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Memorias del tío de Adriano

Memorias del tío de Adriano

Memorias del tío de Adriano

Se va el verano, pero a diferencia del caimán ya volverá. Unos dicen que empieza a asomarse cuando regresa el cortejo del último rey mago (Baltasar, el rey de las tierras calurosas), otros que emerge el Miércoles de Ceniza y otros incluso que vendrá enseguida, con el primer tubo de la portada de la Feria. Ciudad de Artes y Costumbres Populares, como se verá en su portada.

Los lunes cierran los museos y es la propia ciudad la que se convierte en museo con las carnes abiertas. Cierran los museos y cerraba también el bar las Columnas. El cierre permitía ver sus artísticos grafitis que reflejan las dos columnas de César y de Hércules que le dan nombre a este Partenón del solomillo al whisky, a la mostaza y al roquefort. En Sierpes se nota la afluencia del turismo otoñal, primavera del revés. La librería San Pablo cierra a las cuatro de la tarde. Merienda en Ochoa. El último lazo madrileño, pastel que suena a Galdós o a Umbral.

Los lunes cierran los Museos y la ciudad se convierte en museo con las carnes abiertas

Cierran los museos pero la Catedral nunca cierra sus puertas. Tres sacerdotes con aspecto de foráneos le rezan a la Virgen de los Reyes. Por ella reinan los reyes. Debajo, la urna de Fernando III. A los lados, los enterramientos de su hijo Alfonso X y su nuera, Beatriz de Suabia. El himno de Sevilla debería combinar las notas de las campanas y las de los cascos de los coches de caballos. El Pali preside el cartel de la exposición de pintores de Sevilla en la Fundación Valentín de Madariaga (pabellón de Estados Unidos de 1929).

Nunca se cansa uno de leer los versos que Jorge Guillén dedicó al encuentro de los poetas en Sevilla en diciembre de 1927. Son doce nombres. El primero, Federico García Lorca; el último, Joaquín Romero Murube, que hizo las veces de anfitrión y que sería conservador del Alcázar. Alguien ha dejado un traje rojo junto a la estatua alegórica a aquella fiesta de poetas. Parece un capote, un guiño a Ignacio Sánchez Mejías, que fue el torero que los juntó. En la foto no estaba ninguno de los poetas sevillanos: ni Fernando Villalón, ni Vicente Aleixandre, que nació allí al lado, en el palacio de Yanduri, y que recibió el Nobel medio siglo después de la foto, ni Cernuda, que tenía en aquella reunión 25 años y del que mañana se cumplen 121 años de su nacimiento en la casa de la calle Acetres. Y 65 años del primer partido oficial en el nuevo Nervión, en el que Luis del Sol se llevó el trofeo Juan Arza.

El río es un hervidero de remos y piraguas. En la calle Betis los camareros se preparan para la gran batalla. Hay locales históricos: la Primera del Puente es de 1929, por ella pasa una pareja que allí escenificó la petición de mano; el Kiosko de las Flores es de 1930, se trasladó del Altozano hasta el centro con las obras del mercado. Un grupo ensaya en Abades Triana. En la calle Troya había una tienda de ultramarinos con ese nombre. Sólo queda la placa cervantina de Rinconete y Cortadillo. Nombre bien quijotesco: Aquí fue Troya. En esta calle y en el Callejón de la Inquisición hay sendas placas de cerámica que recuerdan el lugar hasta donde llegó el agua en las inundaciones del 10 de marzo de 1892. El año que nacen Belmonte y Franco, que pasó por Yanduri en agosto de 1936.

Antiguos bares dejaron de serlo, como el histórico Casa Manolo, en San Jorge, que se convertirá en una cooperativa de viviendas. Y antiguos bancos son ahora nuevos bares, como la sede del BBVA donde llegó a trabajar el bético Sebastián Alabanda en la esquina con San Jacinto, ahora el bar Berrinche, que a esta hora de la tarde estalla en reuniones de copas de balón de Ginebras sin Lanzarote. En la calle Betis ya no están San Marco ni la comisaría de Policía ni el estudio de Santiago del Campo, frente al antiguo puesto de sardinas con un cartel que rezaba: “No pican… Empican”.

Sevilla acogió a los poetas del 27 y celebra en Triana la Velá de los Machado. Esa fiesta está dedicada a Santiago y la Señá Santa Ana. En Santiago de Compostela nació Antonio Machado Álvarez, Demófilo, el padre de los poetas, que falleció en la calle Pureza. En la calle Betis nació Ana Ruiz Hernández, la esposa de uno de los patriarcas del folclore andaluz. Doña Ana nació el 28 de febrero de 1854 en Triana y murió en Collioure el 25 de febrero de 1939, tres días después que su hijo Antonio. Orto y ocaso de Betis a Pureza, el gallego que murió en Triana, la trianera que murió en una pensión de Francia.

Trajano da nombre a la calle que empieza donde termina la Alameda de Hércules, cerca del bar Las Columnas. Va desde Realito hasta el Duque. Las Memorias del tío de Adriano vuelven a aparecer en Triana. En el monumento que el Gobierno de Rumanía le regaló a la ciudad de Sevilla en 1993 y en el que recuerda la gesta del emperador italicense en el Danubio, el río europeo por antonomasia. Trasvase Danubio-Guadalquivir. Tanta generosidad es ajena al triunfo del Steaua de Bucarest en el Sánchez-Pizjuán el 7 de mayo de 1986 en la final de la Copa de Europa al Barcelona más británico: Steve Archibald, Gary Lineker, hoy el periodista mejor pagado de la BBC, y Graham Turner, intérprete. En el Pasaje de la O, Zacarías Cotán, sobrino y biógrafo de Summers, crítico de cine, y Perico Barbadillo, periodista todoterreno que hizo un documental sobre la Giralda de Nueva York, regentaron un bar de copas que se llamaba Casablanca, como la revista de cine que dirigió Fernando Trueba en tributo a Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.

El silencio en el Callejón de la Inquisición se convierte en bullicio en las inmediaciones de Plaza de Armas. Cuerpos al agua, entre la alegría y la temeridad. Dicen que son las novatadas de algunos colegios mayores. Chicas pintadas, chavales sumergidos en ropa de paisano, chapoteo iniciático junto a una zona urbana cuya calle se llama Radio Sevilla. Los estertores juveniles de María Trifulca, el nuevo mayo francés de quienes hurgando en el asfalto querían encontrar la playa. Por la noche ponían en La 2 una película de Jean-Luc Godard. En el mismo río donde cuentan que Antonio y Ana, los padres de los Machado, se conocieron en el puente de Triana viendo una procesión de delfines. Demófilo murió en 1893. Su viuda, en 1939. Destino capicúa de los fugaces inquilinos del Palacio de Dueñas. Del palacio a la pensión con la pregunta más lacerante: ¿Cuánto queda para llegar a Sevilla? ¿Cuánto le queda a Sevilla para llegar a Collioure?

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