Unos mil estudiantes de la Universidad de Sevilla se han manifestado desde el Rectorado hasta la Plaza Nueva, pasando por Puerta Jerez, Paseo de Colón, Reyes Católicos, Plaza del Duque y calle Tetuán contra el proceso de Bolonia. Los jóvenes, con pancartas y carteles con lemas como 'No a Bolonia' han interrumpido el tráfico durante la marcha y han impedido el paso del Metrocentro a su paso por el Rectorado.

Por otra parte, unos 400 estudiantes de la Universidad de Sevilla han pasado la noche en las facultades de Psicología, Comunicación y Geografía e Historia como acto de protesta contra la reforma universitaria.

Uno de los organizadores del acto, el alumno Sergio Pascual, indicó a Europa Press que 200 personas han pasado la noche en la antigua Fábrica de Tabacos, otras 90 en Comunicación y cerca de 80 en el Campus de Ramón y Cajal.

Además del 'encierro' nocturno, autorizado por los respectivos centros, se celebraron otro tipo de actividades como charlas sobre la LOU y los tratados de Bolonia, coloquios sobre la precariedad laboral en la juventud, actuaciones musicales o proyecciones audiovisuales.

En este sentido, Pascual destacó el apoyo de los citados decanatos y lamentó que desde el Rectorado no se hayan "hecho esfuerzos" para explicar a los estudiantes el proceso de Bolonia.

Geografía e Historia

Por su parte, el delegado de alumnos de Geografía e Historia, Guillermo Pozo, aclaró hoy que la Delegación de Alumnos de este centro apoya tanto el 'encierro' nocturno como el resto de actos organizados, puesto que así emanó de la asamblea de estudiantes celebrada ayer.

En este sentido, precisó a Europa Press que son los delegados los que personalmente no están implicados en la organización y recalcó que sí lo está la Delegación, por mandato de la asamblea.

Además, Guillermo Pozo destacó que además de alumnos de esta facultad, se sumaron estudiantes de otros centros en los que no estuvo autorizada la protesta, que se sumaron a las actividades organizadas.

Este proceso es compartido por 46 países de Europa y tiene como meta la convergencia en 2010 de todos los sistemas universitarios europeos en un marco reconocible por todos, que facilite a su vez la movilidad de estudiantes y titulados.