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salud | nuevos pasos en el hospital universitario frente al cáncer

Radioterapia: Avances en el Macarena

  • El Hospital Universitario incorpora la resonancia frente al cáncer de cérvix

  • Una operación de Urología previa mejora los resultados en cáncer de próstata

Magdalena Márquez, Mónica Ortiz, María Gil, José Macías, Héctor Miras, Rafael Arrans, Pilar de la Fuente y Carlos Míguez, en la sala de un acelerador.

Magdalena Márquez, Mónica Ortiz, María Gil, José Macías, Héctor Miras, Rafael Arrans, Pilar de la Fuente y Carlos Míguez, en la sala de un acelerador. / Juan Carlos Vázquez

Los equipos de Oncología Radioterápica y Radiofísica del Hospital Macarena han incorporado avances en los tratamientos frente al cáncer de cérvix, mama y el cáncer de próstata que mejoran el control de la enfermedad. El perfeccionamiento de las técnicas es el resultado de un trabajo multidisciplinar que requiere de la implicación de otros servicios hospitalarios, como Ginecología, en el caso de los tumores femeninos, y Urología, en el cáncer de próstata, entre otros. "Con cada tratamiento hacemos un traje a medida para cada paciente", explica el doctor Carlos Míguez, responsable de oncología radioterápica.

Cáncer de cérvix

Cinco pacientes que sufrían cáncer de cérvix y que no eran candidatas para la cirugía se han beneficiado ya de un nuevo protocolo de radioterapia, que mejora en precisión con la incorporación de una prueba diagnóstica, la resonancia magnética y su fusión con las imágenes de TAC. La utilización de ambas pruebas permite a los oncólogos localizar el tumor con mayor exactitud y diseñar, junto a los radiofísicos, el mejor tratamiento en cada caso.

El principal objetivo de los avances en Radioterapia es la precisión. La localización exacta del tumor y su descripción morfológica (los tumores no son homogéneos en sus bordes) permite incrementar la dosis y, por lo tanto, las posibilidades de curación. Concentrar el arsenal terapéutico contra la enfermedad favorece la destrucción de las células cancerígenas y reduce el riesgo de daños colaterales en tejido sano.

La precisión se logra, en gran medida, mediante el perfeccionamiento de las pruebas de imagen y las nuevas aplicaciones tecnológicas. Los equipos de los doctores Míguez y Rafael Arrans han trabajado unidos para incorporar en el Hospital Macarena la resonancia magnética en los tratamientos de braquiterapia frente al cáncer de cérvix. En estos tratamientos frente al cáncer de cérvix históricamente "se han utilizado radiografías convencionales para estudiar la localización del tumor, hasta la incorporación del TAC. Ahora la fusión de las imágenes de la resonancia con las imágenes del TAC permite definir con mayor nitidez el volumen a tratar, por un lado, y proteger los órganos de alrededor, por otro, de manera que los pacientes mejoran en calidad de vida al reducir los efectos secundarios", añade el doctor Míguez.

La resonancia aporta precisión sobre la geometría del tumor. Este proceso se realiza con la participación de radiofísicos, oncólogos radioterápicos y el servicio de radiodiagnóstico. "Con esta técnica, combinada con radioquimioterapia externa, se están tratando pacientes con tumores inoperables de cáncer de cuello de útero, consiguiéndose, en estadios avanzados, altas tasas de supervivencia, con reducción importante de la toxicidad local en el recto y en la vejiga, que son los órganos de riesgo situados por delante y por detrás del cuello del útero", explica la doctora Eloísa Bayo, jefa del servicio de Oncología Radioterápica y directora del Plan Integral de Oncología de Andalucía. A través de un planificador los especialistas calculan la radiación que debe recibir cada paciente. Una vez diseñado el tratamiento a medida del tumor, la mujer es sometida a la radiación en una sala blindada.

"La braquiterapia es radioterapia aplicada desde el interior del organismo mediante la implantación de un dispositivo que porta la fuente radiactiva", explica el doctor Arrans. El procedimiento (ver infografía) comienza con una intervención que consiste en la colocación de un aplicador y una guía en el cuello del útero mediante un catéter; posteriormente, los especialistas comprueban la correcta localización mediante un TAC ; y mediante la fusión con la resonancia calculan las dosis de tratamiento. El aplicador es sustituido por la fuente de radioterapia (iridio 192), un cilindro de cuatro milímetros de diámetros. El proceso termina en una sala blindada: una máquina externa conectada al cilindro que porta la fuente transmite las partículas radiactivas, que van dirigidas al tumor.

Cáncer de próstata

La colaboración entre Radiofísica, Oncología Radioterápica y Urología ha permitido mejorar los procesos frente al cáncer de próstata. "El problema frente a este tumor radica en que el órgano se mueve mucho y es complicado localizarlo en el momento de aplicar el tratamiento", explica el doctor Arrans. Frente a este comportamiento del tumor de próstata, una solución pasa por una pequeña intervención en Urología. "El urólogo coloca unas marcas metálicas (como unos clips) en el tumor, de modo que al realizar el TAC podemos conocer su ubicación exacta", añade Arrans. Al mejorar en precisión se reduce el número de sesiones a la mitad, manteniendo una dosis equivalente a la administrada en tratamientos más largos. Sin las marcas sobre el tumor la terapia incluye 39 sesiones; con las marcas, 20 sesiones. Esta reducción impacta de manera positiva en las listas de espera y en las demoras, pero sobre todo en la calidad de vida del paciente.

"En cáncer de próstata el beneficio de irradiación con semillas radiopacas es doble", comenta la doctora Eloísa Bayo, al concretar que esta técnica, "por un lado, permite aplicar la técnica conocida como radioterapia guiada por imagen (IGRT por sus siglas en inglés) y por otro lado, gracias a la precisión en la aplicación diaria del tratamiento, es posible acortar el número de sesiones, mejorando significativamente la calidad de vida del paciente no solo durante el tratamiento, sino también a largo plazo". El cáncer de próstata es el más frecuente en el hombre, pero, afortunadamente, también es uno de los tumores con mayor supervivencia a los cinco años, situándose por encima del 90%.

El doctor Rafael Arrans, jefe de Radiofísica en el Hospital Macarena, en la sala de un acelerador lineal. El doctor Rafael Arrans, jefe de Radiofísica en el Hospital Macarena, en la sala de un acelerador lineal.

El doctor Rafael Arrans, jefe de Radiofísica en el Hospital Macarena, en la sala de un acelerador lineal. / juan carlos vázquez

Cáncer de mama

Otro de los pasos en radioterapia se refiere al tratamiento de un subgrupo de pacientes afectadas por el cáncer de mama, el tipo de tumor con mayor incidencia en la población femenina. "Tras la cirugía conservadora el protocolo incluye la radioterapia para evitar futuras recaídas", explica el doctor Míguez. En aquéllos casos con un riesgo bajo de recaída, en lugar de irradiar todo el tejido mamario, la terapia se concentra sólo en la zona que presenta riesgo. Es lo que se conoce como Irradiación Parcial Acelerada. Esta opción permite reducir el número de sesiones de radioterapia a 10, que se concentran en sólo cinco días. "Este tipo de irradiación puede realizarse con múltiples técnicas con la ventaja de que, en casos seleccionados, acorta el tiempo de tratamiento considerablemente (solo una semana) y reduce la irradiación secundaria de órganos tan importantes como el pulmón y el corazón", explica la doctora Bayo.

El procedimiento se basa en la colocación de unas marcas metálicas radiopacas (como unos clips) donde está localizada la zona de riesgo para posteriormente proceder a la irradiación parcial de la mama. Este tipo de radioterapia esta indicada para mujeres mayores de 50 años, con tumores pequeños, completamente resecados, sin afectación ganglionar y unas características concretas a nivel patológico. En torno a 200 mujeres son sometidas cada año en el Hospital Macarena a cirugía conservadora para la eliminación de tumores mamarios; de ellas un subgrupo de unas 20 mujeres (10%) se pueden beneficiar de la irradiación parcial tras la cirugía.

Esta técnica frente al cáncer de mama ha sido desarrollada por los profesionales de Radiofísica y Oncología Radioterápica en el Macarena, con colaboración con el departamento de Fisiología Médica y Biofísica de la Facultad de Medicina de Sevilla.

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