Patrimonio

Convento de Santa Clara, un tesoro al descubierto

  • Ya se puede visitar de manera gratuita el claustro, el refectorio y los jardines tras la rehabilitación.

Una recuperación patrimonial de calado. Desde ayer se puede visitar de manera gratuita buena parte del corazón del Convento de Santa Clara, rebautizado como Espacio Santa Clara. El claustro, el refectorio y los jardines que acogen la Torre de Don Fadrique aguardan al visitante después de la rehabilitación llevada a cabo en los últimos años. El Ayuntamiento pone a disposición de todos los sevillanos y de los turistas que visiten la ciudad los tesoros de este lugar único que fue palacio almohade, morada de Don Fadrique y convento de clarisas antes de destinarse a su actual uso cultural.

El alcalde, Juan Espadas, giró ayer la simbólica primera visita junto al arquitecto que ha llevado a cabo la restauración, José García-Tapial. Desde que el Ayuntamiento compró del convento al Arzobispado en 2001 -la Iglesia se reservó la propiedad del templo y sus estancias contiguas- ha invertido más de tres millones de euros en su reparación. Hasta la fecha se ha restaurado el 40% del total. "Ahora ya podemos conocer lo que es el corazón del convento", explicó García-Tapial.

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El claustro actual data de 1523, cuando las monjas completan el patio del siglo XIII, y le añaden una segunda planta. Son muchos los elementos y vestigios que quedan del palacio de Don Fadrique, como las epigrafías en los cabeceros de los muros o unos pequeños ventanales. La restauración ha devuelto todo el esplendor a los paños de azulejos, a los artesonados de madera o a las yeserías. "El claustro renacentista se encuentra situado sobre lo que fue el patio primitivo del palacio de Don Fadrique. Seguramente en su origen tenía una acequia central, como todos los palacios almohades. Don Fadrique lo fue acomodando para que acogiera su residencia".

El refectorio es "el espacio más bello y significativo" del convento, según el arquitecto. Esta gran sala se encontraba totalmente en ruinas y, tras ser desmontados todos sus elementos, ahora se puede ver en su estado original. "Hemos procurado conservarlo tal y como fue concebido, pero dotándolo de las instalaciones necesarias para que sea sala de conferencias". La decoración mural estaba oculta bajo capas de cal, pero gracias a las catas realizadas junto al IAPH -más de mil en todo el convento- han podido rescatarse. La estancia adornada por valiosos paños de azulejos cuenta con un pasaplatos que conectan con la cocina -pendiente de rehabilitar- en la que cuenta la leyenda que doña María Coronel se arrojó aceite hirviendo en la cara mientras huía del rey don Pedro.

Una puerta en la cara norte del claustro conduce a los antiguos huertos y a la Torre de Don Fadrique, que siempre estuvo aislada del convento. Desde estos jardines se observan zonas que en su día se desligaron del cenobio, como la mitad de los dormitorios de las monjas, vendido en 1918, y que acogieron un colegio y el conservatorio. García-Tapial conminó a Espadas a sumar este y otros lugares al conjunto: "Lo primero que habría que hacer es integrar todos los solares perimetrales que son de propiedad municipal. Los jardines tienen medianera con la Nave Singer y en otra esquina lindan con otra nave del Ayuntamiento".

En los jardines se puede observar una de las edificaciones más singulares del monumento. Un bloque de pisos que acogió a las religiosas tras la Desamortización: "Todas las comunidades fueron expulsadas, pero con las monjas de Santa Clara se hizo una excepción y se les permitió seguir viviendo en el convento, pero no en comunidad. Por eso construyeron estos pequeños apartamentos en los que vivieron también las religiosas de San Clemente". Desde este punto, los visitantes acceden a la Torre de Don Fadrique, a la que se podrá subir próximamente, y a su bello entorno.

El alcalde explicó que se abre el convento de manera gratuita para profundizar en su conocimiento y en la rehabilitación de la zona norte del casco histórico, aunque todavía quede mucho para su restauración integral, en la que se seguirá trabajando: "Todavía tiene un desarrollo importante. Estamos trabajando también para ver cómo podemos incorporar a la oferta turística y cultural este tipo de inmuebles. Es fundamental. Queremos ver si se puede hacer un recorrido complementario por otros conventos. Hay espacios que podrían estar abiertos si se llega a un acuerdo con el Arzobispado o con la institución competente".

Espadas fijó como uno de los pilares de su mandato la recuperación del vasto patrimonio patrimonial de la ciudad, continuando la rehabilitación de Santa Clara y la de otros bienes: "En estos últimos años no se ha podido mantener la inversión necesaria. Una ciudad monumental como Sevilla tienen que contar con una línea de financiación público-privada para la rehabilitación permanente de su patrimonio. Seguiremos con la rehabilitación en función de la disponibilidad presupuestaria. El objetivo es que dentro de cuatro años se haya avanzado en este tema. Estamos elaborando el presupuesto de 2016  y, por ejemplo, habrá consignación para la Casa del Pumarejo". Por su parte, García-Tapial señaló que la restauración más costosa y delicada ya se ha realizado. Con los trabajos en marcha en el refectorio alto se habrá intervenido en el 50% de la superficie propiedad del Consistorio. La siguiente fase será la correspondiente al acceso natural, por la calle Santa Clara, que da entrada al compás del antiguo convento.

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