"Entraron partiendo la cerradura a porrazos y se llevaron entre 45 y 50 jamones. Son piezas cuyo precio de venta al público está en torno a los 170 ó 180 euros. Luego los venden en cualquier sitio, en un mercadillo mismo, por menos de cincuenta euros. Y a nosotros este robo nos ha perjudicado mucho, porque era mercancía que todavía no habíamos pagado y que tenemos que volver a comprar porque nuestra época fuerte es esta, la Navidad". Quien así habla es el dueño de una tienda de jamones de Carmona, que fue desvalijada el pasado sábado 2 de diciembre.

Los ladrones llegaron a las nueve de la noche, rompieron la puerta a mazazos y accedieron al interior del local. Allí se llevaron dos estantes tipo árbol con jamones de primeras marcas, productos de Sánchez Romero Carvajal que habían colocado en el mostrador de la tienda unos días antes, lo que había en el interior una de las vitrinas y una decena de garrafas de aceite de oliva virgen extra de una almazara de Carmona que también se vende en este negocio. En total, un robo que supera los 8.000 euros. El negocio tenía un sistema de seguridad compuesto por cámaras de fotografía; saltó la alarma, pero la cámara de fotos no se activó. Lo hizo cuando, unos minutos después, llegó la Policía Local de Carmona.

Los delincuentes no conocían demasiado el género. Todos los jamones que se llevaron eran buenos, pero de cebo y no de bellota. "Los de bellota ni los tocaron". Robaron los de cebo porque los tenían al alcance en los estantes, lo que da una idea de que se trataba de un robo rápido y poco planificado, cometido por unos delincuentes que no son especialistas en el robo de jamones sino en asaltar cualquier tipo de negocios, pero que aprovechan la ley de la oferta y la demanda para perpetrar sus golpes. Se acerca la Navidad y los jamones, quesos y embutidos son los productos más demandados en esta época.

Este tipo de bandas de ladrones van cambiando de objetivo según la época del año. Cuando llega la primavera y se acerca la Feria y la romería del Rocío, por ejemplo, asaltan principalmente fincas con guarnicionerías, en busca de monturas, carruajes y otros artículos relacionados con el mundo del caballo. En verano, aprovechando las vacaciones, se dedican a irrumpir en viviendas que están deshabitadas en esa época del año. Por eso ni se entretuvieron en buscar los jamones más caros de la tienda de Carmona, porque sabían que lo que se llevaran lo venderían a las pocas horas a cualquier precio, de manera rápida e imposible de rastrear para las Fuerzas de Seguridad.

El personal de la tienda se queja de que los robos en su municipio de Carmona suben en diciembre. Dice que es un pueblo muy tranquilo en los once meses restantes, pero que en diciembre se disparan los delitos. Y cuenta que hace unos días detuvieron en su localidad a un delincuente que se dedicaba a robar las tapas de las alcantarillas. El propietario del negocio asaltado lamenta que no haya ningún refuerzo de policías y guardias civiles. Dos días después del robo del medio centenar de jamones, el lunes 4 de diciembre, otros delincuentes intentaron de nuevo desvalijar la tienda. Esta vez lo hicieron a las tres de la tarde, a plena luz del día. No consiguieron entrar porque fueron sorprendidos por la Policía Local. Los ladrones se dieron a la fuga y los policías los persiguieron hasta Sevilla. Se refugiaron en el asentamiento chabolista del Vacie y allí se les perdió la pista. El dueño de la tienda robada prefiere permanecer en el anonimato y pide que no aparezca el nombre de su negocio. "No quiero que corra la voz de que aquí se roban jamones y tenga a todos los ladrones de la provincia cada dos por tres aquí", dice, y añade que en los próximos días cambiará las puertas del local e instalará unas blindadas.

Su establecimiento no ha sido el único relacionado con los jamones que ha sufrido robos en los últimos días en Sevilla. El domingo 3 de diciembre, un día después del robo en Carmona, unos ladrones se llevaron una furgoneta refrigerada cargada de jamones y embutidos de un almacén de productos ibéricos ubicado en la calle Pino Silvestre, en el polígono industrial El Pino. El robo se produjo sobre las diez y media de la noche del domingo, apenas una hora antes que un grupo de delincuentes empotrara un Nissan Qashqai contra una tienda de la cadena Worten en Sevilla Este, en el centro comercial Aleste Plaza. Al igual que ocurre con los jamones, la Navidad también es temporada alta para artículos electrónicos como telefónos móviles, tabletas, ordenadores y televisores.

La Policía Nacional y la Guardia Civil no descartan que estos dos últimos robos sean obra de la conocida banda del BMW, algunos de cuyos miembros sufrirían un día después un espectacular accidente de tráfico con un muerto y tres heridos. Avalan esta teoría varios factores. El primero es la cercanía. La mayoría de los integrantes de este grupo de aluniceros proceden de barrios como Torreblanca y Palmete, ubicados muy cerca del polígono El Pino y de Sevilla Este. Conocen bien toda esta zona de la ciudad y las opciones de huida.

La segunda circunstancia que apunta a la posibilidad de que se trate de los mismos ladrones es que hace unas semanas se produjo un robo con alunizaje en el centro comercial Aleste. Los ladrones empotraron un BMW robado contra la puerta del recinto, pero fueron sorprendidos por la Policía. Dos de ellos fueron detenidos y otros dos lograron huir.

El 4 de diciembre, cinco miembros de la banda del BMW intentaron robar en el Media Markt de Alcalá de Guadaíra, pero fueron sorprendidos por el vigilante de seguridad. Se dieron a la fuga por la A-92 y la SE-40, donde se salieron de la vía y volcaron el coche. Uno de los delincuentes, José Tirado Rodríguez, murió en el acto. Otros tres resultaron heridos, uno de ellos en estado crítico. Un quinto ocupante del coche logró escapar. Desde entonces no ha habido apenas robos con fuerza en Sevilla.