Las 'Murillo'

Ni Murillo ni Zurbarán. Luisito. Y eso que Murillo da nombre a una de las seis barriadas del Polígono Sur y el colegio de La Oliva se llama Zurbarán. Luisito es el cariñoso diminutivo de Luis Francisco Román Palacios, a quien estas ocho mujeres del Polígono Sur achacan la revolución más importante que se ha producido en sus respectivas vidas.

En marzo, estas mujeres concluyeron el taller de Empleo de Pintura Decorativa y en mayo ya se habían constituido como cooperativa. El 25 de junio realizaron su primer trabajo, pintar un piso en la calle Arahal de Alcalá de Guadaíra. Ya les han aprobado el presupuesto para un proyecto que es mucho más que una obra. Este mes de julio, con las calores, las ocho se repartirán el trabajo para pintar las 105 viviendas de tres minis (bloques de cuatro pisos) y una torreta (ocho pisos) en la barriada Martínez Montañés, en la que viven tres de las componentes de Pintoras del Sur.

Hay tres separadas y una viuda. María José Reyes Silva enviudó muy joven, a los 32 años, tiene tres hijos y ha trabajado de camarera, de pinche de cocina, de celadora de hospital. "Esta cooperativa es un aliciente para salir de la rutina, para ser algo más en este barrio que limpiadora de hogar o vendedora ambulante". Paradigma en este territorio del desempleo, se han puesto a trabajar, dueñas de su propio destino, con el colchón administrativo de la Escuela de Empresas de la Alameda que dirige David Pina. "Nos han abierto muchas puertas y las que no nos abren las echamos abajo", dice Rosario Albarrán Rosado, 43 años. Entre las ocho, suman quince hijos.

Jesús Conejero, monitor sociolaboral del Centro de Orientación y Empleo, les diseñó la página web; Carmen Caballero les hizo el logotipo que las identifica como expertas en la pintura decorativa. Encarna Torres, vinculada al Plan Integral del Polígono Sur desde principios de 2007, se ha convertido en una colaboradora insustituible. Esta trianera es la ALPE, siglas de Agente Local de Promoción del Empleo.

Mari Carmen García, 35 años, de las Letanías, María Ángeles Galán, 36 años, de Los Verdes de la barriada Murillo, y María José se han apuntado a un máster de la Escuela Andaluza de Economía Social que se imparte en Osuna. "Su vida ha experimentado un cambio radical", dice la agente de empleo, "se codean con empresarios, van con sus carpetas". "Nos hacemos dueñas de los salones, de los despachos, de los ordenadores". Sólo dos de las ocho, Susana Delgado (barriada Murillo) y Mari Carmen García (Las Letanías) nacieron en el Polígono. Las demás llegaron de diferentes destinos: Polígono Norte, Madre de Dios, Tiro de Línea, Cerro del Águila. Todas nacidas en Sevilla, salvo la más joven, Ángeles Santiago, 26 años, de Granada.

"Lo de ser empresaria me ha subido a mí por las nubes", dice María José, que no descarta montar en Los Remedios un bar de copas "con música de flamenquito hecho por artistas del Polígono". A estas siete magníficas se les añade Laura Morera, 30 años, la octava cooperativista, que falta a la cita porque está en un curso de aprendizaje de creación de empresas.

En las 624 Viviendas está el estudio Surco Arquitectura, un hervidero de proyectos vinculados con el Polígono Sur. "Aquí se trabaja a pie de obra y a pie de lío", dice Marina Lagos Mariñansky, argentina, una de las seis arquitectos del estudio. En el Polígono Sur hay torretas, pero no hay torres de marfil. "Es importante cambiar la imagen del barrio, pero más importante es cambiar la percepción que se tiene desde fuera para que el Polígono deje de ser un Polígono y sea un barrio", dice Marina junto a sus colegas Rosario Alcantarilla, sevillana, y Elena Meregalli, italiana.

Vienen de los pueblos al Polígono. Jesús es de Bormujos y conduce el camión de Lipasam que repasa las dos barriadas de Martínez Montañés. Manuel Alba, de Lebrija, es uno de los albañiles que trabajan en uno de los proyectos con más futuro del Polígono: el Centro Permanente de Formación y Empleo. Cuatro jóvenes van con sus carretillas por el campo de fútbol que separa las 624 Viviendas y las 800. Son cuatro de los 45 alumnos de la Escuela Taller Barrio Sur. Con el magisterio de Emilio Jiménez, 50 años, albañil de Valencina, hacen trabajos de mejora en el aula de Cerámica del Colegio Andalucía.