Ni un mes. La propuesta del alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, de cerrar la Plaza de España y cobrar una entrada a los turistas que la visiten ha tenido una vida muy efímera. El Gobierno la ha bloqueado al considerar que con este plan el regidor popular pretende “privatizar” un espacio público, cuyo principal propietario es el Estado. Además de considerar la iniciativa de “traición” al no haber sido informado el Ejecutivo central previamente, desde el equipo de Pedro Sánchez se ha puesto en duda el modelo de ciudad que Sanz tiene para Sevilla.

Afirmaciones realizadas este miércoles en el Congreso de los Diputados y que fueron contestadas por el primer edil hispalense, que, ante tal rechazo, pidió a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, una alternativa al cierre del enclave monumental, que permita su vigilancia constante y puesta a punto de cara al centenario de la Exposición Iberoamericana de 1929.

La Plaza de España protagonizó este martes el arranque de la sesión en el Congreso. El primero que sacó el asunto en el hemiciclo fue el vicepresidente de la Cámara Baja, el sevillano Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, durante años concejal del Ayuntamiento hispalense en los mandatos de Alfredo Sánchez Monteseirín. Celis preguntó a la ministra de Hacienda, la también sevillana María Jesús Montero, por la propuesta de Sanz respecto a la obra de Aníbal González. La vicepresidenta primera del Gobierno fue rotunda desde el inicio de su intervención: “El Gobierno de España no va a permitir la privatización de un espacio público ni cobrará las visitas”.

Tal aseveración ya la había realizado Montero durante su estancia en Sevilla para los actos del Día de Andalucía. Pero en esta ocasión, la socialista no desaprovechó la oportunidad para cuestionar la gestión de Sanz al frente del Ayuntamiento de Sevilla. “Los recursos públicos hay que gestionarlos bien para lograr la conservación y reparación de los monumentos”, expresó una de las ministras con mayor peso en el Ejecutivo de Sánchez.

"Un 56% más de recursos"

Para defender este argumento, Montero recordó a Sanz que con el PSOE en el Gobierno Sevilla ha recibido “un 56% más de recursos” que durante las legislaturas de Mariano Rajoy. Para la titular de Hacienda, “no se trata de una cuestión económica, pues detrás de esta propuesta sólo se encuentra la intención de privatización que caracteriza al PP”.

En esta línea, la vicepresidenta del Gobierno insistió en que los alcaldes populares “no saben gestionar los recursos”, una crítica que dirigió especialmente a Sanz, al que acusó de “no tener un modelo de ciudad y estar constantemente improvisando”.

"Traición" y "dislate"

A la intervención de Montero continuó la de Celis, que tampoco escatimó en críticas a la gestión del PP al frente del Ayuntamiento sevillano. Recordó que la Plaza de España es propiedad del Estado, excepto la explanada, que pertenece a la administración local. Por tal motivo, calificó de “traición” la decisión de Sanz de dar a conocer su intención de “privatizar” esta joya regionalista en los medios de comunicación antes de informar de la propuesta al Gobierno, principal titular del conjunto.

Un “dislate con repercusión nacional e internacional”, expresó el vicepresidente del Congreso, quien culpó al PP de no contar con más recursos financieros para la Plaza de España. En este punto, hizo hincapié en que el partido que lidera Alberto Feijóo bloqueó en el Senado la senda de déficit –previa a la aprobación de los Presupuestos– presentada por el Gobierno, con la que se hubiera dotado a la capital andaluza de 40 millones de euros, que habrían garantizado la vigilancia en el monumento “cien años”.

De cara a 2029

Ante la férrea negativa del Gobierno, el alcalde pide una “alternativa” al cierre de la plaza. Así lo expresó Sanz, que ya ha pedido por carta una reunión con Montero para explicarle un plan que no saldrá del papel. El propio subdelegado del Gobierno en Sevilla, Francisco Toscano, les ha comunicado esta oposición.

Sanz insiste en que su plan busca la puesta a punto del conjunto para 2029, al cumplirse el primer siglo de la Exposición Iberoamericana. Por tal motivo, pide vías de financiación distintas a las cuentas municipales, para que la Plaza de España se convierta en “motor de regeneración” de los monumentos creados en 1929.