Sevilla

Admiración unánime desde el flanco rival

  • Los líderes regionales de CCOO y UGT recuerdan la fluidez de su relación personal y profesional con Álvarez Colunga

No es fácil obtener un reconocimiento unánime desde la orilla sindical cuando el receptor de los halagos pertenece al mundo empresarial. No es fácil, pero a veces ocurre. Es el caso de Álvarez Colunga, recordado y despedido con cariño por sus interlocutores habituales. Cuando llegó a la CEA, Julio Ruiz y Juan Mendoza comandaban las federaciones andaluzas de CCOO y UGT. El primero se retrotrae a la dictadura para avalar el compromiso del fallecido con la democracia. "Con Franco, yo estaba en el Partido Comunista y en la clandestinidad, pero me reunía con otros compañeros en los altos de su farmacia de la Ronda", rememora.

Mendoza subraya que "siempre existió un aprecio mutuo y una amistad sincera a partir de posiciones distintas". "Destacaría dos grandes valores suyos: la lealtad en la negociación y su capacidad para ponerse en el lugar del otro. Su calidad humana era tan enorme que, incluso después de una fuerte discusión, sabías que era posible mantener un hilo de comunicación con la CEA y los empresarios", resume. Manuel Pastrana, actual secretario general autonómico de UGT, también tuvo la oportunidad de tratar y conocer a Álvarez Colunga. "Mientras presidió la CEA, tuve con él una relación muy intensa y cotidiana, teniendo en cuenta que él representaba a los empresarios y que era un defensor indiscutible del diálogo social", explica. "Con su talante, facilitaba la búsqueda de soluciones entre estamentos distintos".

Cuando se les pregunta, todos confiesan cierta incredulidad. Les cuesta imaginar la dura secuencia del accidente. Les cuesta deshacerse de su compañía. Francisco Carbonero, líder de CCOO-A, añade a su tristeza de sindicalista un componente más íntimo. "Lo lamentamos sinceramente también desde el punto de vista personal. Era un hombre cabal".

El tributo no es gratuito. Colunga hizo bien su trabajo. "Su época en la CEA quizás haya sido el momento más brillante de la concertación en Andalucía", valora Ruiz. "Afrontaba de manera muy rigurosa todos los problemas. Examinaba el desempleo o la competitividad no como parte sino globalmente", añade Mendoza. "Dinamizó la relación con los sindicatos", concede Carbonero.

Pastrana cuenta que se vieron por última vez el día 9. "Parecía muy contento, tuvimos una charla muy agradable. Me siento muy sorprendido". Sorpresa, admiración, pesar. Si hay que despedirse, no existe mejor fórmula.

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