El fin de fiesta fue la manifestación de la Avenida, todavía llamada de José Antonio. La efervescencia era total. La mitad de los andaluces no habían nacido y no se lo pueden ni imaginar. Todos estaban con la causa. Los obispos andaluces, los poetas andaluces, los políticos andaluces, los futbolistas andaluces. Éste es un viaje a la hemeroteca de aquel 4 de diciembre de 1977 que este periodista, recién estrenada la corresponsalía de El Correo de Andalucía y Nueva Andalucía, vivió con numerosos andaluces que lo celebraron en la Plaza de Santa Ana de Madrid.

El diario Nueva Andalucía era vespertino y lo dirigía Javier Smith. Llevaba los colores blanco y verde en la portada. Daba cuenta en sus páginas de que los obispos andaluces se adherían al manifiesto por la autonomía andaluza del obispo de Málaga. Antonio Montero, obispo auxiliar de Sevilla, recordaba su condición de granadino. Desde las ocho de la mañana hasta pasadas las dos de la madrugada, Radio Sevilladedicó una programación monográfica a esa reivindicación que se iniciaba bien temprano con una semblanza de Blas Infante a cargo de Enrique Tierno Galván, que año y medio después sería elegido alcalde de Madrid.

La programación incluía sendos homenajes a Falla y a García Lorca y espacios específicos para el habla andaluza, la música andaluza, la guitarra andaluza terminando la programación con "una ronda de poetas andaluces". En los periódicos, una página de publicidad de Ecovol, la empresa de Valentín Álvarez Vigil, con este mensaje: "Consuma Productos Nacionales Preferentemente Andaluces".

El colegiado Franco Martínez arbitró el Betis-Burgos, que se disputaba a las cuatro y media de ese 4 de diciembre en el Benito Villamarín. Los jugadores verdiblancos salieron al campo con una bandera blanquiverde y ganaron con goles de Eulate y Hugo Cabezas. Cádiz y Sevilla jugaban en el Carranza en la primera temporada de los gaditanos en Primera. Empataron sin goles y los dos equipos salieron con la bandera. El Madrid era líder, seguido del Barcelona empatado a puntos con el Salamanca y Las Palmas.

La víspera, el sábado 3 de diciembre, Manuel Clavero Arévalo pronunció una conferencia en el Ateneo titulada Andalucía y España en la hora de las autonomías. Ministro de Cultura y de las Regiones en los gobiernos de Suárez, fue el primer ministro de la democracia que presentó la dimisión. Al conferenciante lo presentó José Jesús García Díaz, que recordó su condición de rey mago. José Hierro daba una conferencia en el Club Gorka el 7 de diciembre y Rodrigo de Zayas hablaba sobre música del Renacimiento español.

El 4 de diciembre Concha Velasco encabezaba en el teatro Álvarez Quintero el reparto de Las arrecogías del Beaterio de Santa María Egipciaca, de Martín Recuerda, con dirección de Adolfo Marsillach. En la cartelera cinematográfica había aires de apertura, de salir de una represión que se notaba en los títulos de las películas: Delicias turcas (Avenida Vistarama), Bilitis (cine Trajano), El cura casado (Alameda Multicines). Berlanga jugaba con todo eso en Tamaño Natural. Se estrenaba la primera entrega de la saga de La guerra de las galaxias. La viuda andaluza no tenía nada que ver con el andalucismo. La protagonizaba la murciana Bárbara Rey con Paco Algora. En el cine Rochelambert ponían !Es pecado… pero me gusta!, con Esperanza Roy y Simón Andreu. Hasta ese año, votar también parecía pecaminoso.

Jorge Semprún pasaba por Sevilla en su gira como ganador del premio Planeta con Autobiografía de Federico Sánchez. Una comisión formada por José Cabrera Bazán, Pedro Piñero, Alberto Fernández Bañuls, Antonio Rodríguez Almodóvar, Rafael de Cózar y José Luis Núñez preparaba un homenaje a la generación del 27 en el cincuentenario de la foto del Ateneo. Tuvo lugar el 16 de diciembre de 1977, el día que Rafael Alberti cumplía 75 años, el año que este poeta de El Puerto vivía el tránsito del exilio a un escaño en el Congreso de los Diputados. El homenaje contó con unos ponentes de primera fila: José Manuel Caballero Bonald, José Luis Cano, José Hierro, Juan Sierra y Andrés Sorel. Ese mismo día, en el teatro Álvarez Quintero, una jovencísma Isabel Pantoja presentaba el espectáculo Ahora me ha tocao a mí, con el cómico Raúl Sender y el guitarrista Paco Cepero en la ficha artística.

Políticos como Fernando Pérez Royo, José Rodríguez de la Borbolla o Isidoro Moreno hablaban en las diferentes tribunas. Reivindicación muy seria de un pueblo alegre que volvía a los versos de Lorca con la muerte de García Caparrós en Málaga.