Cuando todavía resuenan los ecos de la batalla campal que la semana pasada protagonizaron grupos ultras de alemanes e ingleses en el Paseo de Colón de Sevilla, la Subdelegación del Gobierno ha celebrado su primera reunión preparatoria del plan de seguridad para la fina de la Europa League, que se celebrará en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla el próximo 18 de mayo.

En la reunión se han sentado, entre otras, las bases del apoyo que prestarán distintas instituciones, entre ellas la Maestranza Área de Sevilla. Al encuentro han asistido, además del subdelegado del Gobierno, Carlos Toscano, el director del aeropuerto, Sergio Millanes, y el jefe operativo del Aeropuerto, Javier Romo Briega; el jefe de división de Enaire, Laureano Lama; el comisario de la Policía Nacional, José Ruiz Gómez; el coronel jefe de la Guardia Civil, Luis Ortega Carmona; el jefe de la agrupación ACAR del Acuartelamiento Aéreo de Tablada, Alberto Quirós; responsables de la Policía Nacional y el director del Área Funcional de Sanidad y Política Social.

Durante la reunión se ha analizado la necesidad de organizar los vuelos corporativos que aterricen en Sevilla para la asistencia a la final de la Europa League y adecuar estas llegadas con los vuelos comerciales se prevén.

El subdelegado del Gobierno en Sevilla, Carlos Toscano, ha destacado la “colaboración institucional” que ha permitido este acuerdo para “que Sevilla sea un ejemplo de organización”.

La Policía explicó la semana pasada que impidió se produjeran nuevos enfrentamientos tras los protagonizados por los hinchas alemanes e ingleses. De hecho, con motivo del partido de alto riesgo celebrado el pasado jueves entre el Sevilla Fútbol Club y el West Ham, en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán, la Policía abortó una posible disputa entre aficiones locales y extranjeras.

Según recordó la Policía, el dispositivo de seguridad contaba con más de 750 efectivos policiales y de seguridad privada. Así, en el dispositivo previsto de manera preventiva para evitar la violencia en el deporte y mantener la seguridad ciudadana, las distintas unidades policiales de la Policía Nacional vigilaron todas las posibles acciones de los ultras en la ciudad, para evitar de nuevo, posibles incidentes de grupos ultras extranjeros entre sí, así como enfrentamientos con grupos ultras locales, como los “Biris” o “1907”.