Sevilla

Marlaska llama al hijo del policía sevillano asesinado por ETA en Oyarzun en 1982

  • José Miguel Cedillo reclamó en una carta al ministro del Interior que "no falle a los huérfanos" de la banda terrorista

Fernando Grande-Marlaska.

Fernando Grande-Marlaska.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se ha dado prisa. Sin más dilación llamó ayer mismo a José Miguel Cedillo, hijo del policía nacional Antonio Cedillo, que fue asesinado por ETA junto a otros compañeros en un atentado en Oyarzun (Guipúzcoa) en 1982. El huérfano del agente, que tenía 7 años cuando su padre murió, había remitido una carta a los medios de comunicación en la que dirigiéndose al ministro del Interior le reclamaba que "no falle a los huérfanos" que ha dejado a lo largo de toda su historia la actividad sanguinaria de los terroristas.

Según desveló El Confidencial, Grande-Marlaska llamó por sorpresa a primera hora a Cedillo y le expresó su compromiso de estudiar que los huérfanos de ETA tengan consideración de víctimas de la misma manera que ya ocurre con los hijos de las mujeres asesinadas por violencia de género.

En su misiva, Cedillo pone el foco sobre los "huérfanos de ETA", que necesitan al Estado porque son "el cabo que no puede quedar suelto para que España cierre heridas en paz". "Algunos de los niños a los que ETA le mató a sus padres" son hoy "personas con secuelas físicas y psicológicas acreditadas", advierte Cedillo.

La muerte del agente Cedillo fue una de las más crueles en la sanguinaria nómina de los atentados de ETA. El vehículo en el que iba junto con otros compañeros fue acribillado a tiros por los terroristas. Mientras otros agentes murieron en el acto, el policía sevillano quedó gravemente herido e intentó huir arrastrándose hasta que fue auxiliado por un camionero que lo subió a su vehículo para trasladarlo al hospital más cercano. No lo consiguió: los terroristas persiguieron la furgoneta, obligaron a su conductor a parar y tras descubrir al policía en el interior lo remataron de un balazo en la nuca.

Ahora, 36 años después, su hijo recuerda al titular de Interior del Gobierno de Pedro Sánchez las dificultades con las que se encuentran, como cuando pierden un trabajo o no superan una entrevista porque "no entienden" sus crisis o ven que pueden ser "problemáticos en rendimiento". "Merecemos vivir como cualquier joven", añade Cedillo en su carta, en la que pide al ministro que "no se arrugue".

Cedillo tiene la confianza en que Grande-Marlaska sabe "perseguir a los malos" aun a riesgo de su vida, que tiene la justicia "en el ADN" y que "a poco que le guíe su corazón y no el oportunismo" tendrá más sensibilidad con las víctimas que anteriores ministros. El hijo del policía asesinado critica a quienes "se han burocratizado hasta hacer de esto su modus vivendi, de homenaje en homenaje", y reclama al ministro que "sepa escuchar a cuantas víctimas de ETA pueda" porque es una opción más para conocer lo que el Estado puede hacer.

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