Sevilla

Fibromialgia, la enfermedad que no se ve

  • El día mundial de la Fibromialgia poretende concienciar a la sociedad de la realidad de esta enfermedad, que es muy dolorosa y limitante.

La presidenta de Afibrose y el abogado Álvaro Jiménez Bidón.

La presidenta de Afibrose y el abogado Álvaro Jiménez Bidón. / M. G.

En medio de la excepcional y grave crisis sanitaria que estamos viviendo a nivel mundial a causa del Coronavirus, hoy se celebra el Día Mundial de la Fibromialgia, fatiga crónica y sensibilidad química múltiple, una enfermedad que puede afectar a más de un millón de personas en España, del que el 90% son mujeres.

Incorporada por la OMS a su clasificación internacional de enfermedades en 1991, la fibromialgia es “una enfermedad neuro-inmuno-endocrina, que lleva aparejado un importante desarreglo bioquímico”. Causa una gran fatiga física y mental que no se alivia con descanso y que produce múltiples síntomas. como la falta de fuerzas, cansancio o fatiga acentuada que se prolonga en el tiempo y que interfiere en las actividades cotidianas de la persona.

Este año, Afibrose (Asociación de Fibromialgia de Sevilla) había preparado una jornada con talleres para l@s afectad@s y donde el bufete Jiménez Bidón Abogados (abogados de Afibrose y otras muchas más asociaciones a nivel nacional) iba a impartir una charla sobre la importancia de luchar por sus derechos en materia laboral.

Porque aunque afortunadamente no se trata de una enfermedad mortal, la fibromialgia sí es altamente incapacitante tanto a nivel social como laboral. Sus síntomas no se ven, pero se sufren. Y quizá esta invisibilidad sea el motivo por el que el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) no sea muy dado a reconocer la imposibilidad de estos enfermos para continuar trabajando con un mínimo de dedicación y profesionalidad y constancia.

Pero sí en el ámbito judicial: la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica (sobre todo en sus grados más severos, estos es, grados III y IV) y la sensibilidad central son patologías con una sintomatología claramente invalidante, con crisis frecuentes o casi permanentes de dolor, difícilmente controladas con medicación analgésica, limitación a pequeños esfuerzos o fatiga precoz, por lo que difícilmente puede sobrellevar una jornada laboral con un mínimo de profesionalidad.

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