, vecino de calle Rioja, Braulio Medel y José Núñez Castain.

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