El Coleta pidió a la Policía que protegiera sus pisos de los robos
Tiroteo en las Tres Mil
Desde el día siguiente al tiroteo estaba negociando su posible entrega a los investigadores del grupo de Homicidios.
Una conversación telefónica intervenida a Antonio G. M., el Coleta, uno de los principales implicados en el tiroteo de las Tres Mil Viviendas que costó la vida a una niña de 7 años, revela que éste se dirigió a la Policía pidiéndole que actuaran ante los robos de sus pisos que se estaban produciendo e incluso sugiere que estaba negociando su posible entrega, ya que cuenta que mantenía conversaciones con los investigadores del Grupo de Homicidios.
La conversación se produjo al día siguiente del tiroteo, en concreto a las 19:35 del 21 de agosto, y en la misma Antonio G. M. habla con una amiga, a la que cuenta lo ocurrido la noche anterior, explicando que supuestamente la reyerta se había producido como consecuencia del secuestro de un hijo suyo en mayo pasado. El Coleta comenta a su interlocutor que fue a buscar al joven que había atacado a su hijo y dice que fueron recibidos con escopetas y pistolas, y en el tiroteo "han matado a una niña".
El marido de La Perla asegura que su clan no es responsable de la muerte de la menor, pero mientras se aclara lo ocurrido han tenido que ocultarse. Es entonces cuando le comenta a su amiga que les "han reventado" y robado en todos sus pisos de las Tres Mil Viviendas y que cuando ha informado a la Policía de los robos le han respondido diciéndole que no podían hacer nada.
Antonio G. M. relata que entonces le han llamado del Grupo de Homicidios diciéndole que comparezca ante ellos, pero no le convence porque no le han dado "confianza" al no haber "mirado" por sus casas, por lo que se pregunta "para qué" se va a presentar, para que le "maten o tenga que matar" porque han intentado acabar con su vida o la de uno de sus familiares.
La conversación termina con el Coleta diciéndole a su interlocutora que al día siguiente volvería a llamar porque no podía tener el teléfono encendido mucho tiempo para que no le localizaran mediante las antenas repetidoras de los móviles, lo que revela que conocía que su teléfono podía estar intervenido.
En sus declaraciones, el Coleta afirmó que fueron recibidos a tiros que efectuó únicamente "ocho o nueve disparos" y otros tres su hijo, todos ellos realizados "al aire", y añadió que acto seguido se montaron en los vehículos y se fueron a gran velocidad. Después decidieron marcharse de las Tres Mil Viviendas porque un amigo le dijo que estaban "buscándole todos los gitanos de la familia de los Marianos y otros más para matarles". Su idea, continuó, era dejar a su familia a salvo y presentarse ante la Policía para "aclarar lo sucedido".
En otra conversación telefónica, que tuvo lugar unas horas más tarde (a las 23:05), la amiga del Coleta le pregunta si se va a entregar y éste insiste en que no ha hecho nada y que va a "tirar para delante".
En la transcripción de esta escucha policial, el marido de la Perla insiste en que no mataron a la niña y en que ha contactado con los investigadores. "No, si yo se lo he dicho al Grupo de Homicidios y todo, que si yo hubiera sido, cojo y me entrego solo. ¿Me entiendes? Digo: mira yo he comedido este fallo, y yo he hecho esto y voy a pagar esto. Pero es que yo no lo he hecho. ¿Me entiendes? Ésa es la putada".
La conversación finaliza igualmente diciéndole a su interlocutora que no puede hablar "tanto tiempo porque si no eso coge los repetidores".
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