El catedrático de la US Antonio Pascual ingresa como académico de honor en Farmacia

Academia Iberoamericana de Farmacia Granada-Sevilla

Tras un recuerdo emocionado de sus padres en su vocación, defendió la urgencia de cambios profundos en la educación con el triple objetivo de enseñar a aprender, a emprender y a ser

Antonio Pascual, investido doctor honoris causa por la Universidad de Jaén

El catedrático Antonio Pascual se dirige al atril de la Academia de Farmacia.
El catedrático Antonio Pascual se dirige al atril de la Academia de Farmacia. / José Angel García
A. S. Ameneiro

29 de marzo 2022 - 20:13

El catedrático de la Universidad de Sevilla Antonio Pascual Acosta ingresó este martes como académico de honor de la Academia Iberoamericana de Farmacia Granada-Sevilla, en un emotivo acto presidido por el consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, Rogelio Velasco, en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, en la calle Abades 14.

El catedrático de Estadística e Investigación operativa de la Universidad de Sevilla en la Facultad de Matemáticas, que atesora más de 40 años dedicados a la enseñanza como profesor o como responsable de la Educación en Andalucía, ha centrado su discurso en ahondar sobre las claves que debe tener el sistema educativo en la actualidad, y en subrayar también el papel y el protagonismo de la investigación y la Ciencia en un mundo cada vez más complejo, globalizado y competitivo.

Pascual tuvo un recuerdo emocionado de su padre, al hablar de la influencia que tuvo en su vocación universitaria, y de su madre ("la primera de toda una saga de farmacéuticos ...seguro desde el cielo se siente hoy la persona más orgullosa al ver como su hijo ingresa en la Academia Iberoamericana de Farmacia, una profesión a la que amaba y a la que dedicó toda su vida").

Primer plano de Antonio Pascual en el atril de la Academia.
Primer plano de Antonio Pascual en el atril de la Academia. / José Angel García

Y ha expresado su profunda gratitud por este nombramiento. "Nunca hubiera podido imaginar en mi camino como joven profesor de Matemáticas en la Facultad de Ciencias de Granada, que llegaría un momento así, en el que tan ilustres personalidades, figuras sobresalientes y cimeras del mundo del saber, y de la profesión farmacéutica, decidieran acogerme como uno más entre ellos", ha dicho.

El proyecto educativo en el que cree y el que siempre ha defendido, dijo, "no es, ni quiere ser, un servicio sometido a las demandas perentorias del mercado, sino una apuesta con perspectiva de futuro" que ofrezca al alumnado "conocimientos científicos, tecnológicos y culturales, así como sólidos principios éticos y valores cívicos que le permitan crecer en madurez, en autonomía y criterio propio para juzgar o actuar y avanzar en el dominio de los procedimientos y destrezas que han de servirle a lo largo de su vida e integrarse en la sociedad como miembro activo, crítico, responsable, útil y creativo".

Pascual (tercero por la izquierda) posa con el consejero Velasco y con otros académicos.
Pascual (tercero por la izquierda) posa con el consejero Velasco y con otros académicos. / José Angel García

Pascual ha reclamado la urgencia de realizar cambios profundos, probar nuevos métodos y experimentar caminos innovadores en el sistema educativo para dar una respuesta eficaz a la nueva realidad del mundo con un triple objetivo: enseñar a aprender, enseñar a emprender y enseñar a ser. "Es decir, debemos ayudarles a ser personas y ciudadanos conscientes y, por tanto, a poner en valor los principios esenciales de la convivencia humana: el respeto a los demás, la flexibilidad y apertura mental e intelectual, el espíritu crítico, la capacidad de aceptar otras formas legítimas de pensar y de proceder", ha afirmado.

La escuela tiene que plantearse este reto y proporcionar a sus alumnos y alumnas lo que Fernando Savater llama "modelos de auto-estima", es decir, referencias que les ayuden a su plena realización personal y cívica, ha recordado.

Foto de familia de Antonio Pascual, académico de honor de Farmacia.
Foto de familia de Antonio Pascual, académico de honor de Farmacia. / José Angel García

"La educación, a través del triple objetivo de enseñar a aprender, emprender y ser, está llamada a contribuir de una manera decisiva a la construcción y consolidación de los elementos básicos que conforman un sociedad democrática, participativa e inclusiva", ha defendido.

Junto a la educación, el catedrático ha citado estrechamente ligada a ella la investigación científica, a la que también ha dedicado una parte de su trabajo, y a la que considera, al igual que enseñar, "una tarea insustituible e indispensable para plantearse siquiera el futuro de la humanidad".

"Se impone pues poner la investigación, el saber, la innovación, al servicio de la ciudadanía, porque el desarrollo científico y tecnológico hay que entenderlo como un componente imprescindible y esencial en la estrategia de conseguir una sociedad más justa y solidaria donde la vida sea un poco más fácil para todos", ha sostenido.

"Avanzamos hacia un universo en el que el conocimiento, ligado a las posibilidades de acceso a la información y a la capacidad de procesamiento y utilización crítica de la misma, constituye el criterio básico de integración y estatus social. Esto puede producir, de hecho, ya lo estamos viendo, una nueva división o fractura de la humanidad, de consecuencias imprevisibles", ha dicho.

Pascual abundó en que el viejo principio ilustrado, según el cual "el conocimiento nos hace libres", máxima proclamada precisamente para estimular en todas partes las ansias de saber, cobra de pronto renovada vigencia y trágica concreción. "Se ha convertido, sin quererlo ni pretenderlo, en agente de desigualdad e injusticia, en expresión modernizada de la esclavitud, en una brecha infranqueable, no solo digital, en el seno de cualquier sociedad, dividiéndola en dos partes desiguales: una minoritaria, libre, feliz y privilegiada; otra, mucho más numerosa, sometida a la ignorancia, a la miseria y a la explotación", ha asegurado.

Educación contra la desigualdad

“Una educación de calidad, basada en sólidos valores éticos y morales, actúa como impulso de solidaridad e integración, como elemento nivelador; como el instrumento más eficaz a la hora de atenuar los factores de desigualdad”, ha defendido Pascual, parafraseando a Norberto Bobbio.

El catedrático ha concluido su discurso convencido de que “la comunidad educativa y científica, gracias a su experiencia secular, a sus conocimientos y a la valía de sus investigaciones, sabrá estar a la altura de los tiempos, de las necesidades de los ciudadanos y del conjunto de la sociedad”.

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