Puerto de Sevilla

Astilleros del Guadalquivir, a toda máquina

  • Once buques se han reparado en el dique seco tras la compra de la empresa por parte de la naviera eslovena Pulchra Mare

  • El 80% de su negocio viene de Europa

Instalaciones de Astilleros del Guadalquivir con el buque TRUD R en reparación en el dique seco.

Instalaciones de Astilleros del Guadalquivir con el buque TRUD R en reparación en el dique seco. / Juan Carlos Muñoz (Sevilla)

El dique seco de los antiguos Astilleros de Sevilla, una estructura de 10 metros de profundidad en suelo portuario, forma parte hoy de una activa empresa de reparación y mantenimiento de buques al pie del Guadalquivir. Ya no se construyen barcos como antaño, pero este histórico enclave sevillano sigue vinculado a las embarcaciones. En último buque que se ha reparado es una draga de succión de África (TRUD R), que salió ya reparada el domingo pasado.

Al frente de esta actividad se encuentra la naviera eslovena Pulchra Mare que adquirió el 100% de acciones de Astilleros del Guadalquivir a la antigua concesionaria de las instalaciones (gestionada por un empresario gallego) y absorbió la deuda que este tenía. Eso fue en marzo de 2017. En este casi año y medio que ha transcurrido, desde la entrada de la naviera eslovena, la empresa Astilleros del Guadalquivir ha logrado salir al mercado exterior y contar con una interesante cartera de pedidos que tiene en Europa su mercado más relevante. 

En su dique seco de 10 metros de profundidad, 143 metros de eslora y 26 de manga, once buques se han reparado y mantenido en esta empresa desde enero de este año, un balance destacable, desde ferries, buques de Salvamento Marítimo y gánguiles. El mérito es haberse colocado en esta buena posición pese a que la competencia aprieta, puesto que Cádiz y Algeciras son puntos activos en reparación de barcos. 

La persona que dirige el departamento técnico, comercial, de operaciones y marketing de la naviera y de Astilleros del Guadalquivir, Juan Manuel Cuenca Martínez, relata que Pulchra Mare vio una vía de negocio importante en Sevilla por la actividad del Puerto y por las buenas conexiones de la ciudad para los clientes (aeropuerto) y una completa red logística en el Puerto (barco-tren-carretera). 

Añade que se ha conseguido tener la mayor parte (80%) de los pedidos del extranjero gracias al intenso trabajo de su departamento comercial que viaja fuera de Sevilla y sondea a potenciales clientes para que hagan en sus instalaciones portuarias reparaciones o paradas técnicas. De cifra de negocios no da datos. 

Para poner en buen estado el dique seco y su entorno, Pulchra Mare destinó una inversión superior al millón de euros sobre todo a instalar bombas de achique, renovar el cableado obsoleto de los años 60, adaptar el recinto a la nueva legislación y adecentarlo en general. 

El directivo asegura que no cree que el auge de actividad que han logrado tenga relación con las potentes empresas del sector metalmecánico que están instaladas también en el polígono Astilleros: Tecade, GRI Towers, Megusa, Apimosa y Ditecsa. 

Otra actividad que realiza, en segundo lugar, es el desguace de embarcaciones y la venta del acero y aluminio a las empresas de fundición. 

Los principales países que están entre sus clientes son Alemania, Holanda, Inglaterra,Grecia y Chipre. Aparte de la reparación que presta Astilleros del Guadalquivir, los clientes necesitan servicios de logística y turísticos en los días que dura su estancia en Sevilla.  

El directivo destaca que la empresa sigue concursando para crear una zona de trabajo donde acudan a ser reparados buques de salvamento marítimo, debido a la buena localización del Puerto de Sevilla, resguardado del mar abierto. 

En cuestión de empleo, Cuenca sostiene que Astilleros del Guadalquivir cuenta con una plantilla de 40 personas, entre dirección, dirección técnica y operarios, que desempeñan todos los trabajos especializados que se requieren para reparar un buque. 

Las oficinas de Astilleros del Guadalquivir se localizan en un edificio de los antiguos Astilleros situado junto a la torre del reloj. El inmueble ha sido recuperado. Allí trabajan con él Graciela (directora de producción), Leyre (jefa de seguridad), Marcos (jefe de compras), Iván (operaciones). Hay incluso personal de los antiguos astilleros sevillanos, como el electricista Manuel.      

La reparación de embarcaciones, su principal actividad, puede compararse al trabajo en un taller de grandes dimensiones. Adecuar el casco y aplicarle pintura, repasar cuestiones mecánicas... 

La empresa está satisfecha con la gestión  comercial que realiza la Autoridad Portuaria de Sevilla, sobre todo tras el reforzamiento del departamento comercial acometido recientemente. Destaca la tarea esencial de “gran trampolín” que desempeña la dirección del Puerto por sus lazos con el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) y con otras administraciones.

La historia de los primeros astilleros de Sevilla tuvo su origen tras la Guerra Civil española, cuando se lanza el primer plan de nuevas construcciones de la empresa nacional Elcano, que proyectaba tres nuevos astilleros en el país, según cuenta el investigador Marcos Pacheco Morales-Padrón en el número de enero pasado de la revista Ingeniería Naval.  

La concesión de un astillero en Sevilla se aprobó en 1944 sobre una parcela final de 360.453 m2, y las obras se encargan a Entrecanales y Távora, que la ejecutan entre 1948 y 1952, continúa el autor de la publicación. Funcionó como el astillero más productivo del mundo en 1973 (según el prestigioso Loyd’s Register) hasta su privatización y ocaso en 2004, absorbido por los astilleros de Huelva, desbordado por las deudas. El 31 de diciembre de 2011 se puso fin a su actividad.  

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