En la diversidad está la riqueza de una ciudad. Los dos actos tenían lugar casi a la misma hora en dos puntos muy reconocibles de Sevilla. En ambos casos, habían llegado al máximo de la capacidad de aforo. La librería Caótica está en la calle José Gestoso. El público asistía a un diálogo con la diseñadora gráfica Agustina Guerrero, argentina de Chacabuco afincada en España. La expectación y el interés eran máximos. En esta calle está el kilómetro cero de la ciudad. Del Pavo Real sólo queda su heráldica. Pérez-Cuadrado, Paquetería y Perfumería, es un negocio de 1944, el año del desembarco de Normandía y el nacimiento de ilustres como Rocío Jurado, Luis Carlos Peris o Juan Luis Cebrián. Paraíso de la lencería, está en una casa que a su vez es de 1832. Al final de la calle, ya en Orfila, aparece Garcigó. ¿Dónde no habrán llegado las maletas y bolsos adquiridos en este negocio familiar que abrió sus puertas en 1953?

En el patio del Círculo Mercantil e Industrial tampoco quedaba una silla libre. Miento. Cogí la única disponible. Paco Robles hacía en directo el programa Saeta, el último antes de la Semana Santa porque se emite todos los lunes. Al experto en Bécquer que nació el año que murió Cernuda la guadaña se lo quiso llevar el 21 de marzo de 2020, aquella primavera que llegó en plena pandemia y estado de alarma. Estuvo catorce días en la UCI viéndole los ojos a la ominosa, pero le ganó la batalla, igual que el fotógrafo Jesús Martín Cartaya, que estaba ingresado en el mismo hospital.

En la Saeta del Mercantil, Robles habló con una saetera de verdad, Angelita Yruela, que asistía en Santa Catalina al traslado de los titulares del Beso de Judas (sin Judas). Tuvo invitados de postín. La pintora Nuria Barrera, otra valiente que ningunea a la enfermedad para reivindicar la vida vivida y por vivir, unida al Mercantil desde que hace quince años les hizo su icónico dibujo cuaresmal. El fotógrafo José Antonio Zamora, trotamundos de ciudades y de barrios con su trípode y su paciencia: esperó casi dos horas a que un nazareno de san Gonzalo pasara junto a una pintada en la que se leía Andaluces, levantaos. Ahora expone treinta visiones de la Semana Santa en Tomares bajo el título de Perspectivas.

El club Dumas terminó con los tres mosqueteros. Paco Robles invitó a la mesa radiofónica del Mercantil a Álvaro Pastor y Manuel Jesús Roldán. Los tres son los autores de la Historia general de la Semana Santa de Sevilla (El Paseo) que se presentó hace unos días en la Casa del Libro. Lleva cuatro ediciones y la última incorpora los dos años de pandemia y la Misión del Gran Poder por los Tres Barrios. Robles se ha hecho hermano de la Amargura por su vecindad con San Juan de la Palma. Pastor y Roldán, historiadores de algo tan etéreo como la esencia, sin la que en Sevilla no hay existencia, guardan para sí dos historias muy personales relacionadas con sus respectivas estaciones de penitencia como nazarenos de la Soledad de San Lorenzo y de Pasión. En dos plazas presididas por sendas estatuas de Juan de Mesa y Martínez Montañés. Elcano y Magallanes de la imaginería sevillana. La broma era de Julio Martínez Velasco. Un hombre le dice a otro. ¿Le gustó Cien años de soledad? ¿La de San Lorenzo o la de San Buenaventura? Como García Márquez murió en Jueves Santo, no se lo tomará en cuenta.

Práxedes Sánchez Vicente, presidente del Mercantil, hizo las veces de anfitrión. Este año volverá la orquesta de camareros a la impresionante caseta de Feria de la institución que en Sierpes comparte la solera con los sombreros de Maquedano, los cuadernos y mapas de Ferrer y los pasteles de La Campana. El otro kilómetro cero de la ciudad, embudo por el que después de dos años de parón volverán a pasar las imágenes que han permanecido recluidas en sus templos, destinatarias de tantos rezos y peticiones por los seres queridos a los que la Parca se llevó en el bienio más catastrófico del siglo XXI.

Sevilla es Caótica y Mercantil. Como el cambalache del tango. Hay público para todo. Hay libros en los que uno viaja como en una maleta de Garcigó bien repleta de prendas de Pérez-Cuadrado en este abril de toques invernales que ha entrado lluvioso como reza el refranero. Lola Chaves, la mujer de Paco Robles, asistió en primera fila a esta Saeta cantada a ras de suelo, no desde los balcones de Sierpes, la que fuera calle Escoberos donde se supone que estuvo preso Cervantes. En cada aniversario de su muerte, 23 de abril de 1616, se celebra la Feria del Libro. Este año coincide con la final de la Copa del rey. Betis-Valencia. Entre Semana Santa y Feria. Triple cartel de fiestas primaverales. Viva el Caos manque pierda.