"Hay una alternativa para el futuro que quiero dejar en la mesa: retomar el proyecto Sevilla-Bonanza, con él tendríamos el mayor puerto de Europa". El órdago fue lanzado este jueves por el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Javier Landa, durante su participación en las jornadas Dragado del río Guadalquivir: avance y crecimiento socioeconómico organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección.

Con la idea de crear una vía navegable paralela al cauce del río Guadalquivir que permitiera el acceso de buques de gran tonelaje desde la desembocadura en el Puerto de Bonanza (Sanlúcar de Barrameda) hasta Sevilla y evitar los peligros que conlleva la navegación, el proyecto del canal fue presentado en 1953. La dársena llegaría a tener 68 kilómetros de longitud, un ancho en el fondo de 60 metros y en la superficie de 120, lo que permitiría la entrada de buques de hasta 20.000 toneladas a plena carga. A lo largo de todo el recorrido estaría flanqueado por unos terrenos que iban a ser ocupados por zonas industriales y las necesarias vías de comunicación. El conjunto se reforzaría del cauce del Guadalquivir por dos malecones exteriores y paralelos, y dejaría a la ciudad a 17 kilómetros de la salida al mar (57 por carretera y 65 por ferrocarril).

Era un proyecto faraónico que superaba de largo los tres mil millones de pesetas. Su ejecución fue aprobada por las Cortes a través de la ley 80/1964, quedando adjudicada cuatro años más tarde a la empresa Dragados y Construcciones. Debido a las enormes dificultades técnicas que presentó el proyecto y su enorme coste, las obras quedaron reducidas a un pequeño tramo de dos kilómetros. Convertida en zona de esparcimiento hasta el año 2003, la Autoridad Portuaria decidió transformar la Dársena del Cuarto en un espacio que sirviera para la instalación de terminales que podrían llevar a duplicar la actividad portuaria. En los últimos Presupuestos Generales del Estado para 2015 se contempla la inversión de once millones de euros para el brazo ciego, conocido popularmente como el Lago de los hippies y que es usado como lugar de pesca los fines de semana al abundar las carpas y blackbass.

"Su debate podría llevarnos otros 60 años", aseguró entre risas el primer teniente de alcalde mientras los asistentes aprovecharon para murmurar sobre la iniciativa.