Sevilla

La Policía niega que haya deficiencias en los calabozos de la Jefatura central

  • El subdelegado del Gobierno y el jefe superior contradicen la opinión del Defensor

El subdelegado del Gobierno en Sevilla, Faustino Valdés, y el jefe superior de Policía de Andalucía Occidental, Enrique Álvarez Riestra, negaron ayer que los calabozos subterráneos de la Jefatura de Blas Infante sufran deficiencia alguna y aseguran que estas instalaciones "han pasado perfectamente" la inspección del Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, efectuada en 2008.

Las afirmaciones de los dos responsables policiales contradicen las conclusiones del Defensor, quien en un informe especial entregado al Parlamento andaluz critica la oscuridad de los calabozos, cuya zona de celdas califica de "claustrofóbica y laberíntica", por lo que reclama la necesidad de someterlos a mejoras para acabar con la excesiva oscuridad, las corrientes de aire permanentes y perniciosas para detenidos y trabajadores, así como con los cierres cenitales de las celdas en los que es fácil que un detenido pueda colgarse.

Endeclaraciones a la prensa, el subdelegado Faustino Valdés sólo admitió deficiencias en algunos depósitos municipales de detenidos -en la capital no hay- que dependen directamente de los ayuntamientos de la provincia. Sobre este punto, Valdés ofreció la colaboración de su departamento para reformar estos centros de detención. En palabras del jefe superior Álvarez Riestra, "nuestras dependencias están bien" y han pasado la inspección del defensor.

Los sindicatos de policía, sin embargo, son algo más críticos con el estado de los calabozos de Blas Infante. Manuel Espino, del Sindicato Unificado de Policía (SUP), calificó las instalaciones de "aceptables, pero mejorables", mientras que Ángel Reina, de la Confederación Española de Policía (CEP), aseguró que "más importante que el interior del edificio, es la falta de personal y el estado de los sanitarios".

En relación a los once depósitos municipales, el informe del Defensor considera aceptables nueve de ellos y lamenta el mal estado de dos: los de Lebrija y Marchena, cuyas dependencias califica de "muy deficientes".

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