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Paco Ramos Herrero, hostelero de raza, cofrade y sevillista apasionado

Francisco Ramos Herrero.
C. G. G.

06 de mayo 2010 - 05:03

Empresario, cofrade y sevillista apasionado. Francisco Ramos Herrero, fundador del Restaurante Río Grande, falleció el domingo en Sevilla a los 83 años. Viudo de doña María Teresa Herrasti Aguiriano, de ascendencia vasca, y padre de un hijo, Francisco José. El martes por la mañana y tras la misa, oficiada en la Capilla del Tanatorio de Servisa, los restos mortales de Francisco fueron traslados al cementerio de San Fernando para recibir su último adiós. Atrás queda su obra eficiente y reconocida por todos los que tuvieron el gusto de conocerle.

Nacido en Rute (Córdoba) en 1927. Comenzó su andadura profesional en el mundo de la hostelería con 16 años en lugares emblemáticos como el Hotel Alfonso XIII. En el año 1956, cuando tenía 29 años, fundó el Restaurante Río Grande que lo regentó hasta que traspasó el negocio en el año 2003. Un restaurante situado en pleno corazón de Triana, con unas vistas inigualables, que comenzó sirviendo él mismo y que tras las sucesivas ampliaciones se convirtió en un negocio con un centenar de empleados. Un lugar que se hizo famoso al atraer a personajes del folclore y de la vida social de la época así como política.

Ha recibido varias distinciones. En 1976 fue galardonado con la Medalla al Mérito del Trabajo y en 1990 con el Tambor de Oro de la ciudad de San Sebastián.

Sevillano de adopción fue directivo del Sevilla Fútbol Club cuando al frente del club de Nervión estaba Eugenio Montes.

Muy cofrade. Fue teniente de hermano mayor de la Hermandad de la Estrella, hermano de la Macarena, el Gran Poder y Las Cigarreras. Fue Rey Baltasar en la cabalgata de Reyes Magos del Ateneo de Sevilla en el año 1983. De hecho, uno de sus últimos actos fue una reunión de Reyes Baltasares convocada por Antonio Rodríguez de la Borbolla.

A las hermandades a las que pertenecía se entregó con gran dedicación y esmero, como todo lo que hacía. A la corporación del Domingo de Ramos le regaló un juego de joyas para que la Virgen de la Estrella las luciera.

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