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DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Alicante · José Joaquín Cortés Solves

Moros y cristianos... y cartagineses

  • Su padre, alicantino con abono en la Maestranza, le inculcó la pasión por Sevilla y la buena mesa. Subcampeón mundial de cata de habanos, fue 'Nariz de Oro'.

ALGUIEN le dijo que los fenicios alicantinos eran comerciantes natos. Precursores de esos cartagineses representados por Amílcar Barca, el padre de Aníbal, en el banco de Alicante del 29. Fue la otra Exposición, la del 92, la que le abrió las puertas de Sevilla a José Joaquín Cortés (Alicante, 1971). Es moro por tradición familiar en Villena y hermano del Gran Poder. El particular maridaje de este sumiller.

Quien en 2010 consiguió la Nariz de Oro que le acreditó el mejor catadorde España dice que en su casa siempre olía a Sevilla. Sus padres, Pepe y Virtudes, han sido unos enamorados de esta ciudad. "Venían ininterrumpidamente desde 1970. Mi padre era de los que se ponían el sombrero de ala ancha. Aficionado de Curro Romero, me doctoró en la Maestranza". Después de Manzanares, no cree que haya otro alicantino que fuera más veces al coso del Baratillo que su progenitor.

El destino de José Joaquín era bien distinto. Estudió Derecho en Valencia y empezó a ejercer la abogacía en Alicante, en la especialidad de Derecho Mercantil. En 1992 vino con sus padres a la Expo y dos años después, en la Feria de Abril, conoció a la mujer que le abrió las puertas de la ciudad y de la empresa familiar en la que hizo su aprendizaje, Modesto. "Mis padres eran clientes cuando venían a Sevilla y en mi caso fue otra Universidad".

El cambio geográfico supuso también un cambio profesional, un tránsito del Derecho al mundo del gourmet. "Igual que me inculcó la pasión por Sevilla, mi padre me inculcó también la pasión por la buena mesa". Con alardes de fenicio, adentrándose en territorios ignotos, de forma autodidacta encontró su sitio.

En 1492 Colón descubrió América y cinco siglos después él descubrió Sevilla. "Una ciudad complicada para abrirse camino en lo profesional, pero ideal para vivir y relajarse. Una ciudad que te inspira mucho, con una capacidad sensorial que es fundamental para los que vivimos de aromas y sensaciones". Hizo un máster de gestión internacional de empresas en la Escuela de Organización Industrial (EOI, pabellón de Canadá del 92). El fenicio crecido en la tierra que cada septiembre celebra la fiesta de Moros y Cristianos trasladó ese pulso mágico a Sevilla. "Una ciudad rancia en algunos aspectos, pero cosmopolita en lo que conserva de su esplendor del Siglo de Oro". La Expo que lo recibe fue un punto de inflexión. "Sevilla despertó muy tarde en la gastronomía. El despegue vino a partir de la Expo".

Fenicio en la acepción itinerante del término, recorrió las principales plazas europeas -Berlín, Dublín, Lisboa, Milán, Londres- como asesor y consultor del turismo; ha hecho todas las rutas vitivinícolas de un país con más de ochenta denominaciones de origen. Sería un confidente ideal para un nuevo Patrick Süskind coleccionista de perfumes. Empezó con los vinos y sus orteguianas circunstancias, los alimentos. Maestría para catar un rioja o un rías baixas y para discernir "una vaca rubia gallega de una retinta o una frisona". Consultor del café Nespresso de George Clooney, acude a las reuniones anuales en Lausana; colabora en materia de aceites en el programa Master Chef.

Su más reciente conquista en el maridaje fue el puro habano. En 2010, meses antes de que España conquistara el Mundial de Sudáfrica, fue subcampeón del mundo en la cata de habanos y destilados -rones, brandys, tequilas, ginebras, vodkas- en La Habana. Volverá a Cuba en 2015 para participar en el festival Mundial del Habano. Imagina a Kennedy, Castro y el Che Guevara firmando la paz caliente de la guerra fría con un habano. Icono de los aromas que Vázquez Montalbán hermanó con la literatura, Miguel Ángel Giménez con el golf, Morante de la Puebla con el toreo, Carlos Herrera con el periodismo.

Mañana viaja a San Sebastián para impartir en el Kursaal una cata titulada Los cuatro vinos cardinales y el jamón ibérico de bellota. Descubrió ese festival de cine gracias al productor Antonio Pérez. Preparó sendos agasapes para los estrenos de La voz dormida de Benito Zambrano y Blancanieves de Pablo Berger. "Frente a la playa de la Concha planteé una degustación de vinos y cocina vasca que disfrutaron Oliver Stone, Benicio del Toro y John Travolta, aficionado al habano al que le regalé un Gran Edmundo de Montecristo". En una sesión de los premios Goya preparó cócteles "tematizados" a las cuatro películas más galardonadas con paladares tan exigentes como José Coronado o Antonio Banderas.

Ha parado en La Alicantina, consulado simbólico. Le gusta la música, "desde la ópera al rock duro", juega a diario al tenis y escribe una novela sobre el mundo "inquietante" de la cata.

El perfil. Uvas del Vinalopó con mantecados de Estepa

Calzados de Elda y Novelda, habaneras de Torrevieja, jueguetes de Ibi, turistas de Benidorm, uvas del Vinalopó que hacen maridaje en Nochevieja con los mantecados de Estepa, fiestas de Moros y Cristianos de Villena. Cortés es moro por tradición familiar que inició su bisabuelo. Mora festiva es su hija Paula, 10 años. Cuando fue subcampeón de la cata de habanos llevó en el bolsillo una purera de su abuelo. Fue vicepresidente de la asociación de Empresas de Hostelería cuando la presidió Juan Robles (de Villalba del Alcor, como Modesto), miembro de la Cámara de Comercio y de la comisión de relaciones laborales de la CES.

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