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Calle Rioja

Pastelería de guardia en Hombre de Piedra

  • Oficios. Por fuera el local hace honor a su nombre, La Farmacia. Por dentro, con fórmulas magistrales y artículos de farmacopea, se despachan cafés, infusiones y pasteles sin receta

Javier Rodríguez, en la zona de la pastelería que ha llamado La Farmacia.

Javier Rodríguez, en la zona de la pastelería que ha llamado La Farmacia. / José Ángel García

EN esta farmacia se despacha sin receta. El Viernes de Dolores abrió un nuevo local en la Alameda. La apariencias engañan, pero no mienten. El establecimiento se llama La Farmacia y efectivamente cuenta con un Laboratorio de Tartas, Fórmulas Dulces y un Café Magistral. Hasta los muebles son de una farmacia de Lora del Río, propiedad de uno de los fundadores del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla.

Fue muchos años farmacia, en la esquina de Jesús del Gran Poder con Hombre de Piedra, cuando el cine Ideal tenía la selecta nevería de verano en perfecto estado de revista. Recientemente fue una peluquería. El 8 de enero, Javier Rodríguez, (Sevilla, 1979), alma inquieta, administrativo del hospital Macarena, vio el cartel de Se Alquila. Un sueño que perseguía desde hace tres años. En tres meses lo ha visto cumplido y en apenas tres semanas, con ayuda del arquitecto Moisés Mula, convirtió una peluquería en una cafetería y pastelería con sabor a farmacia antigua.

Está en la trastienda de la Casa de las Sirenas. En una calle, Hombre de Piedra, que es una curiosa 13 rue del Percebe. En esta calle viven un arquitecto, una flamencóloga, un obispo, un torero, un director de cine y un librero. Al otro lado de la esquina estuvo el bar La Palma de Oro, donde los contertulios de Cuadernos de Roldán homenajearon a Saramago después de recibir el Nobel. Siempre ha sido bar: después Tarín, hasta que el sevillano y la vasca que lo regentaban se fueron a los Caños de Meca; en la actualidad, mantiene la misma actividad con El Cocinero Feliz.

La Farmacia es el segundo local que pone en pie Javier en la Alameda. En Lumbreras abrió una Freiduría y Churrería donde a deshora se pueden encontrar bocadillos de calamares. La Farmacia es una pastelería de guardia donde suena Nat King Cole, “es un remanso de paz en días de tanto ruido y bullicio”.

El cierre de los obradores de Osuna y antes de Santa Clara, donde trabajaba Sarmiento, maestro de La Campana, dejó un hueco en la zona que Javier quiere llenar. ¿Coleccionista de oficios? “Más bien me considero un emprendedor y recuperador de tradiciones”. A una parte del local le ha puesto La Rebotica: ideal para la conversación o la lectura del periódico. Tiene un optómetro de Ulloa Óptico, botes de Eucalipto y Poleo, un peso que funciona con monedas de duro. Los grifos son tres cisnes que le compró a un anticuario de Córdoba. Los pasteles son del obrador de los sobrinos de Osuna.

Hermano de los Javieres y la Hiniesta, en Semana Santa le respondió el público local. En Feria, confía en la respuesta del turismo foráneo. Tres generaciones de una familia inglesa encuentran el recodo de la hora feliz.

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