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Francisco Gallardo Rodríguez

Macarena, califato independiente

  • Médico y novelista l La muralla es como una línea de puntos para salir de la modernidad de Feria a la solera de Alcaicería.

JUGÓ al baloncesto, es médico y escribe novelas. Francisco Gallardo (Sevilla, 1958) nació en Santa Ana y es nuevo vecino de la plaza de San Lorenzo en la que es viejo hermano de la Soledad que cierra el Sábado Santo. Saltó ocho siglos desde su primera novela, El rock de la calle Feria, a la Sevilla almohade de La última noche, una historia del siglo XII con la que ganó el premio Ateneo de Novela Histórica. El rock de Al-Andalus, como si hubiera vuelto Imán Califato Independiente. Libros de un médico novelista, como Chejov, Baroja o Luis Martín Santos, que salen de la librería El Gusanito Lector por la calle Feria para buscar los escenarios de su novela más histórica.

La muralla de la Macarena evoca los arrabales a los que las circunstancias de la novela envían a su protagonista, Sara, médico califal, nieta de Avenzoar, y también el paralelismo con Marraquech, ciudad que comparte protagonismo con Sevilla. "En las dos ciudades trabajan los mismos médicos, los mismos arquitectos, los mismos albañiles. La perspectiva de la Giralda vista desde los jardines de la Buhaira, donde se supone que vivió Al-Mutamid, es la misma que la Koutubia de Marraquech desde los jardines de la Menara".

San Luis es calle de iglesias que fueron antiguas mezquitas. Paralela a la calle Feria de sus rockeros comienzos. Este tren de historias entre Sevilla y Marraquech rescata una ciudad de huertos y caseríos que se extiende hasta lo que había donde ahora está la estación de Santa Justa. Dos de los destinos ferroviarios evocan sendos destinos que marcan y enmarcan un esplendor sevillano poco conocido y reconocido. "Se habla de la Córdoba califal y de la Granada nazarí, pero enmedio está la Sevilla almohade. Cincuenta o sesenta años de apogeo y decadencia final en los que se construyen el puente de barcas, la nueva mezquita de la Catedral, el alminar (la Giralda) y se construye o rehabilita, según las versiones, el palacio de la Buhaira. Hasta la Expo, la ciudad no volverá a conocer una transformación urbanística tan vertiginosa".

Por San Luis hasta el Salvador, epicentro de la historia. "La protagonista vive en el núcleo palatino, la Casa del Gobierno o Dar-al-imara que estaba en lo que es el Alcázar y los palacios de alrededor". En ese entorno, la ciudad respira, pulsa e impulsa con dos pulmones comerciales, un zoco noble en la Alcaicería y otro más popular junto a la mezquita de la que después será iglesia del Salvador.

El médico que trabajó en el Centro de Alto Rendimiento de la Cartuja y ahora tiene consulta en el Sato Sport de Santa Justa es colega de ilustres nombre que pasean por su novela. "Hasta el siglo XVII, los conocimiento médicos de Avenzoar, Averroes y Maimónides se enseñaban en las Universidades europeas". Le consta la relación personal entre Avenzoar y Averroes y la epistolar entre un hijo de éste, tío de su protagonista, con Maimónides, que nació en Córdoba y después ejerció el oficio en Fez y El Cairo.

El nazareno de la Soledad de San Lorenzo ha contado con el aporte de arqueólogos, arquitectos y arabistas como Magdalena Valor, Alfonso Jiménez, Rafael Manzano o Rafael Valencia. Fátima Roldán, filóloga árabe, le abrió las puertas de la Sevilla almohade y a cambio el doctor Gallardo, invitado por esta profesional, habló ayer en Almonaster la Real, con su historiada mezquita, de la medicina en tiempos de Al-Mutamid, del siglo XI que estudió Emilio García Gómez.

Sevilla es una Marraquech sin Mick Jagger, mal que le pese a Juanito Rodríguez, el conductor de Tussam que colecciona conciertos de los Rolling. Por la calle Feria con la que tomó la alternativa de novelista Gallardo pasan las líneas 13 y 14. Por San Luis sólo accede un microbús que hace un recorrido muy acorde con este itinerario de esplendores caducos.

Suenan las campanas de la Catedral. Con los botines de guerra financiaron los almohades la construcción de símbolos de poder como la Giralda y la Koutubía. Viajó a Marraquech para rematar su novela. "En un hotel encontré un plano de la ciudad marroquí en el siglo XIII". El paraíso de Juan Goytisolo, que cerrará en Jerez el congreso de heterodoxos y transgresores de la Fundación Caballero Bonald.

El espíritu de Sara, la nieta de Avenzoar, camina junto a la muralla de la Macarena, una simbología que se convirtió en sinécdoque de la Sevilla mariana. Una mujer que ejerció la medicina para niños y mujeres en la corte califal. Nunca un periodo tan corto, un lapso entre invasores e invadidos, dio para tanto. Y en la dañada arquitectura de la ciudad, donde no llegaron piquetas ni franquicias, el médico novelista le hace la respiración boca a boca a un paciente colectivo herido de una modernidad ahistórica.

De Santa Ana a San Lorenzo hay un bucle que requiere una parada obligada en Casa Ricardo, antigua Casa Ovidio. El tercero de los Gallardo, hermano de un abogado, un periodista y un docente, une la calle Feria donde nació Belmonte con el Alcázar donde murió el rey Alfonso X el Sabio.

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