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Farero de una Barqueta sin barcos

  • Eloy Díaz Cordón. Vino en el 92 con dos grupos folclóricos para bailar en la Expo; volvió en el 93 para estudiar Derecho. Al final se especializó en torres: cambió la Giralda por los Perdigones.

CUANDO vino a la Expo como integrante de dos grupos folclóricos de Fregenal de la Sierra, los Jateros y los Lanzaores, para actuar en el pabellón de Extremadura, Eloy Díaz Cordón (Badajoz, 1975) no imaginaba que quince años después, a partir del 1 de octubre de 2007, volvería muy cerca de ese escenario de la Cartuja como encargado-gerente del restaurante de la torre de los Perdigones, farero de una Barqueta sin barcos; extremeño con un aprendizaje irlandés en Flaherty, a la vera de la Giralda, que encontró en esta otra torre macarena y manchesteriana su particular torre Martello.

Después de aquella experiencia artística, cuando todos los ojos del mundo estaban pendientes de Sevilla, Eloy realiza una nueva incursión en la ciudad, esta vez ya definitiva. En 1993, con 18 años, se viene a estudiar Derecho. Vino por imperativo legal. "Empezamos la carrera en Cáceres, pero muy pronto nos vinimos a Sevilla, a un piso de estudiantes de la calle Salado". Al barrio de Los Remedios, nombre de la ermita y la Virgen que concentran la romería multitudinaria de su pueblo, donde junto a cada encina vuelve a escucharse la música de los jateros, palabra derivada del jato, alforja donde se llevaba la comida, aplicada a los practicamentes de la jota extremeña.

Busca algún dato en el móvil y ese simple gesto lo traslada a un hecho del que los frexnenses, gentilicio de los de Fregenal, se sienten tan orgullosos como del poblado romano de Nertóbriga, del castillo de la orden del Temple en cuyo patio de armas está la plaza de toros, de la propia ermita de Los Remedios o de esos bailes antiquísimos. En una casa de Fregenal, por impulso benefactor de don Rodrigo Sánchez-Arjona, se realizó la primera llamada telefónica de larga distancia de España. La más larga de Europa, asegura el científico Manuel Lozano Leyva, ya que batió la marca mundial de 45 millas establecida en Estados Unidos al poner en comunicación a dos interlocutores separados por los 184 kilómetros que distaban de Fregenal de la Sierra hasta Cádiz.

En el banco de Badajoz, la estampa épica de la conquista está escoltada por dos musas que Eloy puede personalizar en sus abuelas Filomena y María Paz. La primera todavía vive, esposa de un molinero que tenía molinos de aceite y almazaras. La segunda falleció pero vive su esposo, artífice de ese cruce genético, un guardia civil de Alconchel, pueblo próximo a la frontera de Portugal, que llegó desde Cortegana destinado a Fregenal de la Sierra.

Esa circunstancia convirtió a Eloy Díaz Cordón en paisano de Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla, nacido circunstancialmente en Montellano, criado en ese pueblo ubicado "en los últimos lengüetazos de la Sierra Morena". "El alcalde estudió con mi madre en el instituto Eugenio Hermoso. Yo coincidí con algunos de sus familiares en el colegio Benito Arias Montano, porque el traductor de la Biblia era de Fregenal". El año que Zoido ganó en Sevilla, los socialistas recuperaron la alcaldía en su pueblo. Hay un vínculo extensivo a toda la población. "Todo Fregenal ha comprado dulces en la pastelería Risco, de la familia de Zoido. Como Rufino, en Aracena, también recibió la visita de Alfonso XIII. Famosa por sus piononos y sus figuritas de mazapán".

El encargado de los Perdigones, que ve la claridad sin fecha de Sevilla desde la torre Oscura, cambió el Derecho por el Izquierdo. "No llegué a terminar tercero. Yo había hecho letras puras, y era el boom de esas carreras, Derecho, Psicología. Guardo un recuerdo gratísimo de las clases de Derecho Penal del profesor Muñoz Conde. Pero la vida del estudiante es un poco penosa en cuestiones de economía. Empecé a trabajar en la hostelería, en Semana Santa, los veranos, me gustó, porque esto te tiene que gustar". En marzo de 2001, en la semana de San Patricio, llegó a Flaherty. Un año después, vivió aquel bloom's day del España-Irlanda en el Mundial de Japón y Corea. "Un camarero irlandés y otro español se intercambiaron las camisetas". En 2003, los aficionados del Celtic dejaron Sevilla sin cerveza y con Oporto. Cerró Flaherty, pero no la relación profesional y de amistad de Eloy con Darrell Enright. Irlandés adoptivo, incluida su estancia en un pub de Sotogrande, esa vivencia le dejó gratos recuerdos y le sirvió para mejorar su inglés, el idioma de la empresa.

Un molino y un cuartel, símbolos de sus dos abuelos, completan en su imaginación la estampa de la muralla. En abril no parte peras con nadie. El Domingo de Milagros, una semana después del de Resurrección, tiene una cita con su pueblo para renovar los votos en el castellano antiguo que lee el capellán de la Virgen.

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