Cabalgata de Reyes Magos

El Niño Jesús ya está entronizado para la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla

Momento de la entronización del Niño Jesús en la carroza del Nacimiento.

Momento de la entronización del Niño Jesús en la carroza del Nacimiento. / Juan Carlos Muñoz

El Niño Jesús ya está entronizado para la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla. Ha sido colocado este miércoles en la carroza del Nacimiento. Una ceremonia con la que el Ateneo -organizador del cortejo de la ilusión- subraya el carácter religioso que conserva esta comitiva, la cual se podrá contemplar el viernes 5 de enero por las calles de la capital andaluza. 

El ritual ha tenido lugar en las naves donde ya están preparadas las carrozas que conforman el cortejo. Hasta allí se han desplazado, entre otros, el delegado de Fiestas Mayores, Manuel Alés; el presidente de la Docta Casa, Emilio Boja; y quienes encarnarán las figuras y personajes de la Cabalgata. 

Después de las palabras dirigidas por un sacerdote, la imagen del Niño Jesús ha sido colocada en el pesebre de la carroza del Nacimiento por dos menores, vestidos de gala para la ocasión. Dicha carroza está dedicada este año a la Hermandad de la Estrella al cumplirse el primer cuarto de siglo la coronación canónica de la Dolorosa trianera, motivo por el cual reproduce la espadaña de la capilla de la calle San Jacinto. 

El Niño Jesús, en manos del sacerdote. El Niño Jesús, en manos del sacerdote.

El Niño Jesús, en manos del sacerdote. / Juan Carlos Muñoz

Un acto que marca las horas finales de la cuenta atrás para que el próximo viernes la ilusión vuelva a llenar las calles de la ciudad. Con esta entronización, la Cabalgata de Sevilla -a diferencia de lo que ocurre en otros municipios- mantiene el carácter religioso con el que fue creada, puesto que anuncia la llegada de Sus Majestades de Oriente en vísperas de la Epifanía. 

La espera para disfrutar del cortejo de la ilusión finalizará este jueves, cuando el Heraldo Real salga a las 17:30 de la sede del Ateneo (en la calle Orfila) para recibir las cartas de los menores. Ni la lluvia lo impedirá. 

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