Bajan los excelentísimos

La sevillana María Teresa Otero es la nueva presidenta de la Organización Internacional de Ceremonial y Protocolo (OICP). La designación tuvo lugar durante el duodécimo Congreso Internacional de Protocolo que tuvo lugar el 28 de septiembre en la ciudad paraguaya de Asunción.

El nombramiento de la actual presidenta de la Asociación Universitaria de Relaciones Públicas y Protocolo de Andalucía ha coincidido con la reciente aparición de su libro Protocolo y Empresa (El ceremonial corporativo), editado por UOC (Universitat Oberta de Catalunya), donde Otero publicó Protocolo y organización de eventos.

Al Congreso Internacional de Protocolo asistieron más de 400 profesionales y especialistas de Europa e Iberoamérica. En las sesiones de Asunción se eligió Cádiz como ciudad del próximo congreso, que se celebrará en septiembre de 2012.

La junta directiva que preside Otero Alvarado la forman el paraguayo Herminio González Rojas, el húngaro László Karger-Kocsis, el venezolano Julio César Díaz Ojeda, el brasileño José Afonso Carrijo, el argentino Jorge Vidaurreta y el español Salvador Hernández Martínez, además de los profesionales que estarán al frente de las comisiones de Comunicación, Económica, Estudiantes y Becas, Deontología Profesional, Patrocinios, Premios y Distinciones y Protocolo y Ceremonial.

Con tres elecciones en diez meses, las municipales del 22 de mayo de este año, las generales del 20 de noviembre y las autonómicas de marzo de 2012, las nociones de ceremonial y protocolo están a la orden del día. Gobierno y oposición configuran una franja en la que hay que armonizar criterios de relevancia y cortesía.

María Teresa Otero es licenciada en Ciencias de la Información, en Geografía e Historia y máster en Dirección de Empresas. De la segunda de sus licenciaturas da fe una de sus apariciones más entrañables. Fue la persona elegida hace casi treinta años por Ramón Carande Thovar, el autor de Carlos V y sus banqueros, para presentar su libro Galería de Raros en el pub Abades cuyo timón junto a la casa de los Pinelo llevaba Fernando Chamorro.

La nueva presidenta de la OICP es profesora de Programación y técnicas de las relaciones públicas: Protocolo. En su libro el lector sabrá que el concepto de Relaciones Públicas entra en auge a partir del final de la Primera Guerra Mundial. Es profesora en la Facultad de Comunicación que se construyó en el pabellón de Estados Unidos de la Exposición Universal de 1992. El laboratorio profesional de María Teresa Otero, que trató con jefes de Estado de los cinco continentes.

Técnicas de relaciones públicas y tecnologías mantienen en su relación un cierto conflicto o dialéctica en las relaciones entre emisor y receptor. Reconociendo la importancia de internet en las nuevas relaciones, María Teresa Otero dice en su libro que "nunca va a ser igual recibir en mano y con acuse de recibo una invitación en un sobre con cartulina, con la dirección y el nombre del invitado en el cuerpo de la propia invitación escrita a mano, logotipo corporativo en relieve e impecable diseño y creatividad, que recibir un correo electrónico masivo o acceder una invitación colgada en Facebook".

Hija de Manuel Otero Luna, el que fuera director del hotel Inglaterra, rey mago de la Cabalgata y presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, la profesora Otero es una abanderada de la empresa del protocolo. De las sutilezas de este arte incorpóreo en las encarnaciones tangibles de la política. Valgan un ejemplo de la dictadura y otro de la democracia.

Franco se doctoró en Protocolo cuando fue Gentilhombre de Cámara de Alfonso XIII. A la postre no sería muy protocolario. La normativa promulgada en 1923 bajo la dictadura de Primo de Rivera quedó sin efecto tras la salida de España del rey en 1931 y Franco no aprobó una nueva hasta 1968.

Con su muerte se le apeó del Generalísimo (estatua ecuestre de las esdrújulas) y empezaron a caer otros ísimos. Por acuerdo del Consejo de Ministros de 18 de febrero de 2005, la Administración central suprime los tratamientos de excelentísimo para sus miembros, incluidos presidente del Gobierno y ministros, que serán Señor Don o Señora Doña, aunque siguen manteniendo el tratamiento los miembros del poder legislativo y judicial.