Educación

La FP en Sevilla muere de éxito

Alumnos de un ciclo de FP relacionado con las nuevas tecnologías.

Alumnos de un ciclo de FP relacionado con las nuevas tecnologías. / José Ángel García

La Formación Profesional (FP) vive un auge sin precedentes en España. Un interés por cursar estos estudios del que no es ajena la provincia de Sevilla, que un año más comprueba cómo esta enseñanza posobligatoria puede morir de éxito. El motivo, la alta demanda que recibe por parte de los jóvenes y la falta de una oferta suficiente que responda a tal cantidad de solicitudes. Esta situación viene provocada por la elevada inserción laboral que los alumnos consiguen en el entorno inmediato donde se imparten los ciclos, donde los centros de producción buscan empleados con un perfil más técnico que académico, cualidad que proporciona este tipo de educación. 

Hace años que la FP dejó de ser la salida para los adolescentes que habían fracasado en la enseñanza obligatoria, aquéllos que querían abandonar los estudios, ponerse a trabajar y descartaban la universidad. Con el inicio del nuevo siglo, la Formación Profesional empezó a vivir su etapa dorada. El número de matriculaciones comenzó a aumentar y hace más de diez años que su alumnado supera al de Bachillerato, hasta entonces la "vía tradicional" y de éxito de los menores que se encontraban en un instituto. 

Los datos más recientes, relativos al curso 2022/23 (la Consejería de Desarrollo Educativo no ha aportado aún los del nuevo ejercicio académico), demuestran que en Sevilla los estudiantes de FP superaron en 14.000 a los de la enseñanza preuniversitaria. Esta cifra, sin embargo, no representa la demanda real de dichos estudios, que es mucho más elevada y de la que un buen porcentaje se queda sin atender por falta de plazas, especialmente en los ciclos más solicitados, lo que provoca una gran frustración en muchos jóvenes. La información sobre el número exacto de solicitudes que no encuentran cabida en los títulos de la red pública no ha sida facilitada los últimos años por la Junta, que sólo ha aportado el porcentaje: en cuatro años se ha pasado de un 35% a un 19% de demanda sin atender. 

La gestión de las solicitudes

La admisión de los alumnos en la FP se realiza con un modelo muy similar al usado en el sistema universitario para la asignación de plaza. El periodo para presentar la solicitud está fijado del 15 al 30 de junio. La gestión se lleva a cabo a través de un distrito único para toda Andalucía, que asigna los puestos de forma centralizada. Para ello, se atiende a las prioridades que los solicitantes señalan en el impreso.

Los Viveros, uno de los centros públicos de referencia de la FP en Sevilla. Los Viveros, uno de los centros públicos de referencia de la FP en Sevilla.

Los Viveros, uno de los centros públicos de referencia de la FP en Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

Las solicitudes incluyen los ciclos y centros a los que el alumno opta, ordenados según sus preferencias. Un proceso informático barema las peticiones y asigna las plazas. Después, en julio, se realizan las adjudicaciones para cubrir las vacantes, tras las cuales los solicitantes tramitan su matrícula o reservan puesto, a la espera de la siguiente fase por si existiera la oportunidad de entrar en la primera petición.

Como ocurre en la universidad, mientras haya oferta suficiente se atienden todas las peticiones. El problema surge cuando la demanda supera las plazas con las que cuenta un ciclo. Es entonces cuando entran en juego varios criterios. Primero están los requisitos específicos que establece la consejería para entrar en un determinado título y luego, las famosas notas de corte por centro educativo, como ocurre en la enseñanza superior.

Las notas de corte

En este punto, muchos profesores han alertado de que, pese a que las últimas leyes educativas permiten pasar de curso e incluso titularse en la ESO con materias suspendidas, la falta de un buen currículo académico dificulta el acceso a un grado medio y superior de FP. No en vano, en algunos institutos se exige ya más de un ocho para lograr plaza

Sirva el siguiente listado para comprobar cómo estas calificaciones sufren, como en la universidad, su peculiar inflación por la alta demanda y la falta de plazas. En el grado medio, por ejemplo, el ciclo de Farmacia y Parafarmacia del Centro Público Integrado de Formación Profesional (CPIPF) Los Viveros tuvo el curso pasado una nota de corte de 7,19; muy similar al de Microinformática y Redes que imparte el IES La Campiña (Arahal), con un 7,18. Un 7,03 exigía el ciclo de Atención a Personas con Dependencia del IES Miguel Servet. Por debajo del siete se situaron el grado medio de Cocina y Gastronomía del IES Heliópolis (6,32) y el de Cuidados Auxiliares de Enfermería que ofertan las Escuelas Profesionales Sagrada Familia-Fundación Peñaflor (6,83). 

En grado superior las notas de corte son más elevadas. Ahí está el caso del ciclo de Higiene Bucodental de Los Viveros, para el que se requería una calificación de sobresaliente, con un 8,71. También muy alta fue el de Dietética en este mismo centro, con un 8,24. No muy detrás se queda el de Marketing y Publicidad del IES Miguel Cervantes (7,86) o el de Enseñanza y Animación Deportiva, del IES San Pablo, con un 7,71.

Alumnos de sobresaliente

Ha de recordarse que esta puntuación corresponde al último estudiante que ha logrado plaza en dichas titulaciones, por lo que a la FP llegan alumnos con muy buena trayectoria académica, un panorama muy distinto al que se vivía en estas aulas décadas atrás

Conviene tener presente los porcentajes de plazas que se reservan para distintos grupos en la Formación Profesional. Tanto en el grado medio como en el superior un 10% es para personas con discapacidad y deportistas de élite. El 90% de los puestos en el caso de los ciclos de grado medio se distribuye de la siguiente manera: un 65% para los titulados en ESO, un 20% para los de la FP Básica y el 15% para los que realizan las pruebas de acceso. La nota de corte en este caso se aplica para los estudiantes que proceden de la Secundaria. 

Alumno de un ciclo de FP Básica relacionado con la Soldadura. Alumno de un ciclo de FP Básica relacionado con la Soldadura.

Alumno de un ciclo de FP Básica relacionado con la Soldadura. / Juan Carlos Vázquez

Para los ciclos superiores, ese 90% de plazas se reserva de la siguiente manera: alumnos que vienen del Bachillerato (60%), los que ya tienen un título técnico de FP (20%) y los que hayan superado las pruebas de acceso (20%). La nota de corte rige en el primer grupo.

El hecho de no contar con la calificación necesaria para lograr una plaza en el ciclo deseado provoca una frustración similar a la que sufren cientos de estudiantes que se quedan fuera de la carrera deseada. Y a veces, como sucede en la universidad, por cuestión de milésimas. Tal es el caso de un estudiante con el que se ha puesto en contacto Diario de Sevilla, que lleva tres cursos intentado matricularse en un grado superior de Comercio y Marketing (opción preferente) y en otro de Actividades Físicas y Deportivas (opción secundaria). Tras las diversas adjudicaciones de plazas, sólo ha conseguido que, en el orden de entrada facilitado por la Junta, la titulación de mayor prioridad sea la octava entre todos los ciclos que ha marcado al registrar una nota de corte muy elevada en la última adjudicación. 

Las familias más demandadas

Las titulaciones que registran más demanda son las sanitarias (algo que también comparte con la universidad), tanto en grado medio como superior, seguidas de las relacionadas con las actividades físicas, el comercio, el márketing y los servicios socioculturales

La FP es una de las banderas del Gobierno de Juanma Moreno. Ya lo fue la legislatura pasada, cuando al mando de Educación se encontraba Javier Imbroda (de Ciudadanos). En aquellos años, ante la necesidad de dar respuesta a la demanda, se aprobó un nuevo decreto para la concertación de ciclos privados y, de este modo, ampliar la oferta pública. El intento de elevar el número de plazas lo continúa ahora Patricia del Pozo. Para el nuevo curso que comenzará el viernes en los institutos, la Junta ha aprobado en la provincia 38 nuevos ciclos (cinco de FP Básica, 11 de grado medio y 22 del superior), a los que se suman tres programas específicos y uno de especialización

Hacia un modelo dual

La Formación Profesional, además, es protagonista de una de las principales novedades del curso 2023/24 al entrar en vigor la nueva ley estatal que regula esta enseñanza. Entre uno de los cambios principales se encuentra el de extender cada vez más el modelo dual, por el que el alumnado combinará la estancia en el centro educativo con el de producción mediante prácticas obligatorias. Las empresas contarán con personal dedicado a instruir a los estudiantes. La FP Dual, sin embargo, ha originado críticas por parte de un sector importante del profesorado, que considera que es más idónea en países como Alemania, que cuentan con grandes compañías, pero no en territorios como Andalucía, donde imperan las pymes. Advierten que el alumnado puede acabar convertido en "mano de obra barata o gratis" . 

Un estudio de Adecco (agencia de empleo y orientación laboral) revelaba recientemente que el 28,37% de las ofertas de trabajo en Andalucía solicita titulados en Formación Profesional y que la región concentra un 10,15% de todas las vacantes de España para alumnos que hayan acabado la FP. Una demanda laboral que responde a lo que los expertos denominan "cuerpo de reloj de arena". Esta definición dibuja el déficit de técnicos que presenta el tejido empresarial español, es decir, de falta de puestos intermedios en su estructura. 

 

 

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