Sevilla

Conventum: Un nuevo intento para crear una ruta por la clausura

  • La Aset, Eusa y el padre Juan Dobado han creado un proyecto de rutas conventuales y monásticas al que sólo le falta el beneplácito del Arzobispado para arrancar

Una monja dominica mira el retablo del convento de Madre Dios, situado en la calle San José.

Una monja dominica mira el retablo del convento de Madre Dios, situado en la calle San José. / Antonio Pizarro

“Tenemos la necesidad urgente de mover a los turistas hacia otras zonas”. Gustavo de Medina, presidente de la Asociación de Empresas Turísticas Sevillanas (Aset), convirtió esa reflexión sobre la saturación turística en el embrión de un proyecto que pretende conseguir ese objetivo: trasladar el turismomás allá de los tres monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad. Es decir, del Archivo de Indias, la Catedral y el Alcázar, que superó el millón de visitas en el primer semestre del presente año.

Ese proyecto se llama Conventum y tiene la intención de ser “la apuesta definitiva de las rutas conventuales y monásticas”, según apunta Medina. Él representa la parte turística, que se une a la faceta didática con la Estudios Universitarios Superiores de Andalucía (Eusa) y a la religiosa, protagonizada por el padre Juan Dobado, prior del convento carmelitano del Santo Ángel. Precisamente ese convento de la calle Rioja es parte fundamental de estas rutas conventuales a las que se están sumando los los conventos sevillanos “uno detrás de otro”, tal como informa el presidente de la Aset.

Un grupo de visitantes ante la fachada principal del convento de Santa Paula, fundado en el siglo XV. Un grupo de visitantes ante la fachada principal del convento de Santa Paula, fundado en el siglo XV.

Un grupo de visitantes ante la fachada principal del convento de Santa Paula, fundado en el siglo XV. / Belén Vargas

Las tres partes de Conventum (Aset, Eusa y Dobado) ya han realizado el trabajo previo al funcionamiento de las rutas. El historiador y profesor Sergio Raya ha sido el encargado de poner en marcha el protocolo de investigación dotado por Eusa, el cual le ha llevado a realizar exhaustivas fichas maestras de los conventos y monasterios que se podrán visitar. En esas fichas se detallan posibles horarios, disponibilidad, espacios, recursos, tarifas o aforo de los edificios que forman las rutas.

Este paso ha sido clave para concretar un proyecto que no es nuevo en esencia para la ciudad, ya que anteriormente otros promotores culturales han intentado ponerlo en marcha sin éxito. La aprobación del Arzobispado de Sevilla es imprescindible para que Conventum salga adelante, pero la buena sintonía que ya existe con algunas órdenes y congregaciones invita al optimismo. Además del refuerzo de la patronal de la empresas turísticas (Aset) y el apoyo de un centro adscrito a la Universidad de Sevilla como es Eusa.

Logo carmelitano

El impulso que el padre Juan Dobado le da a este plan tiene su concreción física y visual en el logo de Conventum. El diseñador Rafael Guerrero ha hecho un guiño a la orden de los carmelitas descalzos incluyendo el marrón, color identificativo del escapulario carmelitano. Sobre ese tono, tres líneas de corte clásico con tres letras cada en color blanco.

Interior del templo del convento del Santo Ángel, que alberga un valioso crucificado de Martínez Montañés de principios del siglo XVII. Interior del templo del convento del Santo Ángel, que alberga un valioso crucificado de Martínez Montañés de principios del siglo XVII.

Interior del templo del convento del Santo Ángel, que alberga un valioso crucificado de Martínez Montañés de principios del siglo XVII. / Belén Vargas.

Primera fase

Además del convento del Santo Ángel, regido por el padre Dobado, otros también han confirmado a Conventum su participación en una primera fase que va tomando forma poco a poco. El Hospital del Pozo Santo, el monasterio de Santa Paula y el conventos de Santa María de Jesús (calle Águilas) y el de Santa Teresa. Cinco conventos que, aun estando en el centro de Sevilla, no están próximos al epicentro del turismo: la plaza del Triunfo.

Este repóquer de edificios formaría una primera fase netamente capitalina, ya que tienen previsto en la segunda fase dar el salto a la provincia con el convento de Santa Clara de Carmona y el monasterio del Loreto, ubicado en Espartinas. Y, aparte de conventos y monasterios, la Aset trabaja paralelamente para incluir otros lugares de interés relacionados. Uno de ellos es de sobra conocido por su actividad política: el Hospital de las Cinco Llagas. “Es totalmente compatible que sea Parlamento de Andalucía y lugar visitable”, argumenta el presidente de la Aset, que ya se ha reunido para este asunto con Marta Bosquet, presidenta de la cámara andaluza.

Dos religiosas de la orden clarisa en una estancia del convento de Santa María de Jesús, situado en la calle Águilas. Dos religiosas de la orden clarisa en una estancia del convento de Santa María de Jesús, situado en la calle Águilas.

Dos religiosas de la orden clarisa en una estancia del convento de Santa María de Jesús, situado en la calle Águilas. / Antonio Pizarro

Una vía de supervivencia

Aunque nunca viene mal una recaudación extra, la Junta de Andalucía no necesita explotar el Parlamento para sobrevivir. Algo que sí les ocurre a algunas comunidades religiosas para las que Conventum podría ser la salvación. La supervivencia de estas comunidades de frailes y monjas puede ser notablemente más viable si este proyecto se materializa y las puertas de sus conventos se abren al público de forma lucrativa. Estas visitas se unirían a otras ya existentes como el hospedaje o la venta de dulces. Por ejemplo, el convento de Santa Rosalía, regentado por las clarisas capuchinas, permite alojarse en él por 25 euros; o las populares y sabrosas yemas que hacen las monjas agustinas en el convento de San Leandro.

Los creadores de Conventum, además de descentralizar el turismo, quieren que los conventos cerrados tengan los días contados y avanzan sin prisa pero sin pausa para presentar oficialmente el proyecto el próximo octubre. El verano, paradójicamente, lo están aprovechando para trabajar en la sombra y que los conventos reluzcan cuando el invierno se acerque. Medina, además, tiende la mano al Ayuntamiento, a quien pide que “en las guías turísticas no salga siempre lo mismo”.

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