Sevilla

Familias contra la estadística

Familias numerosas contra la estadística.

Familias numerosas contra la estadística. / Daniel Rosell.

Los datos estadísticos del último informe de Indicadores Urbanos publicado por el Instituto Nacional de Estadística, correspondientes al año 2020, son claros. El número medio de hijos por mujer se situó por debajo de 1 en once ciudades españolas. De hecho, ninguna gran ciudad de España tuvo un número medio de hijos por mujer superior a 1,8. En lo tocante a la provincia de Sevilla, la media se situó en 1,32 hijos de media, frente a los 1,23 del territorio nacional.

Existen, no obstante, hogares que pulverizan cualquier promedio. Familias numerosas y contra la estadística que, según los datos facilitados por la Asociación de Familias Numerosas de Sevilla, ascienden a 35.368 en la provincia. En ellas impera la máxima de la operatividad. Son hogares "privilegiados" donde viven auténticos logistas que comandan un día repleto de lavadoras, baños, meriendas, deberes o actividades extraescolares. 

"Es duro e intenso, pero es brutal". Describe en pocas palabras Cristina Contreras, una sevillana de 40 años y mamá de los mellizos Curro y Nicolás, Pelayo y Beltrán. Tienen siete, seis y tres años. Cristina y su marido compartían la idea de romper el techo del hijo único o los dos hijos. Buscaban la niña que, finalmente, no llegó. "Siempre tuvimos claro que queríamos tener familia numerosa, quizás no cuatro, pero tres seguro. Buscábamos la niña, pero no ha podido ser. Sí es verdad que aquí me planto. A no ser que inventen algo que me asegure la niña", afirma bromeando. 

De su vida en familia destaca que "las alegrías se multiplican". "Mi casa es muy divertida", dice entre risas. También de lo malo se saca lo positivo. "Cuando hay malos momentos también se comparten entre muchos". La planificación, defiende, resulta crucial para poder compaginar los cuidados con su actividad profesional. "De lunes a domingo tienen actividades por las tardes", indica. "Al final, todo es adaptarse", añade.

Así gestiona la maternidad numerosa esta sevillana, que reconoce que tira de la ayuda familiar para llegar a todo. Admite que hay días que no ve el momento de parar. "Se juntan deberes, baños, cenas, preparativos del día siguiente y, todo eso, entre correos o llamadas de trabajo", explica. Pero todo tiene su recompensa. "Sé que me puedo llegar a quejar mucho, pero no me imagino una vida sin mis hijos, ni con uno solo", sostiene.

Y es que, Cristina lo tiene claro, en su familia, el disfrute también se vive a lo grande. "Yo estoy acostumbrada a ir con los cuatro y mis hijos, entre ellos, también se disfrutan muchísimo. Hay momentos en los que nos quedamos en casa con uno o con dos y se nota el vacío. Es brutal verlos todos juntos", afirma rotunda.

Al lado opuesto, el no dormir es de lo más duro para esta sevillana. "Recuerdo que alguno vez fui muy dormilona", admite entre risas. "Pero he tenido el don de tener niños que duermen poquísimo y mal. Eso me provoca un cansancio acumulado que se me hace muy cuesta arriba, pero el cuerpo se acaba haciendo y también a eso me he adaptado", afirma con positividad.

La sevillana Cristina Contreras junto a su marido, sus cuatro hijos y su mascota, en una imagen reciente. La sevillana Cristina Contreras junto a su marido, sus cuatro hijos y su mascota, en una imagen reciente.

La sevillana Cristina Contreras junto a su marido, sus cuatro hijos y su mascota, en una imagen reciente. / M. G.

Pero Cristina no sólo ha aprendido a vivir con pocas horas de sueño, la maternidad numerosa también le ha servido para ganar en "tranquilidad" y "seguridad". "Todos los hijos son únicos y el tener muchos no implica un mismo trato para todos. Cada persona es única y necesita ser tratada de manera única y a los niños no hay que tratarlos a todos igual. Pero sí es verdad que a medida que tienes hijos te relajas y aprendes a gestionar mejor las preocupaciones y controlar situaciones", dice. No ocurre lo mismo con la paciencia. "En este caso sí he notado que a medida que cumplo años tengo menos. La paciencia que tuve con los dos primeros, que encima fueron dos a la vez, no la he tenido nunca con el cuarto".

Para Inés Guajardo-Fajardo hay tres ingredientes para ser madre de seis hijos, en su caso desde los dos meses hasta los 15 años, sin morir en el intento. "Ser paciente, el cariño por encima de todo y saber poner límites". Son las tres claves que marcan el día a día de la familia numerosa que pilota esta sevillana con su marido. Ella ha vivido seis embarazos a término, pero también varios abortos y en variedad de partos y experiencias merece entrar en el Guinness. 

La familia de Inés Guajardo-Fajardo al completo, en una imagen, durante esta Semana Santa en Sevilla. La familia de Inés Guajardo-Fajardo al completo, en una imagen, durante esta Semana Santa en Sevilla.

La familia de Inés Guajardo-Fajardo al completo, en una imagen, durante esta Semana Santa en Sevilla. / M. G.

Su caso es particular. Inés es lesionada medular y desde los 16 años, cuando sufrió un accidente de coche, va en silla de ruedas por lo que, asegura, desconocía el alcance que esta lesión tendría en su fertilidad. El primero fue "una sorpresa" para ellos. "Me quedé embarazada pronto y a partir de ahí fueron viniendo todos los niños. También he tenido varios abortos, ya que, esta situación, no me aseguraba que todos los embarazos fueran a buen término. Al final, Dios nos ha regalado seis niños, pero no ha sido nada premeditado. Han venido y somos muy felices. Para mí, son un regalo", explica.

Volviendo a su maternidad numerosa, Inés cuenta que en su casa no admite "faltas de respeto". "Hay que intentar que no se revolucionen y para ello es muy importante enseñarles desde pequeño qué no se puede hacer para que cuando crezcan tengan muy claro donde están los límites y sea todo más fácil", explica esta mujer de 42 años que, además de madre, es mujer trabajadora y compagina su día a día con sus hijos con su trabajo como psicóloga.

Tiene muy claro que la prioridad en casa siempre es "el orden". "El orden es crucial para organizarnos. Son cosas tan básicas como que en casa tenemos un menú de comidas diario cerrado del que no me salgo nunca. Así, mis hijos saben que les apetezca lentejas los lunes o no es lo que hay y que no sirve para nada discutir por eso", ejemplifica Inés, quien indica que, igualmente, existen unos horarios en casa a los que toda la familia en su conjunto se tiene que adaptar.

¿Ha cambiado mucho como madre del primero a la sexta? "Son etapas diferentes. Para mí el primero fue una alegría por todo lo que teníamos detrás y fue recibido con muchísima ilusión. Pero también es cierto que tuvimos que empezar a descubrir un mundo nuevo porque tuvimos que arreglárnosla para poder hacer en casa que yo fuera lo más independiente posible con el bebé y adaptarnos. Ahora, con la sexta, todo eso está superado y lo que me veo es más saturada. Los paseos placenteros cada tarde con el primero, con la sexta se ven muy reducidos", explica. "Lo que no me han cambiado son la ilusión y las ganas", añade. 

Con seis hijos de entre 16 y nueve años y trabajando, Guadalupe y su marido son conscientes de que para que las cosas fluyan en el día a día "no queda otra que hacer encaje de bolillos". Destaca la colaboración que encuentra en sus hijos mayores. "Lo noto, sobre todo, con la pequeña, que ya la pueden recoger sus hermanos, la ayudan con la ducha o con los deberes. Se quedan con ella en casa si necesitamos salir. Y todo eso nos descarga a mí y a su padre", sostiene.

Con los años y los hijos, esta madre ha ganado, sobre todo, empatía. "El problema está en que cuando tienes un único hijo sientes que éste te absorbe muchísimo, pero es que, cuando tienes seis, aunque, por supuesto, el trabajo es mucho mayor, te vas adaptando. Yo creo que el cambio es de tener hijos a no tenerlos, pero una vez están, el día a día fluye igual con uno que con seis", afirma rotunda.

Comparte con Cristina e Inés la necesidad de establecer un orden para no colapsar. "Establecemos turnos, incluso, de palabra. Si todos quieren contarnos algo sin espera, se les enseña a que se habla por turnos y hay que aguantarse. Igual ocurre con las duchas y las tareas del hogar en las que también están muy implicados porque si no no llegamos", explica.

Con todo, esta madre de familia destaca sin titubear las bondades de vivir en un hogar numeroso. "La alegría siempre reina en mi casa. Los niños dan mucha alegría y en una casa en la que hay seis, se multiplica", manifiesta.

La Federación de Familias Numerosas de Andalucía aglutina a doce asociaciones en toda la comunidad y, entre ellas, la Asociación de Familias Numerosas de Sevilla, que ejerce como entidad representante de distintos tipos de unidades familiares en la provincia. Desde su delegación en Sevilla, su presidenta, Edurne Echevarría, expone que siguen existiendo "múltiples estereotipos" asociados a estos hogares. "Hay etiquetas que se alejan de la realidad. En la sociedad todavía existe como un cliché por el que se nos tiene como gente rara o extraña. En nuestra sociedad hay todo tipo de familias y de todos tipos de clases y con más o menos recursos. Queremos romper esos estereotipos que todavía se escuchan que nos acusan de ultra religiosos o de una secta. Porque no es así", indica.

Desde el colectivo hacen valer su aporte en un contexto de natalidad ínfima. Sin embargo, Edurne Echevarría lamenta la poca unión de este colectivo, dado que de las más de 35.000 familias con más de tres hijos registradas en el censo sevillanos, la asociación sólo representa a un millar. "Es algo que nos hemos propuesto cambiar porque estamos convencidos de que la unión hace la fuerza y, a la hora de sentarse con políticos y pedir beneficios, es mucho mejor cuando te mantienes unido para poder hacer fuerza porque somos un colectivo importante ya que hacemos una importante contribución a la sociedad porque somos los que más hijos aportamos a ese relevo generacional necesario", explica. 

Entre sus principales cometidos, desde la asociación están en continua relación con las familias, sobre todo, en cuanto a mantenerlas informadas sobre unas normativas en continuo cambio, se les ayuda a gestionar el título de familia numerosa y se les plantea la posibilidad de poder acogerse a ciertos beneficios gracias a la existencia de convenios con empresas privadas.

Con todo, su mayor lucha ahora está, precisamente, en mantener ese apellido que durante años ha catalogado a estas familias, el de numerosa, y que desaparece en el proyecto de Ley de Familias, aprobado en febrero en el Consejo de Ministros, ahora en periodo de alegaciones, y que incluye a este colectivo en un amplio grupo rebautizado como familias con mayores necesidades de apoyo a la crianza. El rechazo al cambio de nombre ha reunido ya más de 80.000 firmas en toda España, las cuales apoyan una reforma de la ley que solicitan que se mantenga el concepto y el título de Familia Numerosa; conservar la bonificación del 45% en las cuotas de la seguridad social para la contratación de empleadas del hogar; que las ayudas o bonificaciones vayan en relación al número de hijos; o, mantener la vigencia del título hasta los 26 años del último de los hijos que esté cursando estudios.

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