Un gran poeta. Sevilla perdió ayer a una de las personas que más la ha glosado en las últimas décadas. Manuel Lozano Hernández de Ávila falleció en la mañana del sábado a los 95 años de edad. Nacido en marzo de 1923, Lozano Hernández estaba muy vinculado a la Hermandad del Valle, en la que ostentaba el número cuatro en el momento de su muerte. Desde el año 1944 era camarero del Cristo de la Coronación de Espinas. También estaba muy vinculado al barrio de Triana y a su hermandad del Rocío, a la que dedicó numerosas letras. Su primer libro de poesía fue Desde Sevilla el latido (1977).

Murió cuando ultimaba un libro en el que estaba recopilando sus más de 600 sevillanas. Su grandes pasiones eran la literatura, sobre todo la poesía, y el arte, también como crítico. El fallecimiento de su hermana hace apenas un año fue decisivo para que Lozano se fuera apagando poco a poco. "Desde entonces salía poco. A él le daba la vida salir a la calle y escribir. Era una grandísima persona, bueno, culto, muy religioso. Sabía mucho de Semana Santa, del Rocío, de Sevilla", relató Lucas Maireles, hermano mayor del Valle. Aunque dio muchos pregones y exaltaciones a lo largo de su vida, nunca fue elegido para pronunciar el de la Semana Santa de Sevilla. Sí dio el de las Glorias en el año 1973.