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El futuro del Alcázar: ¿se pueden medir y anticipar los riesgos de conservación?

El Alcázar avanza en la redacción del Plan de Conservación Preventiva.

El Alcázar avanza en la redacción del Plan de Conservación Preventiva. / Juan Carlos Vázquez

Compatibilizar el uso y la conservación. El Real Alcázar de Sevilla es una palacio vivo, en uso, que recibe cada día miles de visitas (casi dos millones al año) y por ello es necesario saber cuáles son sus debilidades para garantizar su buen estado. En un conjunto palaciego con más de 800 años de historia es inevitable que surjan situaciones inesperadas relacionadas con la conservación de sus distintos elementos.

Ocurre ahora y ha pasado habitualmente. En el Alcázar se han acometido tradicionalmente grandes obras de restauración, pero no se ha prestado atención a los pequeños detalles. Al mantenimiento diario. Por ello, actualmente se está elaborando el Plan de Conservación Preventiva, que busca conocer los riesgos de cada elemento y desarrollar un protocolo de actuación que evite que se tengan que llevar a cabo grandes intervenciones.

"Cuando llegué me di cuenta de que se habían hecho grandes restauraciones, pero que no se había avanzado nada en la conservación preventiva, que no es puramente el mantenimiento del bien. Va más allá. Hablamos de detectar un riesgo e intentar aminorarlo. Se intenta restaurar lo menos posible", explica Isabel Rodríguez, directora del Alcázar. Tras analizar la situación, la dirección del monumento decidió que era conveniente desarrollar este Plan de Conservación Preventiva y que se adjuntara al Plan Director.

Trabajos de restauración en las fuentes. Trabajos de restauración en las fuentes.

Trabajos de restauración en las fuentes. / José Ángel García

La empresa adjudicataria del mismo fue la Fundación Santa María la Real y lleva desarrollándose desde hace bastantes meses. Tanto la directora como la persona encargada de la conservación se encuentran identificando los riesgos, midiendo diversos datos y variables (como temperatura y humedad) y determinando cómo hay que actuar en cada caso concreto. "Todo lo que recopilamos lo introducimos en una base de datos. Luego se hará una evaluación que determinará los protocolos de actuación".

Tras las restauraciones hechas en los últimos años, algunos de los elementos del Alcázar han entrado ya en el programa de conservación preventiva al haberse adoptado una serie de procedimientos. Ejemplos de ello son las fuentes o las carpinterías. "En un palacio vivo es todo mucho más complejo. Las fuentes están para ser usadas, pero hay que adoptar medidas para minimizar los riesgos, poniendo macetas bordeando algunas de ellas, por ejemplo. En el Palacio Gótico también hemos puesto unas catenarias bajas para proteger los azulejos, cuyo proyecto de restauración está ya hecho. Los azulejos forman parte del devenir histórico del recinto. No puedes quitar alguno que ha perdido el vidriado porque esa es su historia", subraya la directora.

La Capilla del Palacio Gótico, con sus valiosos azulejos renacentistas. La Capilla del Palacio Gótico, con sus valiosos azulejos renacentistas.

La Capilla del Palacio Gótico, con sus valiosos azulejos renacentistas. / Víctor Rodríguez

En el caso de las fuentes, la mayoría de las cuales se ha restaurado, se ha aprovechado para introducir mejoras que contribuyan a su buena conservación: "Por ejemplo, antes no se trataba el agua de pozo que creaba una capa de cal sobre la fuente. Ahora sí se hace, los restauradores les limpian los velos casi a diario, se repasan las fisuras... no hay que esperar a que estén mal para acometer una gran restauración. A eso es a lo que vamos". Tras su rehabilitación el año pasado, el Cenador del León y su fuente ya se han incorporado a la conservación preventiva mediante el pliego de mantenimiento.

La directora del Alcázar destaca que uno de los grande valores del Alcázar es que se ha mantenido como un palacio del XIX, algo que hay que mantener. "Por ejemplo, si la Virgen de los Mareantes estuviera en un museo de vería de otra manera. Pero está en recinto vivo y la manera de actuar es otra. Ese es su gran valor".

La importancia de los jardines

La conservación preventiva también se ha trasladado a los jardines. Se han analizado de manera minuciosa 180 árboles de mediano y gran porte para saber en qué estado se encuentran exactamente cada uno de ellos. A la mayoría se les ha hecho una tomografía. "Los jardines son tan importantes como el propio palacio. Son indisolubles", recalca Rodríguez.

Otros proyectos, algunos aún pendientes de realizar, que ya cuentan con su plan de conservación preventiva son los de los artesonados del Cuarto Real Alto, los revestimientos del Palacio Gótico y los del Palacio Mudéjar, o las yeserías. El Alcázar también firmó un convenio con el IAPH para la restauración de las sargas del Palacio Gótico. Una de las actuaciones de conservación preventiva será analizar su ubicación, ya que el sol indice directamente en su estado.

Reordenar las visitas en lugar de cerrar un día para mantenimiento

Todas las tareas de conservación que se llevan a cabo tienen en cuenta el gran número de visitas que recibe el Alcázar. La directora apuesta por una reordenación de la misma, más que por cerrar durante un día a la semana para que el monumento pueda respirar y se puedan acometer algunos trabajos con tranquilidad. "Actualmente, ningún monumento cierra un día a la semana. No lo hace la Alhambra, por ejemplo, que ha reorganizado su visita. Creo que tenemos que ir hacia eso".

El recorrido que realizan los visitantes es libre, pero se han analizado en profundidad los flujos y los espacios que son más transitados para esa posible reordenación. "Todo eso se está analizando. Se podría hacer un recorrido más conservativo".

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