El Colegio de Arquitectos de Sevilla (COAS) ha lamentado la muerte del arquitecto sevillano Jaime López de Asiaín, a los 89 años, el pasado lunes 12 de septiembre, tras una larga enfermedad y ha transmitido el "más sentido pésame" de la institución a su esposa, la arquitecta Pilar Alberich, a sus dos hijas y a todos sus familiares.

En el boletín enviado a sus colegiados este martes, la institución que dirige Cristina Murillo expone que López de Asiaín fue director de la Escuela de Arquitectura de Sevilla, "maestro de varias generaciones de arquitectos/as y uno de los grandes pioneros en arquitectura bioclimática" y siempre recordado por sus enseñanzas en este campo y en el de la estética y composición arquitectónica, de la que fue profesor durante años. También digirió la Escuela de Arquitectura de Las Palmas y fue profesor visitante en Berkeley.

El colegio destaca de López de Asiaín que fue un "arquitecto comprometido con la ciudad, muy crítico con algunos proyectos desarrollados en los últimos años y estuvo vinculado a grupos que desarrollaron una labor destacada por el clima y la sostenibilidad".

Según el texto enviado a los colegiados, la extensa obra de López de Asiaín estuvo marcada de hitos fundamentales de la historia de la arquitectura de nuestra ciudad, siempre con un permanente compromiso con un lenguaje de una marcada modernidad, sin dejar nunca su vocación de control bioclimático. Firmó algunos importantes proyectos como la Escuela de Ingenieros Industriales en Reina Mercedes, de 1962, o el o el Primer Pabellón Escolar del Colegio Altair, de 1967, obras donde investigó el tema de las celosías, el control solar y la tradición mediterránea aplicada a la arquitectura moderna.

Fue director de obras de la Comisaria de la Gavidia, proyecto de Ramón Monserrat.

Obtuvo en 1969 el Premio Nacional de Arquitectura por una de sus obras más emblemáticas, el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid (hoy Museo del Traje). En 1964 fue ganador del proyecto de reurbanización para la reordenación de las márgenes del río Guadalquivir en su tramo urbano, del que solo se ejecutaron las correspondientes al Paseo de la O y los jardines de lo que fue el tapón de Chapina.

El texto añade que "será recordado, además, por ser el padre del sistema bioclimático que se utilizó para bajar las temperaturas en el recinto de la Expo del 92, sistema que aún sigue vigente para múltiples usos".

"En la última edición de los Premios COAS 2021 recibió el Premio Excelencia Profesional por toda su trayectoria, premio que, por dificultades de movilidad debidas a su enfermedad, no pudo recoger personalmente, siéndole entregado posteriormente en su domicilio, una vivienda en un estrecho adarve situado tras el palacio arzobispal, en el que, junto a su mujer, la también arquitecta Pilar Alberich, desarrollaron los principios sobre climatización natural que han marcado su trayectoria profesional. Un verdadero oasis de paz donde la luz natural lo envuelve todo y donde ha pasado los últimos años de su vida".