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APRENDIÓ danés y catalán por amor. Hija del único sevillano que ganó el Planeta, Ana Ferrand (Sevilla, 1963) tiene una relación con la cultura tan múltiple como la tuvo su padre.
-¿Manuel Ferrand escribió teatro?
-Su obra Fábula sin remedio se representó en París.
-En el teatro Lope de Vega disputaban las partidas de ajedrez Karpov y Kasparov y en el Casino las analizaban los grandes maestros. ¿Se mantiene esa comunicación entre ambos espacios?
-Sí. Aunque tienen programación y dirección propias, en las grandes ocasiones se unen, como pasa en el Festival de Cine Europeo o la Bienal de Flamenco.
-¿Piden el uso como casino?
-Un día recibimos una solicitud para celebrar el campeonato mundial de Póker. Se habían equivocado porque querían hacerlo en el Casino del Aljarafe. Lo que sí vamos a organizar es el campeonato mundial de Fumadores de Pipa, aunque tendremos que pedir permiso para que nos dejen fumar dentro.
-Fue danesa consorte...
-Me casé con un arquitecto danés. La primera relación fue por correspondencia. Me marcó. Copenhague es mi segunda ciudad. Lo primero que hice fue aprender danés. Dicen que es un idioma que sólo se aprende por amor o para estudiar a Kierkegaard.
-¿Le fue útil el idioma?
-El año que nos separamos, 1993, vino la selección de Dinamarca a jugar un partido contra España y yo me puse junto a los banquillos y traducía lo que decían los daneses por megafonía.
-Un partido clave: expulsaron a Zubizarreta, debutó Cañizares, el gol de Hierro nos clasificó para el Mundial de Estados Unidos...
-De aquel partido, sólo me acuerdo de las piernas de Nadal. El tío del tenista.
-¿Fue difícil adaptarse a la vida en Dinamarca?
-Te lo hacen muy fácil. Mientras aprendía el idioma, me puse a trabajar en un estudio de arquitectos como cocinera. Cuando lo aprendí, trabajé en la televisión danesa.
-Hija de novelista y dramaturgo, su medio ha sido la televisión...
-Ahí he hecho de todo: desde presentar un reality-show en Tele 5 a ser la primera reportera en clave de humor con La Parodia Nacional, en Antena 3. A mi compañero actual, Sergi Garriga, lo conocí en un avión a Buenos Aires. Yo sustituía a Ana Rosa Quintana en un programa de reconciliaciones, Nunca es tarde, y él era el cámara.
-¿Y volvió a casarse?
-Llevamos quince años juntos y tenemos una niña de nueve, Olivia. Nos casamos porque a él no le dejaban entrar en el Labradores.
-¿Cuál es su vocación?
-Yo quería ser violonchelista, pero he hecho de todo menos eso. Galerista en Barcelona, correctora de Alianza Editorial en Madrid y directora de la Plaza Sony en la Expo de Sevilla. Por allí pasó todo el mundo. Teníamos la pantalla de televisión más grande y dimos la final de la Copa de Europa que ganó el Barcelona en Wembley.
-Su primer encuentro con las piernas de Nadal...
-Recuerdo actuaciones como los australianos Crowded House, el portugués Rui Veloso o el primer disco de Rosario.
-Y de la Expo 92 a la del 29...
-Voy de pabellón en pabellón, porque el Casino fue pabellón de Sevilla en la Exposición de 1929. Estudié séptimo y octavo de EGB en el pabellón de Guatemala y el BUP en el de Argentina, que era el instituto Murillo. Cruzaba todos los días el puente de Los Remedios. Recuerdo cuando lo inauguró Franco vestido de almirante y saludando desde el coche. Fui a la inauguración con mi abuelo Manolo, el hijo de Teodoro Julio Ferrand Couchout, el ingeniero francés que vino con los ferrocarriles y también era escritor.
-¿La marcó la Expo?
-Como a tantos. Yo me separé, como muchísima gente, poco después de la Expo. La Expo fue un antes y un después para muchos matrimonios que trabajaron allí.
-¿Cómo se llevan en su caso el norte y el sur?
-Yo tengo sangre del norte. Voy andando por Copenhague, Londres o Amsterdam y me siento como si fuera de allí.
-¿El carril-bici acerca Sevilla a Copenhague y la aleja de Tombuctú?
-Nos vamos pareciendo un poco a ellos y ellos empiezan a parecerse a nosotros también. Son los vasos comunicantes de la Unión Europea. En mi época danesa había más contrastes. Tienen la democracia más antigua de Europa, son poquitos, son más ricos.
-¿Se nota su mano en el Casino?
-Hemos encargado un estudio a paisajistas y arquitectos. El proyecto es quitar los coches de los alrededores del Casino y ajardinar la zona.
-Los Quintero llenaron el Lope...
-No me extraña. El entusiasmo, la risa, por Dios, que no nos falte. Y más en época de crisis.
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