Prohibir el uso de megáfonos y vetar muñecas

Madrid o Salamanca limitan las despedidas de soltero con multas que llegan a los 3.000 euros

El baile, la cerveza y una muñeca hinchable en una despedida de soltero.
El baile, la cerveza y una muñeca hinchable en una despedida de soltero.
M. Ruesga

03 de mayo 2018 - 09:12

Si la apertura de hoteles de cinco estrellas es la cara de la moneda turística de la ciudad, la lacra de las despedidas de soltero son la cruz. Es habitual ver cada fin de semana a numerosos grupos de jóvenes, tanto masculinos como femeninos, deambulando por el casco histórico ataviados con llamativos disfraces. Sevilla, Córdoba y Granada conforman el triángulo de las despedidas de soltero en Andalucía.

La importancia de este sector en las despedidas ha llevado a que bares de algunas ciudades españolas, como la ciudad nazarí, coloquen carteles en sus puertas advirtiendo que no se permite la entrada a grupos con tal fin. Es lo que ha ocurrido desde hace tiempo en los establecimientos de la turística calle Navas, en los que una cerveza incluye una tapa. A este extremo aún no se ha llegado en Sevilla. Bien es cierto que locales como las bodeguitas del Salvador suelen atestarse de este tipo de clientes los sábados al mediodía, algo que incomoda a sus "feligreses" habituales.

Ordenanzas municipales de ciudades como Madrid o Salamanca ya regulan las despedidas de solteros. En la capital de España se dijo basta el verano pasado. El Ayuntamiento anunció mano dura contra las despedidas, con una mayor intervención policial. En locales de La Latina se colgaron carteles en las puertas prohibiendo la entrada a todo aquel que esté de despedida ya que resulta imposible conciliar la convivencia entre locales y vecinos. Son festejos que no interesan en el sector. Los hosteleros aseguran que no dejan mucho dinero, forman parte del conocido como "turismo de borrachera". En Salamanca la prohibición es durante todo el año y las multas por emplear megáfonos o llevar disfraces indecorosos alcanzan los 3.000 euros. En Conil, las sanciones van desde las multas de 300 euros a los avisos a la Agencia Tributaria para que ésta compruebe la legalidad de los inmuebles que se alquilan. En Mojácar ya han puesto multas que van desde los 100 hasta los 300 euros. Una ordenanza municipal prohibió las muñecas hinchables, los penes en la cabeza y todas aquellas actitudes indecorosas.

Volviendo a Granada, el Ayuntamiento potenció hace un año una patrulla policial específica para controlar las despedidas de soltero, con agentes que de viernes a domingo persiguen los cánticos o el consumo de alcohol en la vía pública. Doce meses antes formalizaron casi sesenta sanciones. La Policía Local busca con un tono dialogante y conciliador redirigir el comportamiento de los participantes de las despedidas, en la mayoría de las ocasiones jóvenes de otras ciudades que desconocen las normativas locales. Primero se les explica lo que no pueden hacer y si se mantienen ciertas actitudes se sanciona. Además, controlan que no se griten cánticos ni se utilicen megáfonos o silbatos, la limpieza de las calles o que no se recurra a la práctica de decir adiós a la soltería sobre un burro por el centro de la ciudad.

Las despedidas apenas aportan nada a Sevilla. La estancia media es de una noche y se alojan, en su mayoría, en apartamentos contratados por internet, muchos de los cuales es probable que no estén dados de alta en el Registro de Turismo de la Junta de Andalucía. Como ya publicó este periódico, el desembolso medio por persona se sitúa en los 50 euros al día. La ciudad se ha consolidado en los últimos años como destino de despedidas, según se puede comprobar en los rankings elaborados por las empresas del sector.

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