El espacio para la ubicación del Centro Turístico de Sevilla se sitúa bajo el paseo del Marqués del Contadero, que comprende dos niveles con transición entre los mismos mediante rampas, escaleras y parterres ajardinados. El anteproyecto diseñado por el equipo Arquitur Arquitectos prevé la conexión de todos los niveles a través de un cerramiento exterior permeable y de lucernarios acristalados, lo que vendría a potenciar el diálogo interior-exterior entre la ciudad y el río.

El boceto idea dos entradas principales al centro de recepción turístico: una sobre el Paseo de Colón, a la altura de la plaza de toros de la Maestranza, y otra a ras del muelle junto a uno de los iconos de la capital, la Torre del Oro. El conjunto se completa con dos grandes lucernarios ubicados en los parterres que actualmente ocupan el paseo superior. Ya en su interior, los casi 8.000 metros cuadrados de superficie útil se compartimentarían siguiendo la estela de experiencias similares en otros centros de Madrid, Segovia, Toledo y Tokio, pero adaptándose a las peculiaridades de Sevilla. Así, habrá un gran espacio de acogida de visitantes, áreas de descanso y de espera, servicios de información general y documentación, taquillas de productos culturales y turísticos, área de itinerarios y puntos de interés tanto de la capital como de la provincia; áreas expositivas, de conferencias y talleres infantiles, zona audivisual y banda de restauración y de merchandising. El proyecto contempla la instalación de una estación del Sevici en la zona.

El Consorcio de Turismo de Sevilla ha acogido la propuesta lanzada por la Asociación Provincial de Hostelería para destinar parte del espacio a un Centro de Interpretación de la Tapa, con una zona de degustación por la que pasarían restauradores de la ciudad en ciclos rotatorios.

La recuperación de los bajos de Marqués del Contadero para estos fines fue acordada por el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el consejero de Turismo, Comercio y Deportes de la Junta, Luciano Alonso, en junio del pasado año, una vez que ambos desecharon la opción inicial de crear este equipamiento en el Pabellón de Argentina de la Exposición de 1929 (conocido como antiguo Instituto Murillo, sede del Conservatorio de Danza) por la tardanza de la Consejería de Educación de trasladar los actuales servicios a otras zonas de la capital.