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Halloween, de tradición terrorífica a alegre inyección económica

Cada vez son más las tiendas de disfraces que aprovechan para hacer caja una fiesta que no entiende de crisis y que se agarra con fuerza a Sevilla.

Halloween, de tradición terrorífica a alegre inyección económica
N. Roldán

Sevilla, 31 de octubre 2012 - 09:36

Halloween es una fiesta americana, pero desde hace tiempo se deja sentir en Sevilla donde cada medianoche del 31 de octubre jóvenes y adultos se disfrazan de vampiros, hombres lobo, momias y muchos otros personajes de terror para pasar una noche divertida.

Halloween, festividad de Todos los Santos en España, se está convirtiendo cada año en una tradición más para los sevillanos, pero también se ha convertido como muchas otras festividades en una posibilidad de inyección económica para muchos comercios que estos días se convierten en pequeñas casas del terror.

Un ejemplo claro de como Halloween se ha insertado en la sociedad sevillana son la juguetería Osorno, la tienda de disfraces Pichardo, la juguetería Imaginarium, el Corte Inglés o la juguetería Andújar (de San José de la Rinconada), que cada año adornan con telarañas, calabazas y todo tipo de objetos terroríficos sus establecimientos para atraer la atención del consumidor y adaptarse al ambiente que conlleva esta festividad.

Esta fiesta basada en el terror lleva ya años insertada en Sevilla y como asegura Ana Pichardo, propietaria de Disfraces Pichardo -establecimiento que cumple ya 60 años desde su apertura- "Halloween va creciendo cada año". Una opinión que comparte Encarnación Alvarado Marín, propietaria de la juguetería Andújar, que considera "Halloween cada año se vive más".

"La gente compra bastante más que antes productos típicos de esta fiesta y es que Halloween es una fiesta que, por desgracia, nos están imponiendo los americanos", asegura Luis Felipe, empleado del Corte Inglés.

Los niños son los principales protagonistas de esta tradición, aunque cada vez más adultos se suman a ella. "Son muchos los padres que vienen a comprar disfraces y caretas para los más pequeños", afirma Magdalena Benítez, experta de la tienda Imaginarium. Esperanza Mesa, empleada desde hace doce años de la juguetería Osorno, también considera que "sobre todo son disfraces para niños y adolescentes lo que se vende aunque, también hay adultos que compran adornos para sus hogares". Sin embargo, Ana Pichardo dice que "el público es joven, pero para todos los gustos, pues muchos adultos compran también disfraces para salir en esta fiesta". "Se venden más disfraces para adultos que para los niños" aporta Luis Felipe, empleado del Corte Inglés.

Por otro lado, son muchos los productos que se venden en esta fiesta, entre ellos disfraces, complementos y adornos para el hogar. Según, Esperanza Mesa, "se venden de todo tipo de productos, menos cantidad que años anteriores pero no hay ningún producto estrella".También, Ana Pichardo opina que "la gente compra todo tipo de productos, desde disfraces a complementos y maquillajes". Sin embargo, Luis Felipe dice que "en el Corte Inglés lo más demandado han sido los difraces y los adornos para los hogares".

Un ingreso económico

Aunque Halloween se ha convertido en una tradición más de la ciudad, la crisis también está afectando a esta festividad que se había transformado en una fecha de ingresos para muchos comercios. Esperanza Mesa, empleada de Osorno, considera que "Halloween está cayendo, bien por la crisis o porque la gente ya tiene disfraces y los van adaptan con nuevos complementos". "La gente se apaña con lo que tiene y la verdad es que se ha notado la crisis", opina Encarnación Alvarado.

Sin embargo, Disfraces Pichardo asegura no haber notado la crisis y mantiene "unos ingresos similares a los de 2011", según su propetaria. "Halloween es una buena inyección económica", afirma.

"Las ventas en el Corte Inglés han aumentado respecto al año pasado, cada año se venden más productos de Halloween, pero también es cierto que se le da más impulso, pues las exposiciones son más grandes y se hace más publicidad", ha asegurado un empleado de este establecimiento. Tampoco las tiendas Imaginarium "han notado la crisis este año, incluso se están vendiendo más cosas de Halloween", según ha afirmado Magdalena Benítez.

Así, tras años de tradición en Ámerica, Halloween se ha convertido en una tradición para los sevillanos que año tras años la aceptan más. A la vez que para muchos comercios, se ha transformado en una inyección económica que, a pesar de la crisis, sigue ofreciendo beneficios de la venta de unos productos que transforman por una noche a los sevillanos en sus peores pesadillas.

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