Adelgace en verano: coma libros y punto

Verano lector. La Casa del Libro recomienda cien libros para esta estación y librería Beta rinde un homenaje a los cien años que ha cumplido la editorial Seix Barral.

04 de agosto 2011 - 05:03

CIEN libros o cien años. Dos recomendaciones distintas para este verano, una de la Casa del Libro, la otra de Beta. Entre los cien libros recomendados aparece la dieta de Pierre Dukan. "Está arrasando, ¡madre mía!", dice Gema, cordobesa, de La Casa del Libro. "Yo empecé la dieta y la abandoné al día siguiente".

Beta dedica un expositor entero a los cien años de Seix Barral, con la novedad refrescante de las memorias de Harpo Marx (¡Harpo Habla!), con prólogo de Elvira Lindo. Si uno se adentra en el siglo de historia de Seix Barral, encuentra en los censores unos pioneros de las dietas de adelgazamiento. Quienes velaban por una moral severa recomendaban rebajar pechos y muslos.

Juan Marsé almorzó con Carlos Robles Piquer, entonces director general de Información, para pulir asperezar que permitieran la publicación de Últimas tardes con Teresa. "En esta página encontramos dos veces la palabra pechos, cambiemos uno de ellos por senos", proponía el ex ministro y cuñado de Fraga Iribarne. "Aquí habría que eliminar el término muslos. ¿Por qué no inventas una palabra? Para eso están los escritores". Años después, Marsé y Robles Piquer comparten librería, el primero con la novela Caligrafía de los sueños, el segundo con Memoria de cuatro Españas.

Dice Gema, la librera cordobesa, que a quien le ha gustado El tiempo entre costuras, de María Dueñas, ella le recomienda El jardín olvidado, de Kate Morton. De una manchega a una australiana. "Somos como los ángeles de Charlie, una morena, una rubia y una pelirroja", bromea una de las compañeras de Gema. La Casa del Libro ha editado un catálogo con las cien recomendaciones para el verano. La primera página parece el equipaje de George Durrell: Los ojos amarillos de los cocodrilos y El vals lento de las tortugas, doblete de Katherine Pancol, junto a la segunda novela de la televisiva Nuria Roca tras el éxito de Los caracoles no saben que son caracoles.

Rafael Navarro, de Beta, coincide con Gema en una cosa: este verano está arrasando en el antiguo teatro Imperial El jardín olvidado. Se siente incapaz de recomendar cien novelas; este verano con Bomarzo, de Mújica Laínez, tiene de sobra. A diferencia de la competencia de Velázquez, en la librería de Tetuán no está Dukan en la entrada, centrada en títulos de historia local y nueve sugerencias bajo el epígrafe Un verano para leer. "Dukan lo tenemos al final, con los títulos de cocina y dietas".

A los cien años de Seix Barral le añaden en la librería Beta cinco velas para el lustro de una joven editorial, Periférica, con sede en Cáceres. Su título más veraniego es Hoteles, del boliviano Maximiliano Barrientos. De Nápoles a Cáceres viajó el original de Los libros son tímidos, de la italiana Giulia Alberico. Hace un repaso por sus lecturas, recomienda 63 autores, ninguno español, sólo Neruda en nuestro idioma.

Tochos de autores que no leen a Dukan, que llegó con No consigo adelgazar y engordó sus honorarios con una edición ilustrada que cuesta seis euros más. Los libreros sugieren dietas más delicadas. A Gema, la cordobesa, una amiga finlandesa le recomendó Purga, de la nórdica Sofi Oksanen. Rafael, de Beta, se queda con Lo que el día debe a la noche, de un comandante argelino que para huir de las amenazas tuvo que cambiar de país y hasta de identidad, firmando como Yasmina Khadra.

Mucho Vargas Llosa para el verano desde su Nobel del otoño. En 1962 ganó el premio Biblioteca Breve con La ciudad y los perros. Para agilizar su publicación, el peruano fue con Carlos Barral a un encuentro con Robles Piquer. Éste se presentó con un especialista en historia de América y sugirió que la palabra cetáceo relativa a un coronel la cambiara el novelista por ballena. El director general quería homenajear a Jonás.

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