Sevilla

El Covid-19 se desata en la cárcel de Sevilla-I y ya hay dos módulos confinados

  • El sábado hubo 30 reclusos con fiebre, pero la mayoría fueron enviados al trabajo en la cocina

  • La asociación TAMPM pide el confinamiento completo de la prisión

La entrada a la cárcel de Sevilla-I.

La entrada a la cárcel de Sevilla-I. / D. S.

La tercera ola de la pandemia por el Covid-19 está empezando a sentirse con fuerza en la cárcel de Sevilla-I, donde en los últimos dos días han tenido que confinar dos módulos y se han detectado varios casos positivos. Ya se han confirmado al menos diez casos mediante prueba PCR, con nueve contagios en el módulo 54 y uno en el 51.  Ambos están confinados. La asociación de funcionarios Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) pide el confinamiento de toda la prisión.

El pasado sábado, 30 internos del módulo 54 tenían fiebre. El médico le dio la baja médica a 12 de ellos, sin que se realizaran entonces pruebas, ni a ellos ni tampoco a los funcionarios. En ese módulo residen los internos que trabajan en la cocina, por lo que son presos que tienen contacto directo y permanente con los funcionarios allí destinados y con los cocineros laborales.

También lo tienen con los internos encargados de repartir la comida en el resto de los módulos, que acuden a la cocina a recoger los alimentos; con los del Centro de Inserción Social (CIS), que también acuden hasta allí; y con los del Psiquiátrico Penitenciario, pues los cocineros internos de Sevilla-I se encargan del reparto en este establecimiento. Además, tienen contacto con los funcionarios de alimentación y proveedores a los que ayudan a descargar los productos.

El domingo, pese al riesgo que entrañaba, la dirección de la cárcel permitió que dichos internos salieran del módulo y acudieran a trabajar. Lo hicieron también el lunes, los que no tenían fiebre. Ese mismo día, un cocinero de la prisión que no es recluso, sino personal laboral, se hizo una prueba PCR por su cuenta y dio positivo.

Así que la dirección determinó el confinamiento del módulo 54 y emitió una orden que desarrollaba esta medida. Básicamente, supone que todos los presos deben permanecer aislados en sus celdas durante el periodo de cuarentena establecido por los servicios médicos, que es de 10 a 14 días. Queda prohibida la salida de cualquier recluso durante ese periodo.

Se establece también un turno de bajada al patio por galerías, de uno en uno y con una duración de dos horas para cada una de ellas. Los internos salen al patio en turnos diferenciados de mañana o tarde, con dos galerías por las mañanas y las otras dos por las tardes.

La salida al patio es exclusiva para la higiene personal, el uso de duchas, la compra de productos del economato, las llamadas telefónicas y el paseo. Siempre que las condiciones climatológicas lo permitan, los reos no pueden permanecer en la sala de día. Durante la estancia en el patio, los funcionarios supervisarán el mantenimiento de las distancias de seguridad.

Además, los presos deben llevar puesta la mascarilla en todo momento mientras están en el patio, y no puede haber interacción entre ellos sin que alguno de ellos tenga la mascarilla bien colocada. Esto puede ser incluso motivo de un parte por incumplir las normas. La comida se reparte en las celdas.

Pero el problema no se queda solo en el módulo 54, pues también hay cocineros que están en el 56. Los de ambos grupos tenían contacto entre sí en el relevo del turno, a las dos de la tarde. Hasta el lunes, la versión oficial apuntaba a un brote de gripe. Se estaban dando bajas de dos días y tratamiento con ibuprofeno.

A partir del positivo del cocinero comenzaron a hacerse pruebas y se han detectado ya nueve casos en el módulo 54 y uno en el 51. Una funcionaria también ha dado positivo, mientras que en otras prisiones como la de mujeres de Alcalá ya se han confirmado también dos contagios, una de ellas de la médico.

La asociación TAMPM pide el confinamiento de toda la prisión, pues a los casos de los módulos citados se añaden los que hay en Preventivos, con algún positivo en la enfermería, o en Mixta. Esto supone la suspensión de los permisos, las comunicaciones, los cursos y la entrada de voluntarios. Y que se cumplan estrictamente los protocolos establecidos.

En cuanto a los equipos de protección de los funcionarios, esta organización pide la entrega de mascarillas FFP2 a quienes trabajan en la cárcel, pues actualmente e dan dos mascarillas quirúrgicas para turnos de 15 y a veces hasta 24 horas. Solicitan también servicios mínimos de funcionarios para reducir los contactos, y que haya una serie de retenes, es decir, un grupo de trabajadores localizados para que se puedan incorporar de manera inmediata en caso de posibles bajas.

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