Juego de muñeca en la artesanía 'abuela'

Aunque no es trianero, sino del vecino Los Remedios, Rafael Muñiz cultiva una de las esencias de Triana, la cerámica, desde que se mudó al antiguo arrabal hace ya más de veinte años. Se ha adaptado muy bien, asegura, a este entorno por otra parte "tan castizo y tan sentío" y al que llegó tras conocer a algunos compañeros en la Escuela de Artes Aplicadas y montar un taller de cerámica en la calle Rocío. Cerámica Rocío Triana, precisamente, es el nombre que conserva el taller en el que trabaja con su mujer, María Dolores Gómez Gomila, incluso después de trasladarse a Antillano Campos, 8. Allí trabajan sobre todo la cerámica pintada a mano basada en las antiguas obras del siglo XVIII y XIX, reproducciones de montería en todo tipo de cacharrería y también murales de imágenes, de paisajes, material de construcción... Dice Rafael que para ser ceramista, una vez solucionado el problema de los materiales gracias a los adelantos técnicos, hace falta sobre todo "juego de mano" a la hora de pintar "a trazos rápidos, con mucha intuición, sobre todo en la cacharrería". Y por supuesto, conocimientos, experiencia y muchas horas para dominar la que él denomina "la abuela de las artesanía", y que por tal debería estar más "asistida" de lo que está, rutas turísticas "que sirven de poco aparte". Quizás así se pueda cambiar un futuro gris, dentro del tono general, en el que ceramistas de siempre "lo están dejando".