La Policía Nacional detuvo hace unos días a tres hermanos, miembros del clan de los Caracoleños, por su presunta participación en un intento de homicidio ocurrido el Jueves Santo en las Tres Mil Viviendas. La víctima, un joven de 18 años, recibió al menos una puñalada en la zona lumbar que le afectó órganos vitales. En los primeros momentos estuvo muy grave, tuvo que ser operado de urgencia y pasó cuarenta días en la UCI del Hospital Virgen del Rocío.

El apuñalamiento se produjo sobre las dos de la madrugada del pasado 1 de abril, después de que la víctima sorprendiera robando en un quiosco de su propiedad a algunos miembros de este clan, que llegó al Polígono Sur procedente del desaparecido asentamiento chabolista de Los Bermejales hace casi veinte años y que desde entonces ha protagonizado numerosos enfrentamientos con los vecinos de la zona, con una muerte anterior incluida.

Los primeros patrulleros de la Brigada de Seguridad Ciudadana que llegaron al lugar de los hechos averiguaron que la agresión podía haber ocurrido instantes antes en la calle Don Juan Tenorio, en la barriada de Murillo. Los familiares de la víctima manifestaron desde el primer momento que las heridas se produjeron como consecuencia de una pelea originada cuando la víctima, junto con su hermano, fueron a reclamar a los Caracoleños los objetos que le habían robado en su local. Allí fueron recibidos por una multitud de personas que los recibieron con palos y armas blancas. 

El Grupo de Homicidios inició una investigación que se ha prolongado durante un mes y medio. En una nota de prensa emitida este martes, la Policía destaca que las diligencias han resultado muy complicadas porque la agresión se produjo en una "zona poco propicia para recabar testimonios". A pesar de ello, los investigadores consiguieron reunir indicios suficientes para identificar a los principales agresores, tres hermanos muy jóvenes, uno de los cuales es menor de edad.

Pertenecen al clan de los Penanes por parte de padre y al de los Gilos por parte de madre. Ambas son familias que se encuadran dentro del macro clan de los Caracoleños. Los tres sospechosos habían huido de las Tres Mil Viviendas tras la agresión. 

Casi un mes y medio después, el 13 de mayo, fueron detenidos los tres hermanos. La Policía ya había localizado el paradero de los tres. Dos de ellos estaban viviendo en furgonetas y en una chabola en un asentamiento situado en San Juan de Aznalfarache. El otro residía en un piso de Alcalá de Guadaíra y estaba localizado desde el principio de la investigación. El juzgado de Instrucción número 3 de Sevilla ordenó la entrada y registros en tres domicilios de las Tres Mil Viviendas, el piso de Alcalá y dos furgonetas y una choza de San Juan. En los registros se intervinieron 14.200 euros, varias armas blancas y piezas de un arma de fuego.