El Primero de Mayo, Día de los Trabajadores, se convirtió este martes en una reivindicación masiva de los derechos a la dignidad laboral, a la educación y a la asistencia sanitaria. Una marea roja llenó de nuevo la Avenida con miles de personas que se echaron a la calle en protesta por los continuos recortes en los servicios básicos promovidos por el Gobierno. Los sindicatos mayoritarios escenificaron otra vez una alianza en la que también participaron 25 entidades ciudadanas, consumidores y vecinales, entre otras, que congregó a 18.000 personas, según las centrales convocantes. Según la Delegación del Gobierno fueron 10.000 personas. Pese a este baile de cifras, los cierto es que la Avenida de la Constitución se llenó. Personas mayores y familias con niños pequeños se lanzaron a la calle con el temor compartido ante un progresivo deterioro de los servicios públicos y de las prestaciones sociales.

La cita era en la Puerta de Jerez a las doce pero muchos comenzaron a llegar pocos minutos después de las once de la mañana. A paso muy lento, un río de personas comenzó a andar hacia el arquillo del Ayuntamiento, un trayecto que se está convirtiendo en un clásico en estas protestas. Es la segunda después de la huelga general; la última convocatoria se celebró el pasado domingo contra los recortes en sanidad y educación decretados por el Gobierno central. "Si hay que recortar, a políticos hay que echar"; "si hay que hacer recortes, banqueros a la calle", gritaron miles de voces. Cada vez se ven más banderas republicanas en estas multitudinarias movilizaciones.

A pocos pasos de la sede central del Servicio Andaluz de Salud (SAS), la cabecera de la protesta gritó: "Con la sanidad, no se juega; con la educación, no se juega". Manuel Pérez tiene 70 años y marchaba en la protesta con su nieta Maia, de siete meses, en brazos. "Estoy jubilado, tengo cuatro hijos y mi nieta. Estoy aquí porque temo por su futuro y por el resto de las familias". Luis Mena, 72 años, pensionista: "He trabajado desde niño y he cotizado muchos años, y ahora me hacen pagar los medicamentos". Estas dos personas mayores expresan con estas palabras el sentir de muchos pensionistas que ayer se manifestaron.

En torno a la una del mediodía, la cabecera de la marcha llegó al arquillo del Ayuntamiento. Juan Antonio Gilabert, secretario general de UGT, comenzó su discurso recordando "los 8,5 billones de euros en negro que circula en la actualidad, el triple de hace cuatro años" y "las 24 empresas con sede en paraísos fiscales para evadir impuestos". Gilabert apuntó a estas dos lacras como posibles dianas de reformas, en lugar de los recortes que afectan a la población más vulnerable. En su turno, Alfonso Vidán, secretario de CCOO en Sevilla, recordó el drama de "80.000 hogares en la provincia que han dejado de percibir prestaciones". Las dos centrales terminaron la protesta con un nuevo llamamiento a la concentración que ha convocado la Asociación de la Prensa de Sevilla el próximo 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, así como una próxima huelga de estudiantes prevista para mismo este mes.